octubre 15, 2008

MILAGROS COMO HEROÍNA Y SU CAMINO DE AVENTURA

  MILAGROS COMO <<HEROÍNA >> Y SU <<CAMINO DE AVENTURA>>
Elementos e interpretación tentativa simbólico contextual de un sueño.
Salvador, Andrés O. R.


1.Introducción.

En este trabajo se reúnen elementos y se formula una interpretación [no estrictamente psicológica si bien se atiende al proceso de centración] tentativa de un sueño considerando fundamentalmente a los elementos simbólicos presentes en el mismo asociados al <<camino de aventura>> del <<héroe>>[1] así como a ciertas experiencias de la soñante que contribuyen a su inteligencia.

2. Antecedentes.

Joseph Campbell y el camino de la aventura del héroe. En este trabajo seguimos al estudio hecho por Joseph Campbell sobre el camino de la aventura mitológica del héroe entendido como la magnificación de la fórmula representada en los ritos de iniciación [Los llamados ritos de <<iniciación>> son ejercicios de separación formales y usualmente severos, donde la mente corta en forma radical con las actitudes, ligas y normas de vida del estado que se ha dejado atrás (Campbell, 1992: 16).]: separación- iniciación-retorno y que constituye la unidad nuclear del monomito (Campbell, 1992: 35). Campbell resume la aventura en los siguientes términos:

Separación:

[Llamado a la aventura]

“El héroe mitológico abandona su choza o castillo, es atraído, llevado, o avanza voluntariamente hacia el umbral de la aventura.” (Campbell, 1992: 223).

Iniciación:

[Umbral de la aventura]

 “Allí encuentra la presencia de una sombra que cuida el paso. El héroe puede derrotar o conciliar esta fuerza y entrar vivo al reino de la oscuridad (batalla con el hermano, batalla con el dragón; ofertorio, encantamiento), o puede ser muerto por el oponente y descender a la muerte (desmembramiento, crucifixión).” (Campbell, 1992: 223).

[Detrás del umbral]

Detrás del umbral, después, el héroe avanza a través de un mundo de fuerzas poco familiares y sin embargo extrañamente intimas, algunas de las cuales lo amenazan peligrosamente (pruebas), otras le dan ayuda mágica (auxiliares).” (Campbell, 1992: 223).

[Nadir de la aventura]

“Cuando llega al nadir del periplo mitológico, pasa por una prueba suprema y recibe su recompensa. El triunfo puede ser representado como la unión sexual del héroe con la diosa madre del mundo (matrimonio sagrado), el reconocimiento del padre-creador (concordia con el padre), su propia divinización (apoteosis) o también, si las fuerzas le han permanecido hostiles, el robo del don que ha venido a ganar (robo de su desposada, robo del fuego); intrínsecamente es la expansión de la conciencia y por ende del ser (iluminación, transfiguración, libertad).” (Campbell, 1992: 223-224).

Retorno:

[(Inicio del) retorno]

“El trabajo final es el del regreso. Si las fuerzas han bendecido al héroe, ahora éste se mueve bajo su protección (emisario); si no, huye y es perseguido (huida con transformación, huida con obstáculos).” (Campbell, 1992:  224).

[Umbral del retorno]

“En el umbral del retorno, las fuerzas trascendentales deben permanecer atrás; el héroe vuelve a emerger del reino de la congoja (retorno, resurrección).” (Campbell, 1992: 224).

[Retorno]

“El bien que trae restaura al mundo (elixir).” (Campbell, 1992: 224).

C. G. Jung y la adquisición de conciencia de un nuevo punto central. En su libro Psicología y Alquimia (1957), Jung realiza un examen, del que nos servimos, de los símbolos que se refieren exclusiva y directamente a la adquisición de conciencia de un nuevo punto central, cuestión esta sobre la que observa:

“Los símbolos oníricos del proceso de individuación son imágenes de índole arquetípica que se manifiestan en los sueños y que describen el proceso de centración, o sea la formación de un nuevo centro de la personalidad [...] Por ciertas razones [...] denomino también Selbst a este centro, entendiendo con esta noción la totalidad de lo psíquico en general. El Selbst no solo es el punto central sino que además comprende la extensión de la conciencia y del inconsciente; es el centro de esta totalidad, así como el yo es el centro de la conciencia.” (Jung, 1957: 57).

Estas imágenes pertenecen a una determinada categoría que designa con la expresión simbolismo de los mandalas (Jung, 1957: 57).

3.Desarrollo.

Relato del sueño. El sueño que examinamos tuvo lugar en la noche del 18 al 19 de abril de 2003 y, conforme al relato escrito hecho por la soñante Milagros W. (19 años), es el siguiente [presenta dos escenarios distinguidos por la misma[2]]:

1.        Estábamos los 4: Andrés, Luciana, Pilar y yo en la calle Junín contemplando una vidriera que por alguna razón en particular nos llamaba la atención.

2.        No recuerdo como pero Andrés muere y todo el escenario cambia. De pronto estamos todos desnudos[3] en una tierra lejana, extraña; como un desierto pero con elevaciones rocosas pequeñas, el sol empezaba a ocultarse. Asombrosamente Andrés renace bajo una nueva apariencia, similar a Gandalf[4].
Por todos lados (como nacidos de la tierra) comenzaban a aparecer nuevos seres: Elfos, Hadas, Ninfas, Humanos[5]. Ante la llegada de todos ellos, Andrés empezaba a decir algo en un lenguaje extraño y con sus manos en alto realizaba movimientos aparentemente simbólicos. Automáticamente se levantó una gran ola de arena sobre todos nosotros, haciéndonos sentir que había llegado el momento final. Pero antes de atraparnos vuelca / cae a nuestras espaldas, revelando una antigua ciudad en ruinas de estilo Griego; perteneciente a antiguos Dioses. Rodeaba esta ciudad una especie de vereda quizá de mosaico con grabados simbólicos (figuras geométricas) de Forma circular. Repentinamente ésta comienza a girar y todos nosotros (excepto Andrés) parados sobre ella empezamos a bailar, cantar y reír al ritmo con esa gran masa circular. Todos éramos una sola cosa. Por algún motivo me detuve a bailar con un grupo de haditas que me hacían sentir tremendamente Feliz, entre ellas estaba mi sobrina cuya sonrisa me dio paz. Andrés estaba fuera del circulo sobre una de estas elevaciones rocosas, esperando ...

Elemento contextual del sueño. En la interpretación de los símbolos presentes en el sueño debe atenderse al contexto en que se produce. Milagros y los otros actores [Andrés, Luciana, Pilar] forman una sociedad que se reúne regularmente para estudiar Filosofía, Metafísica e Historia de las Religiones, estudios estos que los llevaron a revisar en el plano teórico-practico creencias convencionales en relación a esas materias y a una revalorización de la inteligencia simbólica propia de la cultura antigua y medieval y de sus fundamentos.

Elementos simbólicos del sueño. Escribe Campbell:

“Los cambios que se llevan a cabo en la escala del monomito desafían toda descripción. Muchas historias aíslan  o aumentan grandemente uno o dos elementos típicos del ciclo completo (el motivo de la prueba, el motivo de la huida, el rapto de la desposada), otros reúnen un grupo de ciclos independientes en una sola serie (como en la Odisea). Caracteres o episodios diferentes pueden multiplicarse y reaparecer bajo muchos cambios.” (Campbell, 1992: 225).

 Téngase presente esta observación en relación al hecho de que en el sueño Andrés, por el papel que este ha tenido en la coordinación y orientación de las actividades de estudio de las que participa la soñante, se identifica de modo isocrónico:

  1. Con funciones asociadas al camino de aventura: Andrés es identificado como:

<<mensajero de la aventura>> [es quien opera la <<llamada de la aventura>> la que puede ser para la muerte (Campbell, 1992: 54-56)]: su muerte [Andrés muere] que opera una transformación del escenario [todo el escenario cambia] y de los actores [De pronto estamos todos desnudos];

<<protector>> [No es raro que quien brinda al héroe  ayuda <<sobrenatural>> tenga forma masculina: “En el reino de las hadas puede ser algún pequeño habitante del bosque, algún hechicero, ermitaño, pastor o herrero que aparece para dar al héroe los amuletos y el consejo que requiere. Las mitologías superiores han desarrollado el papel en la gran figura del guía, el maestro, el conductor, el que lleva las almas al otro mundo” (Campbell, 1992: 73)]: Produce el descubrimiento de la ciudad [Andrés empezaba a decir algo en un lenguaje extraño y con sus manos en alto realizaba movimientos aparentemente simbólicos. Automáticamente se levanto una gran ola de arena ... revelando una antigua ciudad], no permite que la ola de arena cause daño [Automáticamente se levantó una gran ola de arena sobre todos nosotros, haciéndonos sentir que había llegado el momento final. Pero antes de atraparnos vuelca / cae a nuestras espaldas], permanece observando (función ambigua ya que tanto podría significar protección como guardia=guardián del umbral) [Andrés estaba fuera del circulo sobre una de estas elevaciones rocosas, esperando ...]. Jung explica que la figura arquetípica del padre se corresponde con la de el espíritu instructor [que introduce en el sentido de la vida y explica sus misterios según la doctrina de los antiguos] y la del viejo sabio [=Gandalf] (Jung, 1957: 139) ;

<<guardián del umbral>> [Protege al umbral que va de lo conocido a lo desconocido: “solo atravesando esos limites (...) pasa el individuo, ya sea vivo o muerto, a una nueva zona de experiencia”; puede ser protector (Primer aspecto) o peligroso (el otro aspecto) (Campbell, 1992: 81)]: Provoca la ola de arena [Andrés empezaba a decir algo en un lenguaje extraño y con sus manos en alto realizaba movimientos aparentemente simbólicos. Automáticamente se levanto una gran ola de arena ...].

  1. Con el Héroe [=Milagros]: La muerte y regreso de Andrés encubre el paso de la soñante a un modo de ser trascendente [Andrés=Milagros]: La muerte de Andrés opera en Milagros (y en el escenario en que actúa) una transformación.

Al considerar el carácter masculino de Andrés debemos considerar como observa Jung que el inconsciente del varón es de naturaleza femenina (Jung, 1957: 70), en tanto para la mujer la relación es inversa (Jung, 1957: 131) y que se personifica en la idea de anima (Jung, 1957: 166 nota 1). Finalmente señalemos en relación a Andrés que:

  1. Tiene <<autoridad>> (=poderes) [decir algo... y con sus manos en alto realizaba movimientos .... Automáticamente se levanto].

  1. Se identifica con lo permanente[<no gira>: todos nosotros (excepto Andrés); <esta afuera de la vereda de forma circular>: Andrés estaba fuera del circulo; <asociado a la “montaña”[6] y a la “ piedra” [7]>: sobre una de estas elevaciones rocosas][8].

Examinemos ahora el sueño considerando cada uno de sus escenarios y los momentos en el camino de la aventura mitológica del héroe:

  1. Desde el inicio a la muerte de Andrés [Separación (Llamado a la aventura)]: Se advierte en este escenario que estamos ante:

    1. Una experiencia que es tanto individual como grupal: La soñante se ve acompañada por otros [Andrés, Luciana, Pilar y yo]. El anima se presenta en los sueños como la cuarta persona (Jung, 1957: 166).

    1.  Estamos inicialmente ante una escena que se presenta como un hecho común [en la calle Junín contemplando una vidriera] en el que los actores asumen un comportamiento que traduce un interés [una vidriera que por alguna razón en particular nos llamaba la atención]. El héroe mitológico inicia su aventura desde el mundo de todos los días (Campbell, 1992: 35).

    1. Se produce un hecho [Andrés muere] que opera una transformación del escenario [todo el escenario cambia]. Esta crisis es la <<llamada de la aventura>> que levanta el velo que cubre un misterio de transfiguración “un rito, un momento, un paso espiritual que cuando se completa es el equivalente de una muerte y de un renacimiento. El horizonte familiar de la vida se ha sobrepasado, los viejos conceptos, ideales y patrones emocionales dejan de ser útiles, ha llegado el momento de pasar un umbral.” (Campbell, 1992: 55).

  1. De la muerte de Andrés al fin del sueño [Iniciación (Umbral de la aventura)]: La muerte de Andrés [No recuerdo como, pero Andrés muere] supone una  disolución y reintegración del caos operación que presenta dos dignificaciones solidarias:

-          Cosmológica: Toda muerte es al propio tiempo una reintegración de la Noche cósmica, del Caos precosmológico; en múltiples niveles, las tinieblas expresan siempre la disolución de las Formas, el retorno al estado seminal de la existencia (Eliade, 1990: 138). En el sueño esto se traduce en el ocultamiento del sol [el sol empezaba a ocultarse], en el escenario no familiar [una tierra lejana, extraña; como un desierto pero con elevaciones rocosas pequeñas].Las regiones desérticas [como un desierto] y desconocidas [extraña] que rodean el territorio habitado son equiparables a las regiones inferiores: “el mundo de abajo, por encima del cual se asienta firmemente nuestro <<Cosmos>>, corresponde al <<Caos>> que se extiende a lo largo de sus fronteras.” (Eliade, 1992: 42).

-          De iniciación: La muerte de iniciación y las tinieblas místicas [que tienen una valencia cosmológica: se reintegra el estado primario de la materia - la resurrección corresponde a la creación cósmica - (Eliade, 1990: 138)] en otros términos la disolución, implican que el futuro místico moría a su existencia profana, gastada, decaída (Eliade, 1990: 139) ya que no existe esperanza alguna de resucitar a un modo de ser trascendente sin muerte previa (Eliade, 1990: 134). El paso por el umbral mágico es un transito a una esfera de renacimiento que se simboliza en el hecho de que el héroe es tragado por lo desconocido y parecería que hubiera muerto [imagen del vientre de la ballena] (Campbell, 1992: 88). Este sentido iniciático esta presente tanto en la repentina desnudez [De pronto estamos todos desnudos] como en la muerte y regreso de Andrés [Asombrosamente ... renace bajo una nueva apariencia], hecho que debe examinarse en relación al papel de Gandalf en la obra de J. R. R. Tolkien [nueva apariencia, similar a Gandalf]. El nuevo modo de ser del personaje se revela en el lenguaje [Andrés empezaba a decir algo en un lenguaje extraño] y en los <<poderes>> que se le atribuyen [con sus manos en alto realizaba movimientos aparentemente simbólicos. Automáticamente se levanto una gran ola de arena]. El episodio se corresponde con el primer encuentro de la jornada del héroe: una figura protectora [a menudo una viejecita o anciano] que le proporciona ayuda <<sobrenatural>> (Campbell, 1992: 70). Sobre la blancura de la vestimenta de Andrés (=Gandalf)  [su vestimenta era blanca. (Nota ampliatoria posterior de la soñante)] interesa lo que escribimos en nuestro trabajo Notas sobre el opus alquímico [Santa Sofía. Corrientes, 2003] en relacion a la: “Leukosis [blanco (Eliade, 1990: 132), emblanquecimiento (Jung, 1957: 249)]: En virtud del lavaje [ablutio, baptisma] se puede pasar de la nigredo directamente al emblanquecimiento: o bien el alma [anima], que ha huido del cuerpo muerto, vuelve a unirse a este para vivificarlo, o bien los muchos colores [omnes colores, cauda pavonis] conducen a un único color, el blanco, que los contiene a todos; con esto, se llega a la primera meta capital del proceso: a la albedo, tinctura alba, terra alba foliata, lapis albus, etc., estadio que muchos autores describen en términos tan laudatorios como si se hubiera alcanzado la meta ultima (Jung, 1957: 250)  Esta fase corresponde en el nivel operativo al fenómeno de la coagulación [consecutivo a la putrefactio inicial], y en el terreno espiritual a una resurrección que se traduce en la apropiación de ciertos estados de conciencia inaccesibles a la condición profana (Eliade, 1990: 142-143)”.

Esta muerte produce entonces una transformación [(Detrás del umbral:) que se corresponde con el mundo de “fuerzas poco familiares y sin embargo extrañamente intimas, algunas de las cuales lo amenazan peligrosamente (pruebas), otras le dan ayuda mágica (auxiliares)” que el héroe encuentra detrás del umbral] que implica:

a.       Una restitución a una situación originaria <<paradisíaca>> que se advierte en:

-          La desnudez de las actoras [De pronto estamos todos desnudos]: Su carácter de signo de transformación se torna claro si lo consideramos en relación a la significación ritual y metafísica que a la vez comporta la desnudez bautismal: es el abandono del <<viejo vestido de corrupción y de pecado del cual el bautizado se despoja, siguiendo a Cristo, ese vestido con que se había revestido Adán después del pecado>> (Eliade, 1992: 116)[9].

-          El ambiente festivo y la felicidad de los actores [todos ... empezamos a bailar, cantar y reír al ritmo]. En relación al baile interesa el que todas las danzas han sido sagradas en su origen teniendo un modelo extrahumano (Cicchitti Marcone, 1998: 87).

-          La presencia del niño: El Niño [entre ellas estaba mi sobrina cuya sonrisa me dio paz] es una imagen ejemplar que se asocia a la inocencia y con la cual la soñante se identifica [Todos éramos una sola cosa. Por algún motivo me detuve a bailar con un grupo de haditas que me hacían sentir tremendamente feliz]; la recuperación de esta condición supone una transformación. Adviértase la condición paradisíaca (=inocencia) de la escena [bailar ... Feliz ... sonrisa ... paz]. Nótese que el Niño también puede presentarse como Maestro [lo que nos remite a la función de <<protector>>] (Campbell, 2002: 110-112). Según Jung lo niños  indican el tema de los enanos que tal vez exprese motivos kabiricos [los Kabiras como enanos son divinidades ctónicas (Jung, 1957: 173)], es decir fuerzas formativas inconscientes (Jung, 1957: 206).

b.       [Nadir de la aventura: Es posible que este episodio se identifique con este momento del ciclo si establecemos la siguiente correspondencia: prueba suprema=ola de arena y recompensa= revelación de la ciudad, de lo contrario estamos ante una prueba de las que el héroe encuentra detrás del umbral]. El des-cubrimiento [se levanto una gran ola de arena sobre todos nosotros] no exento de <<peligros>> [haciéndonos sentir que había llegado el momento final ... atraparnos] de una realidad [revelando una ... ciudad] originaria [una antigua ciudad ... de estilo Griego] olvidada (=ignorada) [en ruinas] <<sagrada>> [perteneciente a antiguos Dioses] en la que el centro [Rodeaba esta <ciudad> una especie de vereda ... de Forma circular] se nos revela como lo permanente (la ciudad) frente a la impermanencia [Repentinamente esta <vereda de forma circular> comienza a girar] de la que la soñante participa [y todos nosotros ... parados sobre ella empezamos ...al ritmo con esa gran masa circular]. La forma circular de la vereda que rodea a la ciudad remite a la figura de un circulo mágico [es decir se trata de un mandala (Jung, 1957: 115-121)] con el cual quien tiene un propósito singular y secreto se defiende de los peligros que lo amenazan desde afuera y que ponen en peligro al que esta aislado por un secreto a la vez que sirve para confinar una parcela de terreno que debía ser sagrada e inviolable [=témenos: parcela de tierra separada y consagrada a la divinidad, que a menudo era un bosquecillo (Jung, 1957: 72 nota 2)] y en torno al cual se trazaba el sulcus primigenius, como se hacia en las fundaciones de ciudades (Jung, 1957: 72). El baile puede identificarse con una circumambulatio mágica (Jung, 1957: 190) la cual significa la concentración en el centro (Jung, 1957: 206)[10]. Por regla general el centro del mandala contiene una figura de supremo valor religioso (Jung, 1957: 118) [Rodeaba esta <ciudad> una especie de vereda: ciudad=centro ][11]; a propósito de esto, recordemos que Eliade señala que las ciudades santas y los santuarios se encuentran en el Centro del Mundo (Eliade, 1992: 40).

c.        Una ampliación de la percepción [comienzan a aparecer nuevos seres: Elfos, Hadas, Ninfas, Humanos] de la realidad <<ordinaria>> [Por todos lados (como nacidos de la tierra)], a la que también se integra el des-cubrimiento de la ciudad.  La presencia de las Ninfas supone, según Jung, una regresión [histórica (Jung, 1957: 107)] a representaciones inconfundiblemente antiguas (Jung, 1957: 105)[12].

  1. Proceso en desarrollo: El sueño se presenta como un proceso no concluido [Andrés estaba ... esperando]. No se advierte algún episodio que pueda identificarse con el Retorno[13].

Interpretación tentativa atendiendo al elemento contextual y simbólico del sueño. Provisoriamente podemos formular la siguiente interpretación del sueño en la que se atiende a los elementos simbólicos presentes en el mismo asociados al <<camino de aventura>> del <<héroe>> así como a aquellas experiencias de la soñante que contribuyen a su inteligencia: La muerte [Separación (Llamado a la aventura) - Iniciación (Umbral de la aventura)] de Andrés [=Milagros] opera en Milagros (y en el escenario en que actúa) una transformación [Iniciación (Detrás del umbral)], precisamente  la soñante:

a.       Experimenta una disolución que presenta una dignificación cosmológica y una de iniciación: revisar en el plano teórico-practico creencias convencionales en Filosofía, Metafísica e Historia de las Religiones.

b.       Experimenta una reintegración a una situación originaria: la revisión de la creencias convencionales supone el abandono (desnudez de las actoras) del <<viejo vestido>> (=creencias convencionales) y una reintegración a una situación originaria donde la inocencia (presencia del niño) se asocia al aprendizaje (niño=preguntas) y a la alegría del descubrimiento (ambiente festivo y felicidad de los actores).

c.        [Posible Nadir de la aventura] Participa del des-cubrimiento [Andrés=Milagros es quien descubre activamente (Andrés=iniciador) y pasivamente (Milagros=Héroe)] no exento de <<peligros>> [Prueba suprema] de una realidad  originaria [recompensa], olvidada (=ignorada) [la cultura antigua y medieval] , <<sagrada>> [fundamentos de esa cultura que se reconocen como verdaderos], en la que el centro se nos revela como lo permanente (la ciudad=fundamentos) frente a la impermanencia de la que la soñante participa (la vida cotidiana <<ordinaria>>).

d.       Experimenta una ampliación de la percepción de la realidad <<ordinaria>>: Como resultado de la revisión de creencias convencionales y de la revalorización y ejercicio de la inteligencia simbólica.

La transformación experimentada por la actora se presenta como parte de un proceso en desarrollo [no concluido=no identificación del Retorno].

5.Bibliografía.

Campbell, Joseph                      1992:      El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito.
                                                                    Buenos Aires, ed. Fondo de Cultura Económica, trad. cast. de            
                                                                    Luisa Josefina Hernández, 1992.

Campbell, Joseph                      2002:      Tú eres eso.
                                                                    Buenos Aires, ed. Emecé, trad. cast. de César Aira, 2002.

Cicchitti Marcone, V.                1998:     La persona humana y otros ensayos.
                                                                    Mendoza, ed. Ediunc, 1998.

Eliade, Mircea                           1990:      Herreros y Alquimistas.
                                                                    Madrid, ed. Alianza, trad. cast. de E. T., 1990.

Eliade, Mircea                           1992:      Lo sagrado y lo profano.
                                                                    Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.

Jung, C. G.                                 1957:     Psicología y Alquimia.
                                                                    Buenos aires, ed. Santiago Rueda, trad. cast. de Alberto Luis
                                                                    Bixio,1957.




[1] “Una persona es un héroe o una heroína cuando funciona en el interés de valores que no son locales o personales sino una fuerza más amplia de la cual la persona es vehículo.” (Campbell, 2002: 142).
[2]las dos escenas constituyen un solo sueño, que dicho sea de paso fue muy largo, tan largo como la noche.” (Nota ampliatoria posterior de la soñante).
[3]Con excepción de Andrés y las Haditas todos los demás seres estaban desnudos.” (Nota ampliatoria posterior de la soñante).
[4]Relacioné a Andrés con Gandalf por su aspecto físico similar, eran casi idénticos y su vestimenta era blanca.” (Nota ampliatoria posterior de la soñante).
[5]Recuerdo que por algún motivo especial vi a Legolas (algo de él me llamaba particularmente la atención) y también recuerdo sentir la presencia (aunque no los pude ver) de otros personajes del señor de los anillos y mi alegría al saber que estaban allí, con nosotros...” (Nota ampliatoria posterior de la soñante).

[6] La Montaña figura entre las imágenes que expresan el vinculo entre el Cielo y la Tierra y que se ubican en el Centro del Mundo (Eliade, 1992: 38-39).
[7] En relación a este símbolo de la firmeza señalamos a la roca del Templo de Jerusalén que señala tanto la unión entre la Tierra y las regiones inferiores (Eliade, 1992: 41) como un Centro [ombligo] del Mundo [tierra] (Eliade, 1992: 44).
[8] Cf. Jung, 1957: 153 comentario al Sueño 16 [pp. 140-155]: “ [...] la circunstancia de que el soñante no se encuentre en el centro sino a un lado, es una elocuente indicación de lo que ocurrirá con su yo: ya no podrá pretender ocupar el primer lugar,  sino que tendrá probablemente que contentarse con la posición de un satélite, o por lo menos con la de un planeta que gira alrededor del Sol.”.
[9] Es probable que la desnudez no alcance a Andrés por sus notas de autoridad e identificación con lo permanente, y a las Haditas (=Niño) por su identificación con la inocencia [Con excepción de Andrés y las Haditas todos los demás seres estaban desnudos (Nota ampliatoria posterior de la soñante)].

[10] Cf. Jung, 1957: 123 comentario al Sueño 6: “La mujer desconocida o anima representa el inconsciente que acosa al soñante hasta que éste se pone a correr en círculo. Y así sin más ni más, se da un centro potencial que no es idéntico al yo. Este gira alrededor del centro.”.
[11] Jung cita el siguiente fragmento de un tratado del Codex Brucianus:

“Este mismo es quien (Monogenes) mora en la Mónada, que está en el Setheus y que proviene del lugar del cual nadie puede decir dónde está ... De él proviene la Monada a la manera de un navío, cargado con toda clase de buenas cosas, y a la manera de un campo, lleno de toda suerte de árboles, y a la manera de una ciudad, colmada con todas las razas de la humanidad ...Tal es la condición de la Mónada que tiene en si todas estas cosas: hay doce mónadas que cual corona le ciñen la cabeza ... Y en el velo que la rodea como una muralla con torres [...] hay doce puertas ... Esta es la Ciudad-Madre [...] del Único Engendrado [...].”(Jung, 1957: 127 nota 3).

En este texto gnóstico encontramos representaciones parecidas a las del sueño: antigua ciudad=ciudad, ola de arena=velo que la rodea como muralla, nuevos seres=todas las razas de la humanidad.
[12] Cf. Jung, 1957: 123 Figura 23: Poliphile rodeado por doncellas.
[13] Téngase presente en relación a esto, que el sueño se vio interrumpido por razones ajenas a la soñante.