Equiparación entre los mitos y tiempos de origen y el mito y tiempo cosmogónico
Elementos para el estudio de la religiosidad Pagana 6
Andrés Salvador
1.Introducción.
Examinamos aquí la equiparación entre los
mitos y tiempos de origen y el mito y tiempo cosmogónico, con el fin de
precisar el carácter de modelo ejemplar del tiempo cosmogónico.
2. Antecedentes.
El Mito como modelo ejemplar y la
reactualización ritual del Tiempo Sagrado. El mito relata una historia sagrada, es
decir un acontecimiento primordial que tuvo lugar en el comienzo del Tiempo, ab
initio (Eliade, 1992: 84) que se erige en modelo ejemplar de todos los
ritos y actividades humanas significativas: alimentación, sexualidad, trabajo,
educación, etc (Eliade, 1992: 87), razón esta por la que el hombre se esfuerza
por reactualizar periódicamente el Tiempo del origen por medio de
rituales apropiados (Eliade, 1992: 76). La recitación ritual del mito
cosmogónico implica la reactualización de la cosmogonía, por lo que aquel para
quien se recita queda proyectado mágicamente al <<comienzo del
Mundo>> y se convierte en contemporáneo de la cosmogonía (Eliade, 1992:
74-75).
3.Desarrollo.
Equiparación entre los mitos de origen y el
mito cosmogónico.
La cosmogonía es el modelo ejemplar para toda especie de creación y en este
sentido los mitos de origen presuponen, prolongan y completan la cosmogonía, al
contar como el Mundo ha sido modificado, enriquecido o empobrecido, sin que
esto suponga que imite o copie el modelo cosmogónico ya que no se trata de una
reflexión sistemática; de allí que desde el punto de vista de la estructura los
mitos de rigen sean equiparables al mito cosmogónico (Eliade, 1994: 28).
Equiparación entre el tiempo sagrado, el
tiempo de origen y el tiempo cosmogónico. El Tiempo sagrado es el Tiempo de origen,
y el Tiempo de origen por excelencia es el Tiempo de la cosmogonía
(Eliade, 1992: 73), ahora como la cosmogonía es el arquetipo de toda
<<creación>>, el Tiempo cósmico que hace surgir la cosmogonía es el
modelo ejemplar de todos los demás tiempos específicos de las diversas
categorías existentes (Eliade, 1992: 69); de allí que podemos decir que no solo
son equiparables los mitos de origen al mito cosmogónico sino que también lo
son los Tiempos de origen al Tiempo cosmogónico.
Inicio de algunos mitos de origen por un
esquema cosmogónico.
La equiparación entre mito y tiempo de origen al mito y tiempo cosmogónico,
es la razón por la cual ciertos mitos de origen comienzan por el esquema de una
cosmogonía (Eliade, 1994: 28-29). Esto se advierte con claridad al examinar:
a. Historias y cantos genealógicos: Cuenta Eliade que: “La historia de las grandes familias y de las dinastías tibetanas comienza por recordar como el Cosmos ha nacido de un Huevo. <<De la esencia de los cinco elementos primordiales salió un gran huevo (...). Dieciocho huevos salieron de la yema de este huevo. El huevo de en medio de esos dieciocho, un huevo de concha marina, se separó de los demás. A este huevo de concha le crecieron miembros, después los cinco sentidos, y ya perfecto, se convirtió en un joven de una belleza tan extraordinaria que parecía la concesión de un voto (yid la smon). También se le llamo el rey Ye-smon. La reina Tchu-lchag, su esposa, parió un hijo capaz de transformarse por magia, Dbang Idam>>[1]. La genealogía prosigue contando el origen y la historia de los diversos clanes y dinastías.” (Eliade, 1994: 29)
b. Papel de los mitos en las curaciones: En los cantos mágicos con fin medicinal, el mito de origen de los medicamentos siempre esta integrado en el mito cosmogónico, de lo que se deduce que en las terapéuticas primitivas un remedio no llega ser eficaz mas que si se recuerda ritualmente su origen ante un enfermo (Eliade, 1994: 36), y por consiguiente su aplicación es contemporánea con el momento mitico de su descubrimiento (Eliade, 1985: 79). El siguiente es un encanto asirio contra el dolor de muelas (Sagan, 1983: XI):
Después que Anu hubiera creado el cielo,
y de que el cielo hubiera creado la tierra,
y de que la tierra hubiera creado los ríos,
y de que los ríos hubieran creado los canales,
y de que los canales hubieran creado el cenagal,
y de que el cenagal hubiera creado el gusano,
el gusano se presento llorando ante Shamash,
derramando sus lagrimas ante Ea:
“¿Qué vas a darme para que pueda comer?
¿Qué vas a darme para que pueda beber?”
“Te daré el higo seco
y un albaricoque.”
“¿De que me van a servir un higo seco
y un albaricoque?
Levántame, y entre los dientes
y las encías permíteme que resida ...”
Por haber dicho esto, ¡oh gusano,
que Ea te castigue con el poder
de su mano!
En el se asiste: 1º a la creación del Mundo; 2º al nacimiento del Gusano y de la enfermedad; 3º al gesto curativo primordial y paradigmático (destrucción del gusano por Ea). La eficacia del tratamiento reside en el hecho de que pronunciado el encantamiento ritualmente reactualiza el tiempo mítico del origen [del mundo, como de los dolores de muela y su tratamiento] proyectando al paciente in illo tempore (Eliade, 1985: 80; 1994: 36).
4. Bibliografía.
Eliade,
Mircea 1985:
El Mito del Eterno Retorno.
Barcelona, ed. Planeta-De Agostini, trad cast. de Ricardo Anaya, 1985.
Eliade, Mircea 1988:
Yoga. Inmortalidad y Libertad.
Yoga. Inmortalidad y Libertad.
Buenos Aires, ed. La Pleyade, trad. cast. de Susana de Aldecoa, 1988.
Eliade, Mircea 1992:
Lo Sagrado y lo Profano.
Lo Sagrado y lo Profano.
Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.
Eliade,
Mircea 1994:
Mito y Realidad.
[Colombia], ed. Labor, trad. cast. de Luis
Gil, 1994.
Sagan,
Carl 1983:
Cosmos.
Barcelona, ed. Planeta, trad. cast. de Miquel Muntaner i Pascual y M.ª del Mar Moya Tasis,
1983.
[1] Eliade remite aquí [nota 1, p. 216] a Ariane Macdonald, La Naissance du Monde au Tibet (en Sources Orientales, I, Paris, 1959, pp. 417-452), p. 428; y a R. A. Stein, Recherches sur l`épopée et le barde au Tibet (Paris, 1959), p. 464.