febrero 15, 2007

Notas sobre algunos testimonios relativos a la práctica de la prostitución sagrada en la antigüedad

 Notas sobre algunos testimonios relativos a la práctica 
de la prostitución sagrada en la antigüedad
Con la exposición de algunas de las explicaciones 
propuestas sobre esta

Andrés Salvador

1. Introducción.

La prostitución sagrada era una practica de la que participaban tanto mujeres como hombres en la que la unión sexual era entendida como un rito y de cuya presencia en la antigüedad conservamos numerosos testimonios, algunos de los cuales examinaremos exponiendo, asimismo, algunas de la explicaciones que al respecto fueron propuestas.

2. Antecedentes.

Los historiadores y geógrafos antiguos, en general griegos, que han hablado de ella han sido muy prudentes (debido al carácter escandaloso que presentaban estas practicas a sus ojos de profanos) y en consecuencia es problemático aprehender la significación profunda del rito y las explicaciones que dan suelen ser fantasiosas. La práctica está atestiguada ampliamente en Asia Menor, en Persia o incluso en Egipto. En lo que hace al mundo griego si bien esta costumbre se integra perfectamente a la vida de ciertas ciudades no pertenece propiamente a la civilización helénica y corresponde a una concepción de la divinidad que es de origen extranjero. Debemos tener presente que según los pueblos las motivaciones cambiaban.

3. Desarrollo.

Examen de los testimonios. Siguiendo a Salelles (1) se distinguen dos formas de prostitución sagrada:

  1. La que existe entre los pueblos donde las jóvenes de todo origen social deben prostituirse para amasar la suma necesaria a la constitución de su dote, sobre esta escribe Estrabon: " Los armenios, veneran particularmente a Anaitis (o Anahita) y le han dedicado numerosos templos, sobre todo en Akilisene. Le consagran esclavos jóvenes de ambos sexos. Y, lo que es mas notable, los hombres mas eminentes del país le consagran a sus hijas todavía vírgenes: la ley quiere que se entreguen a la prostitución largo tiempo en beneficio de la diosa, antes de ser dadas en matrimonio, y a nadie le parece indigno casarse con ellas después." (2).
  1. La costumbre de las hierodulas o cortesanas sagradas que forman parte del "clero" permanente de la divinidad y ejercen toda su vida su oficio dentro del templo de la diosa, al que corresponde los pagos que hacen los "fieles".
A esta distinción, entiendo, habría que agregar otras dos formas de prostitución (temporarias al igual que la primera) que surgen de otros autores y testimonios:

  1. Sacrificio u oferta de la virginidad a la diosa, como la que hacían todas las mujeres Babilonicas a los extranjeros en el templo de Milita .
  1. Como multa cuando no desean rasurarse la cabeza en ocasión de la muerte del dios: "Vi también en Biblos el gran templo de la Afrodita de Biblos, donde también se celebran los ritos de Adonis. Yo también hice averiguaciones a cerca de los ritos, pues ellos narran lo hecho a Adonis por un verraco en su propio país (de ellos), y en memoria de este padecimiento se golpean los pechos cada año y lloran y celebran estos ritos y establecen una gran lamentación por todo el país. Pero cuando han llorado y lamentado, primero realizan ritos funerarios a Adonis como si estuviera muerto, y se rasuran las cabezas como hacen los egipcios cuando muere Apis. Pero las mujeres que no desean ser rasuradas deben pagar la siguiente multa: en un día determinado han de ofrecerse a la prostitución en el tiempo oportuno, y la plaza está abierta solamente para los extranjeros y el pago se ofrece como un sacrificio a Afrodita."(4). Herodoto,  evoca en un pasaje las actividades de la diosa Babilonica Belit - Ishtar, su descripción nos permite imaginar el aspecto que presentaba el gran interior del templo: " He aquí la mas vergonzosa costumbre de los babilonicos. Es preciso que toda mujer del país, una vez en su vida, se una a un hombre extraño, en el templo de Afrodita. Muchas desdeñan mesclarse con otras y se jactan de sus riquezas: es así como van al santuario en carros cubiertos, seguidas por numerosos servidores. Dentro del templo, hay gran cantidad de mujeres sentadas, con una corona de cuerda en la cabeza. Unas llegan, otras se van. Entre ellas hay corredores en línea recta en todas direcciones, que les permiten a los extraños circular para elegir.
Cuando una mujer está  sentada allá, debe esperar, para volver a su casa, a que un extraño le haya arrojado dinero sobre las rodillas y se haya unido a ella en el interior del templo. Al arrojarle el dinero el hombre debe decir: "te llamo en el nombre de la diosa Mylitta", que es el nombre asirio de Afrodita. La cantidad de dinero es voluntaria y la mujer no tiene de ningún modo el derecho de rechazar al hombre, pues el dinero es sagrado y ella debe seguir al primero que le arroje algo. Después de haberse unido al hombre, ya ha cumplido con su deber para con la diosa y puede volver a su casa. Las que son bellas y bien formadas pueden volver pronto pero las feas se ven obligadas a quedarse mucho tiempo, sin poder satisfacer la ley. Algunas permanecen tres o cuatro años.", agrega Herodoto que una vez que la mujer cumplió con la diosa y se retira a su casa: "... no le darás algo tan grande, que la consigas." (5).

El carácter sagrado de la practica se pone de manifiesto en el Código de Hammurabi  cuando establece que:
 "Si una mujer naditum o una mujer entum que no vive en el claustro ha abierto una taberna o entra allí para (tomar) cerveza, esa mujer ser  quemada." (§ 110). 
Los nombres naditum y entum designaban a ciertas sacerdotisas de los templos mesopotamicos ( las cuales eran denominadas genéricamente << esposas de la divinidad>>); la primera se dedicaba a la prostitución sagrada y la segunda estaba destinada a un rito al que nos referiremos posteriormente ciertas sacerdotisas de los templos mesopotamicos dedicadas unas a la prostitución sagrada y otras  a un rito al que nos referiremos posteriormente y que esta relacionado: la hierogamia.

La prohibición de entrar en las tabernas e incluso de tocar sus puertas se entiende por que en Babilonia y en general en toda Mesopotamia estas no solo eran establecimientos públicos donde se expedían bebidas sino también pequeñas tiendas y en su mayoría lupanares. Algunos autores argumentan que lo pretendido con esta ley era vigilar la moralidad de las sacerdotisas toda vez que su lugar de actuación eran los templos o los recintos sagrados y no las tabernas adonde podrían ir, tal vez a beber pero al que secundariamente usaban como lupanar (6).

Entre los griegos, debemos recordar a  las hieródulas de Afrodita y de su sirvienta Persuasión en Corinto, estas prostitutas son también sacerdotisas estando ambas funciones estrechamente ligadas. Como las demás sacerdotisas del mundo griego, participaban oficialmente en todas las ceremonias donde era necesaria su intervención "sagrada". Es así que cuando la invasión de Grecia por los persas, se pide a las hieródulas de la Afrodita Corinta que hagan plegarias públicas y ofrezcan sacrificios por la salvación de los griegos. Como sus plegarias fueron aparentemente eficaces, puesto que el ejercito y la flota de Jerjes fueron derrotados en definitiva por la coalición de ciudades griegas, los Corintios ponen en el templo de Afrodita un ex-voto, estatuas, y una lista de todas las prostitutas inspiradoras de la victoria. Un epigrama de Simónides grabado a continuación de este catálogo, rinde homenaje a la eficacia de las hieródulas y de su patrona Afrodita:
"Estas mujeres han sido consagradas para mediar ante la divina Cypris, en favor de los griegos y de sus ciudadanos valerosos en el combate. Pues la diosa Afrodita no ha querido que la ciudadela de los griegos sea librada a los arqueros persas." (7).
La costumbre de la prostitución religiosa sobrevivía aun en el siglo II de nuestra era, tal como lo demuestra una inscripción griega encontrada en Tralle,  Lidia, que relata de una mujer, llamada Aurelia Aemilia, que no solo sirvió a la diosa como prostituta por su expreso mandato, sino que aun su madre y otras antepasadas suyas habían hecho antes lo mismo. La publicidad del relato, grabado en una columna de mármol que sostuvo una ofrenda votiva, demuestra que no recaía  ninguna mancha sobre la que así vivía y tenía tales parientes (8).

En Heliopolis o Baalbec, en Siria donde también la costumbre del país exigía que toda doncella debía prostituirse a un extranjero en el templo de Astarté‚ y en el que las matronas, lo mismo que las doncellas, testimoniaban su devoción a la diosa de la misma manera, será  el emperador Constantino (S. IV d. C.) quien abolirá  la costumbre, destruyendo el templo y construyendo una Iglesia en su lugar (9).

Al menos en el mundo griego estas prostitutas sagradas deben distinguirse de las prostitutas "profanas", pero como señala Salles nunca está completamente ausente la convicción de que sus actividades pertenecen al dominio sagrado de Afrodita, es un razonamiento de este género el que permite el perdón de la célebre Friné. Al menos en el mundo griego estas prostitutas sagradas deben distinguirse de las prostitutas "profanas" cuyo papel en la sociedad se presentaba en la legislación de Solon  (10):

  1. Como una medida de salubridad pública: servir como derivativo a los ardores de los jóvenes y
  1. Preservar la pureza de la raza: se protegía la castidad de las mujeres libres para garantizar así la pureza de la descendencia de los ciudadanos.
Pero como señala Salles nunca está completamente ausente la convicción de que sus actividades pertenecen al dominio sagrado de Afrodita: " Es un razonamiento de este género el que permite el perdón de la célebre Friné. El episodio es conocido: amenazada de ser condenada a muerte por una acusación de impiedad, es salvada por su abogado, el orador Hyperides, quien tiene la idea de desnudar el cuerpo de su cliente ante el tribunal. Los heliastas indultan a Friné porque la belleza de la joven los ha conmovido; pero también los mueve el temor supersticioso de destruir a esta sacerdotisa de Afrodita cuyo cuerpo espléndido muestra con tanta claridad el sello de la divinidad." (11).

Explicaciones propuestas de la practica. Pueden ayudarnos en la comprensión de practicas similares, algunas explicaciones propuestas en relación al sacrificio a Milita (12):

  1. Como satisfacción a la divinidad y a la sociedad del ultraje que se le infiere por el matrimonio o apropiación exclusiva de una mujer por un solo hombre: Afirmada por Bachofen, Giraud-Teulon y, en general, por cuantos autores suponen en los primeros momentos de la vida social humana un estado de promiscuidad o hetairismo. La practica considerada como otros cultos sensualistas de la antigüedad constituirían una verdadera expiación del matrimonio.
  1. Como rito de la pubertad: Hartland  opina que la ceremonia babilónica del sacrificio a Milita podría ser una desfloración ritual necesaria para que la muchacha pudiera ser admitida entre la clase adulta y gozar de sus privilegios, de los cuales uno de los mas importantes era el matrimonio.
  1. Como recuerdo de la hospitalidad sexual: Otros autores como Wake suponen que el sacrificio a Milita y sus similares es un recuerdo de este tipo extendida y escrupulosamente practicada en determinadas regiones.
  1. Como rito mágico destinado a promover la fertilidad vegetal y animal: Así se inclinan a considerarlo ciertas escuelas sociológicas.
  1. Como recuerdo de la ley de exogamia (y del totemismo): Según como se sostiene por algunos como Durkheim y la escuela sociológica francesa. Presta un cierto fundamento a esta hipótesis el hecho de ser casi siempre extranjeros los hombres escogidos para celebrar el rito. Cumont encuentra en esta circunstancia la ventaja de librar a las jóvenes de la brutalidad de sus próximos parientes, aunque tal ventaja, si puede explicar la persistencia de la costumbre, no incluye la idea que la inspiró, que ha de buscarse, según Cumont y otros sociólogos, en la exogamia.
  1. Como medio de evitar un sacrilegio: El derramamiento de la sangre de los individuos del mismo clan inspiraba temor por suponerse que en ella residía el dios totémico, cuyo temor no alcanzaba a los extranjeros por adorar a otros dioses totémicos. Como la primera unión sexual implica la efusión de sangre, para evitar que algún individuo del clan cometiera lo que se creía un sacrilegio (siguiendo siempre la argumentación de aquellos autores que, como Durkheim, opinan que en la sangre reside el dios totémico), se buscó un forastero, que por su condición de tal, podía consumar el acto, sin incurrir en la ira de las fuerzas superiores.
4. Conclusiones.

Dado que, en conformidad con las explicaciones propuestas desde la antropología y la sociología, estamos ante un fenómeno religioso, en cuanto que la practica de la prostitución sagrada supone un complejo mítico ritual de estructura cosmogónica integrada en la religiosidad cósmica, distinta de la prostitución (profana) presente en las civilizaciones modernas, seria conveniente realizar el abordaje teórico de los numerosos testimonios que se conservan sobre la misma, desde la perspectiva de la historia de las religiones.

5. Notas.

(1) Catherine Salles. Los bajos fondos de la antigüedad. Ediciones Juan Granica S.A. Buenos Aires, 1983. Las historias de la historia 3. Traducción de Cesar Ayra. pp. 32-39 y 72-74.

(2) Estrabon, Geografía, XI, 14,16, citado por Salles, op.cit., p.33.

(3) Alfred Loisy, Los misterios paganos y el misterio cristiano. Editorial Paidos, SAICF. Barcelona 1990. Paidos Orientalia 26. Traducción de Ana P. de Goldar, pp.76-77. V. nota 69.

(4) Luciano, De Dea Syria, 6, citado por James B. Pritchard. La arqueología y el antiguo testamento. Editorial Universitaria de Buenos Aires S.E.M. Buenos Aires 1976. Lectores de EUDEBA 30.Traducción de Guillermo Koehle, p.154.

(5) Herodoto, Historia, I, 199, Salles, op.cit., pp.34-35 y Herodoto. Historias. Tomo I. Universidad Nacional Autónoma de México. México 1976. Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana. Introducción, versión, notas y comentarios de Arturo Ramírez Trejo. 

(6) Federico Lara Peinado. Código de Hammurabi. Editorial Tecnos, S.A. Madrid 1986. Colección Clásicos del Pensamiento 23. Estudio Preliminar, traducción y notas de Federico Lara Peinado. Código de Hammurabi, p.20. Consultar los comentarios números 327,330, 332, 333, 336 y 515.

(7) Simónides, citado por Ateneo, XIII, 573d, citado por Salles, op.cit., p.37.

(8) James George Frazer. La rama dorada. Magia y religión. Fondo de Cultura Económica. México 1980. Sección de Obras de Sociología. Traducción de Elizabeth y Tadeo I. Campuzano. p.385.

(9) Frazer, op.cit., p.384. 

(10) Salles, op.cit., pp. 19-21 y 24-26.

(11) Salles, op.cit.: Prostitutas o Sacerdotisas? pp.37-39. 

(12) Sigo en esto a la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana Tomo XXXV. Hijos de J. Espasa, Editores. Barcelona S.F. en su entrada Milita pp.257-258.

6. Bibliografía

Burckhardt, Jacob. Historia de la cultura griega. Volumen V. Editorial Iberia, S.A. Barcelona 1971. Obras Maestras. Traducción de Germán J. Fons.

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana Tomo XXXV. Hijos de J. Espasa, Editores. Barcelona S.F. en su entrada Milita 

Frazer, James George. La rama dorada. Magia y religión. Fondo de Cultura Económica. México 1980. Sección de Obras de Sociología. Traducción de Elizabeth y Tadeo I. Campuzano.

Guthrie, W.K.C. Los filósofos griegos de Tales a Aristóteles. Fondo de Cultura Económica. México 1992. Breviarios del Fondo de Cultura Económica 88. Traducción de Florentino M. Torner.

Herodoto. Historias. Tomo I. Universidad Nacional Autónoma de México. México 1976. Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana. Introducción, versión, notas y comentarios de Arturo Ramírez Trejo.

Lara Peinado, Federico. Código de Hammurabi. Editorial Tecnos, S.A. Madrid 1986. Colección Clásicos del Pensamiento 23. Estudio Preliminar, traducción y notas de Federico Lara Peinado.

Loisy, Alfred. Los misterios paganos y el misterio cristiano. Editorial Paidos, SAICF. Barcelona 1990. Paidos Orientalia 26. Traducción de Ana P. de Goldar 

Pritchard, James B. La arqueología y el antiguo testamento. Editorial Universitaria de Buenos Aires S.E.M. Buenos Aires 1976. Lectores de EUDEBA 30.Traducción de Guillermo Koehle.

Salles, Catherine. Los bajos fondos de la antigüedad. Ediciones Juan Granica S.A. Buenos Aires, 1983. Las historias de la historia 3. Traducción de Cesar Ayra.