mayo 01, 2018

El Espacio, el Tiempo y la manifestación de lo Sagrado

Notas sobre el pensamiento simbólico
 
Salvador, Andrés Oscar Raúl




Para el hombre religioso de las culturas arcaicas, el tiempo como el espacio no era homogéneo ni continuo [Eliade, 1992: 63] y esto porque en ellos se advierte una manifestación de lo sagrado, lo que Mircea Eliade llama hierofanía, la que supone que objetos que forman parte integrante de nuestro mundo, se revelen como algo completamente diferente, como una realidad que no pertenece a nuestro mundo, lo sagrado.

Al manifestarse lo sagrado un objeto cualquiera se convierte en otra cosa sin dejar de ser él mismo. De este modo, para quien tiene una experiencia religiosa, la totalidad de la naturaleza es susceptible de revelarse como sacralidad cósmica, en otros terminos, el Cosmos en su totalidad puede convertirse en una hierofanía [Eliade, 1992: 19-20].

El espacio sagrado. Podemos entonces decir que hay porciones de espacio cualitativamente distintas de las otras. El espacio "fuerte" y significativo, porque en el se manifiesta lo sagrado, es el espacio sagrado  distinto del no consagrado o espacio profano [Eliade, 1992: 25-28].

El espacio sagrado supone una irrupción de lo sagrado, una hierofanía, cuyo efecto es el de destacar un territorio, del medio cósmico circundante y hacerlo cualitativamente diferente. La sacralidad de un lugar se advierte por una teofanía o hierofanía, y aun por un signo cualquiera.
La necesidad para el hombre religioso de vivir en un espacio sagrado, lo ha llevado a elaborar técnicas de construcción del espacio sagrado, mediante rituales que son eficientes en la medida que se reproduce la obra de los dioses [ Eliade, 1992: 28-32].

El tiempo mítico de los orígenes. Para el hombre religioso, existía por una parte un tiempo sagrado, creado y santificado por los Dioses y que como veremos mas adelante era recuperable,

Les Très Riches Heures du duc de Berry, Mai
Hermanos Limbourg o Limburgo (s. XV)
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Les_Tr%C3%A8s_Riches_Heures_du_duc_de_Berry_mai.jpg
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El Libro de horas, de los que Les Très Riches Heures du Duc de Berry es ejemplo, supone una idea sacral del tiempo que nos remite al concepto de Tiempo sagrado.

y por otra un tiempo profano, esto era, la duración temporal, ordinaria en que se inscribían los actos despojados de significación religiosa [Eliade, 1992: 63-64], y que correspondían a un mundo vivo, habitado y desgastado por seres de carne y hueso sometidos a la ley del devenir, de la vejez y de la muerte [Eliade, 1973: 59] e implicaba el alejamiento progresivo de los comienzos y por lo tanto la perdida de la perfección inicial [Eliade, 1973: 64]. Era un tiempo destructor que desgastaba al ser humano, a la sociedad y al cosmos [Eliade, 1992: 71].


Las tres edades [Die Lebensstufen]
también Las edades de la vida
Caspar David Friedrich (s. XIX)
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Caspar_David_Friedrich_013.jpg
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Esta duración temporal profana, era susceptible de ser detenida periódicamente por la inserción mediante ritos del tiempo sagrado, no histórico en el sentido de que no pertenecía al presente histórico [Eliade, 1992: 65].

Era el tiempo de las fiestas, a través de las cuales se reactualizaba un acontecimiento sagrado que tuvo lugar en un pasado mítico al comienzo [Eliade, 1992: 63] y que proporcionaba modelos a la conducta humana confiriéndole por eso mismo significación y valor a la existencia [Eliade, 1973: 14].


Bibliografía

Eliade, Mircea 1992:
Lo Sagrado y lo Profano.
Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.

Mircea 1973:
Mito y Realidad.
Madrid, ed. Guadarrama, trad. cast. de Luis Gil, 1973.