junio 10, 2017

El Estado y las categorías políticas preestatales

Notas sobre Estado y Sociedad / 1

Andrés Salvador

el Leviathan es una obra monstruosa, 
como su mismo titulo indica 

Leibniz[1]

Portada del libro de Thomas Hobbes
Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil (1651) 
realizada por Abraham Bosse
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Leviathan_gr.jpg
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El propósito de este trabajo es el de examinar el uso del termino estado y las distintas categorías políticas preestatales, procurando mostrar sus diferencias, y sobre esta base, las prevenciones respecto del uso de este termino, cuestión esta de interés en orden a una inspección critica del derecho.

El Estado. La  palabra Estado, empleada para designar a la organización política, es de origen moderno (Cordova, 1986: 22). En realidad el Estado, entendido como un poder central supremo diferenciado de la sociedad civil y capaz del «monopolio de la coerción física legitima»[2] sobre una población determinada y dentro de limites (fronteras) de un territorio dado[3] no es sino una de las formas históricas particulares que asumiera el poder político (Colombo, 1990: 97).

Categorías políticas preestatales. Es de interés considerar a las organizaciones políticas anteriores a la aparición de aquello que llamamos Estado, las que pueden agruparse en tres categorías (Colombo, 1990: 78):

1. Politeia (y Civitas): Presenta limites espaciales reducidos y población limitada, alta cohesión interna y fuerte participación política de lo que resulta un sentimiento definido de Identidad comunitaria. Regida por Leyes (Nomoi) y reconociendo la soberanía de la asamblea  (desde el siglo VII a. de C. aparecen fórmulas como la «la ciudad decidió», o mas tarde «quiso el pueblo que...») y la igualdad de sus miembros, la polis se enfrenta al problema de sus limites y de sus excluidos : Las mujeres, los extranjeros y los esclavos[4].

 Aun reclamando la invención de la política, la ciudad griega esta muy lejos del modelo estatal moderno, no existe en ella la autonomización de la instancia política con respecto a la religiosa: la definición mínima de ciudad se concentra en un lugar junto al Agora, donde se encuentra la sala del Consejo «el Pritaneo» en el que se conserva el fuego común que es el corazón de la ciudad. No hay tampoco una clara separación entre sistema político y «systeme de Parenté» y las relaciones políticas no son universalistas, estando limitadas a un numero reducido de «ciudadanos» (Colombo, 1990: 78-79).

Interesa señalar que en la Polis el poder político pertenece al conjunto de los ciudadanos no pudiendo hallarse lo que sin dudas es una de las notas distintivas del Estado moderno y que es el que el poder explícito se identifica con una organización jerárquica con delimitación de áreas de competencia[5].


Detalle de la Acropolis y el Aréopago
Leo von Klenze (s. XIX)
http://it.wikipedia.org/wiki/File:Akropolis_by_Leo_von_Klenze-award-3.jpg
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2. Imperium: El imperio nos proporciona el ejemplo contrario a la Polis. Los imperios ocupaban grandes extensiones territoriales como el Imperio Romano que conoció su máxima expansión en el siglo II o el Imperio Qing  (Ts`ing) de la dinastía Sinomanchú, que en el siglo XVIII englobaba 12 millones de kilómetros cuadrados (dos millones mas que la República Popular China), estaban fuertemente centralizados y dominaban a las poblaciones sometidas por las fuerza de las armas, sus fronteras se erigían frente al caos y la barbarie exteriores al orden del mundo conocido.

Pero, si bien algunos imperios como el Romano desarrollaron un aparato administrativo de primer orden y un sistema jurídico bien integrado, la cohesión del sistema fue siempre baja, no logrando integrar y hacer participar en el proceso político mas que a una parte muy reducida de la población de lo que resultaba una falta total de  sentimientos de lealtad o pertenencia al centro imperial (Colombo, 1990: 78).

Entiendo que esto se debe al menos en parte a que las lealtades primitivas, entendidas como identificaciones inconscientes, estaban previamente solicitadas por el grupo primario: Tribu, clan, “familia”, village [aldea o pueblo] (Colombo, 1990: 95).


Augusto di Prima Porta
Estatua de César Augusto que fue descubierta el 20 de abril de 1863
en la Villa ad Gallinas Albas o Villa de Livia
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Statue-Augustus.jpg
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3. Regnum: En cuanto al reino, tercera categoría que inspeccionamos, fue en la alta edad media la estructura política mas común en la Europa Occidental y era también la perfecta antítesis del Estado moderno ya que se fundaba sobre la lealtad hacia algunas personas y no sobre bases abstractas e instituciones mas o menos duraderas.

Un reino reunía las poblaciones que aceptaban a un cierto individuo como Rey o que reconocían el derecho hereditario de una familia a reinar, pero el espacio territorial por ejemplo, fundamental al Estado Nación, le era indiferente: El reino de los Visigodos se desplazo en algunas generaciones del Báltico al Mar Negro y luego al Golfo de Gascuña (Colombo, 1990: 79).


Louis IX ou Saint-Louis
d'après le Recueil des rois de France de Jean Du Tillet.
Bibliothèque Nationale de France. Peinture réalisée d'après l'image gravée sur le grand sceau du roi.
Un médaillon, au milieu de la partie inférieure de la bordure, présente l'image du contre-sceau royal.
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Louis_IX_ou_Saint-Louis.jpg
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Inicio del uso del termino Estado. Será con Maquiavelo que el termino Estado es usado por primera vez en un texto político, aun cuando la nueva terminología no logra ser completamente diferenciada de la que le antecede (Cordova, 1986: 23 nota 4).


Nicolás Maquiavelo
Santi di Tito (s. XVI)
Actualmente en el Palazzo Vecchio en Florencia, Italia
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Portrait_of_Niccol%C3%B2_Machiavelli_by_Santi_di_Tito.jpg
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Prevenciones que suscita el uso del termino Estado. Las solas diferencias que presenta el «nombre» que designa a la realidad política bastaría para justificar las prevenciones de Hermann Heller[6] para quien es completamente errónea la concepción de que la idea de Estado es algo así como una cosa invariable, que presenta caracteres constantes através del tiempo, como ocurre cuando se habla de investigar «el fenómeno del Estado en general» o de la esencia «del Estado en general» sin otra determinación.

Así es como plantea la cuestión la llamada Teoría «General» del Estado que (incluido Hans Kelsen) no lleva mas pretensión que la de generalizar ciertas características del Estado moderno a «todo» tipo de Estado, absolutizando y eternizando un objeto de estudio que es totalmente histórico (Cordova, 1986: 23 nota 5).


Bibliografia

Castoriadis, Cornelius   1991:  
Poder, política, autonomía.
en Ferrer, Christian (Compilador) El lenguaje libertario. Filosofía de la protesta humana. Tomo II, pp. 43-75, trad. cast. de Ignacio de Llorens.
Montevideo, ed. Nordan - Comunidad,  1991.

Colombo, Eduardo   1990:   
El estado como paradigma del poder.
en Ferrer, Christian (Compilador) El lenguaje libertario. El pensamiento anarquista contemporáneo. Tomo I, pp. 71-97, trad. cast. de Revista Utopía Nro. 5, en Buenos Aires.
Montevideo, ed. Nordan - Comunidad, 1990.

Cordova, Arnaldo   1986:   
Sociedad y estado en el mundo moderno.
México, ed. Grijalbo, 1986.

Heller, Hermann   1983:   
Teoría del estado.
México, ed. Fondo de Cultura Económica, trad. cast. de Luis Tobio, 1983.
   
Meabe, Joaquín E.   1993:   
Los presupuestos de la filosofía practica de Aristóteles y la génesis de la ética y la teoría del derecho como disciplinas programaticas.
Seminario de Filosofía Practica Clásica, Segundo Semestre
Corrientes, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas - Universidad Nacional del Nordeste, 1993.
                                              
Touchard, Jean   1979:   
Historia de las ideas políticas.
Madrid, ed. Tecnos, trad. cast. de J. Pradera 1979.

Weber, Max   1992:    
Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva.
Buenos Aires,  ed. Fondo de Cultura Económica, trad. cast. de José Medina Echavarría, Juan Roura Parella, Eugenio Imaz, Eduardo García Maynez y José Ferrater Mora, 1992.


[1] Cf. Touchard, 1979: 259.

[2] Cf. Weber, 1992: El estado racional como asociación de dominio institucional con el monopolio del poder legitimo, pp. 1056-1060.

[3] Cf. Colombo, 1990.

[4] La idea de hombre presenta un carácter restringido, al  respecto Joaquín E. Meabe (1993: 37-64 particularmente  nota 42 pp. 117-118) escribe:

“La ciudad griega, en su modelo clásico- sostiene Pierre Vidal-Naquet en su ensayo Esclavitud y ginecocracia en la tradición, el mito y la utopía incluido en Formas de pensamiento y formas de sociedad en el mundo griego. El cazador negro, Barcelona, ed. Península, 1983 (pags. 242-243)-  se definía por un doble rechazo: rechazo de la mujer en tanto que la ciudad griega era un "club de hombres" y rechazo del esclavo en tanto que era un "club de ciudadanos". Y hasta debería decir un triple rechazo, puesto que también el extranjero era rechazado, pero quizás el caso del esclavo no fuera sino el del extranjero llevado a su situación limite”.

[6] Cf. Heller, 1983: 19, ver también Supuestos Históricos del Estado Actual, pp. 141-154.