julio 01, 2009

LA ABEJA COMO SÍMBOLO DE LA VIRGEN MARIA

LA ABEJA COMO
SÍMBOLO DE LA VIRGEN MARIA
Notas sobre el pensamiento simbólico

Salvador, Andrés Raúl Oscar

A la memoria de Trinidad Morales de Niella

 


Canto de la resurreccion: el Diacono, vestido con una Dalmatica y ubicado sobre un ambón, canta o prepara el canto del Exultet, mientras toca el Cirio Pascual, que el  Obispo enciende.  Beneventano datado del siglo X, detalle de la Biblioteca Apostolica Vaticana MS 9820, reproducida en El Occidente Cristiano y sus cantores: Los primeros mil años de Christopher Page

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1. Introducción

En este trabajo reunimos unas notas sobre la figura de la abeja como símbolo de la Virgen Maria  en la Bendición o Elogio del Ciro Pascual que forma parte de los Oficios del Sábado Santo con arreglo a la liturgia de la Iglesia Católica previa a las reformas en esa materia  posteriores al Concilio Vaticano II .

2. Antecedentes

Interés de la Candelaria o Fiesta de la Purificación de la Sma. Virgen en orden a este tema. En relación al simbolismo de las velas y particularmente de la cera tienen el mayor interés los textos litúrgicos de la Candelaria o Fiesta de la Purificación de la Sma. Virgen [Febrero 2] [Azcárate, 1944: 1347-1359]: 

[1ª] Bendición de las Candelas: 1ª Oración: per ópera apum = elaborada por las abejas [Azcárate, 1944: 1348];

[2ª] Procesión de las Candelas [Azcárate, 1944: 1353-1354]: se identifica la candela con Cristo;

[3ª] Misa de la Purificación: ver Oración - Colecta [Azcárate, 1944: 1355]; sobre esta fiesta véase también Azcárate, 1945: 436-438.
 


Virgen de la Candelaria - Catedral de Córdoba
Damián de Castro (s. XVIII)
http://www.conferenciaepiscopal.es/inmaculada/imagenes/VirgenCandelariaCordoba.jpg
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3. Desarrollo

La Bendición o Elogio del Ciro Pascual y la madre abeja. Como parte de los Oficios del Sábado Santo, se procede a la Bendición o Elogio del Ciro Pascual, en cuyo transcurso el Diácono tras encender el Cirio con una de las velas de la caña [provista en la punta de  tres cirios por lo que es llamada Tricirio y que representan a la Santísima Trinidad, por lo que las rubricas mandan que para que esté mejor simbolizada la Trinidad en la Unidad, y viceversa, estén los tres cirios fundidos en uno, por su parte inferior (Azcárate, 1944: 546 nota 1)] dice [cursiva nuestra]:

“Qui licet sit divísus in partes, mutuáti tamen lúminis detriménta non novit. Alítur enim liquántibus ceris, quas in substántiam pretiósæ hujus lámpidis apis mater edúxit.

        
El cual Cirio, aunque dividido en partes, nada pierde, al comunicar su luz; pues se alimenta de la cera derretida que sacó la madre abeja, para sustancia de esta preciosa llama.” [Azcárate, 1944: 551].


Abejas, detalle de El triunfo de la Divina Providencia
de Pietro da Cortona (s. XVII)
http://www.historiarte.net/iconografia/virtudes.html
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Símbolismo del Cirio. En la colección de vidas de santos conocida con el nombre de La leyenda dorada, en su mayor parte obra de Santiago de la Vorágine [h. 1228-1298], en el Capitulo XXXVII titulado La purificación de la Bienaventurada Virgen Maria [Vorágine, 1987: 157-164], se presenta una explicación que permite inteligir el simbolismo del Cirio Pascual:

“Los cirios encendidos que llevamos en nuestras manos y con los que entramos en la iglesia y ofrecemos posteriormente en el altar, representan a Jesús; y lo representan adecuadamente, a saber, la cera, la mecha y la llama, que responden a otros que se daban en Cristo: su cuerpo, su alma y su divinidad. La cera, producida por las abejas de su propia sustancia, sin mezclas heterogéneas, simboliza el cuerpo de Cristo, engendrado exclusivamente de la sustancia de la Virgen María, sin corrupción de su carne virginal; la mecha, alojada en el interior de la cera, significa el alma candidísima que informa el cuerpo del Señor; y la llama que arde y consume la cera del cirio, se asemeja a la divinidad de Jesucristo; no olvidemos que nuestro Dios es como una llama de fuego abrasador. Por eso, certeramente inspirado, dijo el autor de estos versos:

                    En honor de la piadosa Maria
                    llevo esta candela en la mano mía:
                    Representa esta cera
                    la carne virginal verdadera
                    de Cristo; y la llama, que ilumina,
                    significa su persona divina;
                    y la mecha en el cirio escondida,
                    el alma que a su cuerpo da vida.

                                                                [Vorágine, 1987: 162].

                           

El Cirio Pascual es una figura de Cristo Resucitado [Azcarate, 1945: 492][1] en el que [=: se identifica con]:

1.        La cera = el Cuerpo de Cristo.

2.        La mecha = el Alma candidísima del Señor.

3.        La llama = la Divinidad de Jesucristo.



La Cantiga 211 "Apostos miragres faz todavia" de Alfonso X el Sabio (s. XIII) es una bella expresión del complejo simbólico que aquí examinamos. El sello Pneuma de Eduardo Paniagua presenta el contenido  de esta cantiga en los siguientes terminos: El día de Pentecostés, en la misa mayor de Santa María de Elche, la gente vio como el cirio pascual estaba consumido en parte por el fuego y como las abejas blanquísimas entraron para restaurarlo, quedándose el enjambre en el templo dando abundante miel y cera.

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Identificación de la madre abeja con la Virgen Maria. Ahora, este simbolismo que es explicado por San Anselmo [Azcarate, 1945: 438] nos permite afirmar que la madre abeja que produce la cera de su propia sustancia, sin mezclas heterogéneas se identifica con la Virgen Maria que engendró a Cristo exclusivamente de su sustancia sin corrupción de su carne virginal [Vorágine, 1987: 162]. Este simbolismo se pierde cuando:

1. Para el alumbrado propiamente litúrgico [Misa, Oficios divinos, Sacramentos y Sacramentales] no se emplea cera pura de abejas ya que:

“Las velas de esperma, estearina, etc., no son litúrgicas, y si como luminaria conservan el simbolismo de la luz, no así el de la cera pura. Que representa la carne virginal de Jesucristo, nacida de la Virgen María, como la cera de las virginales abejas.” [Azcárate, 1945: 116].

2. Se traduce apis mater [madre abeja] por solicita abeja [cf. por ejemplo Ciuccarelli, 1957: 98].


4. Bibliografía

Azcarate, O.S.B., Andrés   1945:      
La Flor de la Liturgia.
Buenos Aires, ed. Monasterio de San Benito, 1945.

Azcarate, O.S.B., Andrés   1944:      
Misal diario para América.
Buenos Aires, ed. Litúrgica Argentina, 1944.

Ciuccarelli, Pbro.,  José A.   1957:      
Semana Santa - Oficios Solemnes.
Buenos Aires, ed. Apostolado Catequístico, 1957.

Vorágine, Santiago de la   1987:      
La leyenda dorada, 1.
Madrid, ed. Alianza, trad. cast. de Fray José Manuel Macías, 1987.



[1] También recuerda a la columna luminosa que por la noche conducía a los hebreos, a su paso por el desierto [Azcarate, 1945: 492]; Azcarate  reproduce una miniatura del British Museum en el que se ve la bendición del Cirio pascual, el  cual tiene la doble forma tradicional, de columna y árbol [Azcarate, 1945: 492].



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