mayo 15, 2009

EL DERECHO DEL MAS FUERTE EN LA RELACIÓN ENTRE DIOSES Y HOMBRES EN HESÍODO

 EL DERECHO DEL MAS FUERTE EN LA RELACIÓN
ENTRE DIOSES Y HOMBRES EN HESÍODO
Materiales para el estudio de la teoría de la Ley y  la Justicia
del Mas Fuerte en la antigüedad clásica  
Salvador, Andrés Oscar Raúl

I1.Introducción.

El propósito de este trabajo es el de examinar la incidencia del derecho del mas fuerte en la relación entre dioses y hombres en un marco ontológicamente univoco y horizontal [Anquín, 1994] como el presentado por Hesíodo en Teogonía y Trabajos y Días [Hesíodo, 2000].

2. Antecedentes.

Origen común de Dioses y hombres. Según Karl Kerényi,  una idea básica no solo del culto griego, sino de la religión griega en general [Kerényi,1972: 143] es la de que la humanidad se encuentra en relación fraternal con la divinidad [Kerényi,1972: 144]: Dioses y hombres tienen un origen común [Kerényi,1972: 143].

3.Desarrollo.

Origen común de Dioses y hombres en Hesíodo: Este autor, según Kerényi [también Eggers Lan, 2000: 76-77 nota 24], si bien describe la creación de la mujer original, en ninguna parte habla de un primer hombre [Kerényi,1972: 143], sin embargo, el origen común de Dioses y hombres se encuentra claramente formulada cuando en Trabajos y Días, al exponer la doctrina de las edades del mundo, que presupone la creación de cada <<especie>>, informa sobre una estirpe de hombres [Kerényi,1972: 144]:

“Ahora si quieres te contaré brevemente otro relato, aunque sabiendo bien -y tú grábatelo en el corazón- cómo los dioses y los hombres mortales tuvieron un mismo origen” (Trab. 108) [Hesíodo, 2000: 70][1].

Recuerda Kerényi que Píndaro [Nem. VI 1 s.] dice lo mismo:

“Una es la especie de los hombres, una la de los dioses: de una madre tomamos ambos alimento.” [Kerényi,1972: 143].

Esta estirpe de hombres fue creada de la materia de los fresnos [Kerényi,1972: 144]:

“Otra tercera estirpe de hombres de voz articulada creó Zeus padre, de bronce, en nada semejante a la de plata, nacida de los fresnos, terrible y vigorosa.” (Trab. 144) [Hesíodo, 2000: 71].

Para Hesíodo, la especie humana es idéntica a la especie de los fresnos [Kerényi,1972: 144]:

“Y desde entonces siempre tuvo luego presente este engaño y no dio la infatigable llama del fuego a los fresnos, [los hombres mortales que habitan sobre la tierra].” (Teogonía 563) [Hesíodo, 2000: 35].

Los fresnos como seres divinos [=ninfas que se llaman <<fresnas>>] se crearon junto con sus hermanos las furias y los gigantes por medio de las gotas de sangre de Urano que cayeron en la tierra y la fecundaron [Kerényi,1972: 144][2]:

“y  apresuradamente segó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás.
No en vano escaparon aquéllos de su mano. Pues cuantas gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dio a luz a las poderosas Erinias, a los altos Gigantes de resplandecientes armas, que sostienen en su mano largas lanzas, y a las Ninfas que llaman Melias sobre la tierra ilimitada.” (Teogonía 182-187) [Hesíodo, 2000: 19].

Según Robert Graves:

“Las ninfas del fresno son las tres Furias en estado de ánimo  más benigno: el rey sagrado estaba dedicado al fresno, empleado originalmente en las ceremonias para provocar la lluvia [Aquí Graves remite a 57.1 donde entre otras observaciones  sobre Foroneo, el primer hombre que fundó y pobló una ciudad con mercado, leemos: “Su madre es la ninfa-fresno Melia, porque el fresno, el árbol precedente de la misma serie, se dice que <<corteja al relámpago>> y los árboles heridos por el rayo fueron la fuente de fuego para el hombre primitivo” (Graves, 1992: 239)]. En Escandinavia llegó a ser el árbol de la magia universal; las Tres Normas o Parcas, dispensaban la justicia bajo un fresno del que Odin, al reclamar la paternidad de la humanidad, hizo su corcel mágico. Las mujeres deben haber sido las primeras hacedoras de lluvia en Grecia, igual que en Libia.” [Graves, 1992:44].

Los dioses olímpicos son también hijos de Urano y Gea [Eggers Lan, 2000: 76 nota 24], de allí que Kerényi sostenga:

 “Del mismo origen que los dioses, que también provienen de Urano y Gea, cielo y tierra, y sin embargo de una especie mas oscura: esos son los hombres.” [Kerényi,1972: 144].

Los Dioses Titanes. En la posterior tradición órfica y platónica la relación entre Titanes y hombres va a conocer un complejo desarrollo que aquí no examinamos pero que explica la condición del hombre por la presencia de elementos titánicos [Eggers Lan, 2000: 74-77]. Aquí solo señalaremos, teniendo en vista la figura de Prometeo, que conforme a Hesíodo el nombre de Titanes fue dado por Urano tras la castración a todos sus hijos, incluido Cronos, por extender [titaínein] demasiado alto sus brazos (Teogonía 206-207) [Eggers Lan, 2000: 77 nota 25]. Según Pausanias, citado por Eggers Lan, la primera mención de los Titanes es hecha por Homero:

“los Titanes fueron introducidos por primera vez en la poesía por Homero: dice que eran los dioses que habitaban bajo el Tártaro [...] (VIII, 37, 5).” [Eggers Lan, 2000: 74].

En efecto en Ilíada XIV, 278 se los menciona una sola vez, en una invocación junto a otras divinidades:

“y juró como le había ordenado y nombró a todos los dioses
que están bajo el Tártaro, que reciben el nombre de Titanes.”
[Homero, 2000: 281].

La denominación que Homero aplica a los Titanes [bajo el Tártaro], supone un mito que nos remite a  Hesíodo, según el cual los Titanes y los Cronidas se enfrentan entre si en una tremenda lucha,  en la que Zeus abatirá con su rayo a los Titanes encadenándolos en el Tártaro (Teogonía 690-731) [Eggers Lan, 2000: 76]. En Ilíada VIII, 477-481 hay una referencia a la situación de los Titanes:

                                             “Yo no me preocupo de tu
ira, ni aunque llegues a los confines más remotos
de la tierra y del ponto, donde Jápeto y Crono se hallan
sentados sin deleitarse con los rayos del Sol Hiperión
ni con los vientos, sólo rodeados del profundo Tártaro.”
[Homero, 2000: 159].

El Titan Prometeo y los hombres. En Teogonía se explica el destino de los hijos de Jápeto y Clímene [Teog. 507-616 (incluye el mito de Prometeo: 535-616)], aquí nosotros centraremos nuestro examen en la relación con la humanidad de dos de ellos Prometeo y Epimeteo. Como advierte Kerényi en Hesíodo con ninguna palabra se dice que Prometeo sea un hombre. El no es uno de los hombres, pues él es eterno como la especie humana [Kerényi,1972: 146][3] sino que lo que se articula del relato es de que este representa [al igual que su hermano] a la humanidad [Kerényi,1972: 146 y 148] en su aspecto de insensata sabiduría [Hesíodo, 2000: 37 nota 27]. Ahora Prometeo es a la vez representante del tipo de espíritu titánico: inquieto, ingenioso, que busca sin cesar, deliberada y sagazmente, y cuyo objeto es la invención [Kerényi,1972: 147-148]. El complemento del espíritu titánico es la miseria espiritual y general: tontería, imprudencia,  de forma que tras cada invención de Prometeo, una nueva miseria resulta para la humanidad [Kerényi,1972: 148], así:



Trasgresión
Castigo





Prometeo presume de su sabiduría al creer que engaña a Zeus.
Zeus no da el fuego.





Prometeo roba el fuego a Zeus. La sabiduría humana se las ingenia para sustituir el fuego natural negado por Zeus, por un fuego técnico; robo insensato por transgredir la voluntad divina.
Creación de Pandora: se castiga la insensata sabiduría de Prometeo, aunque ahora se hace a través de Epimeteo


.
 [Hesíodo, 2000: 38-39 nota 27]

Epimeteo representa a la humanidad en su aspecto de insensata torpeza [Hesíodo, 2000: 37 nota 27] cuando esta es privada de Prometeo. Escribe Kerényi refiriéndose a los Japétidas:

“El profundo parentesco de estas dos figuras se expresa en el hecho de que ambos son hermanos.  Se podría decir: aquí aparece un ser primitivo único, listo y tonto disuelto dualmente. Prometeo es el que piensa con previsión, Epimeteo el que piensa demasiado tarde. El es quien se hace cargo, en su imprudencia, de la última, inagotable fuente de miseria para la humanidad: de la Pandora como regalo de los dioses.” [Kerényi,1972: 148].

A las transgresiones de Prometeo [representante de la humanidad] corresponden [consecuencias] castigos para los hombres [Kerényi,1972: 146] cuya responsabilidad se puede explicar considerando la afirmación hecha por Hesíodo de que:

“Muchas veces hasta toda una ciudad carga con la culpa de un malvado cada vez que comete delitos o proyecta barbaridades” (Trab. 240) [Hesíodo, 2000: 38 nota 27].

Sujeción de los hombres a los Dioses y el derecho del mas fuerte. Hesíodo relata que Dioses y hombres se separaron en Mecona cuando al acordar las partes del sacrificio Prometeo engaña a Zeus, es entonces que los hombres adquieren su nueva naturaleza [Hesíodo, 2000: 69 nota 12] precisamente el hecho de que el castigo de Zeus sea no dar el fuego [Teog. 561-564] indica de que estos no tenían aún el fuego ya que no lo necesitaban [Hesíodo, 2000: 69 nota 12]. En Trabajos el fuego no es negado por Zeus sino que este lo ocultó [Trab. 47] lo que se explica por que en este texto el Mito de Prometeo tiene como objetivo explicar el origen del mal y su incidencia en la progresiva degradación del hombre desde una condicion de felicidad en la que no habia trabajos ni males, por lo que tiene que sugerir la existencia al principio del fuego (= <<alimento>>) entre los hombres y su desaparición anterior [Hesíodo, 2000: 69 nota 12] mientras que en Teogonia se busca explicar el destino de Prometeo como divinidad enfrentada a la sabiduría de Zeus, no [el destino] del hombre como tal [Hesíodo, 2000: 39 nota 27], si bien queda claro que es entonces cuando se pierde la relación original entre el  hombre y la divinidad y se inicia su relación histórica (es aquí cuando se origina la forma del sacrificio griego de los tiempos históricos) [Kerényi,1972: 144-145]. Este cambio experimentado por el hombre ha llevado a sostener que es comparable al relato bíblico de la caída en el pecado [Kerényi,1972: 145] e incluso a llamar a las transgresiones de Prometeo pecado [Hesíodo, 2000: 38 nota 27], pero si Hesíodo en su esfuerzo de racionalización [Eliade, 1994: 160] configura una imagen de Zeus justo y benévolo [Hesíodo, 2000: 69 nota 12] que encuentra expresión en la critica al derecho del mas fuerte contenida en la fábula del halcón y el ruiseñor [Trab. 202-285], sin embargo es apropiado a fin de no desdibujar el alcance de esta imagen, tener presente, al examinar el orden=justo por el [Zeus] establecido [Eggers Lan, 2000: 77], que no estamos ante un Dios creador cuya voluntad es irrecusable propia del escenario judeo cristiano, sino ante un orden que emerge de la integración de una multiplicidad de voluntades poderosas y terribles  [AAVV, 1993: 170] que se sujetan a un dios [Zeus] al que se reconoce como fuerte e invencible [Cf. en relación a esto las luchas de Zeus por el poder: Titanomaquia (Teog. 617-728) y Tifonomaquia (Teog. 836-868)]. En este contexto, si los Titanes son “malos” para Hesíodo y la tradición posterior, es por su oposición a Zeus y no por el crimen contra Urano [Eggers Lan, 2000: 77 nota 25]. Asimismo si se atiende a los sentidos en que se puede entender la diferencia entre dioses y hombres en ocasión del sacrificio en Mecona: esto es como [a] mutua separación y como [b] agon, competición y lucha espiritual en torno al poder [Kerényi,1972: 145], se comprende que la sujeción de los hombres a los dioses [antropomórficos] resulta no de una actividad creadora por parte de estos, ya que la diferencia entre ellos -excluida la cualidad divina de la inmortalidad- es de grado dado el común origen divino [Hesíodo, 2000: 30 nota 22], sino del hecho de que si bien su conducta es la misma y las situaciones en que intervienen son semejantes [...] los dioses tienen mas fuerza, mas sabiduría y mas poder; en una palabra, lo hacen todo mas fácilmente que los hombres [Hesíodo, 2000: 30 nota 22].

4. Bibliografía.

AAVV                                 1993:         El Pensamiento Prefilosófico. I. Egipto y Mesopotamia.
                                                               México, ed. Fondo de Cultura Económica, trad. cast. de
                                                               Eli de Gortari, 1993.

Anquín, Nimio de               1994:         El ente y la memoria.
                                                              Buenos Aires, ed. Bonum, 1994.


Eggers Lan, Conrado          2000:         Introducción histórica al estudio de Platón.
                                                              Buenos Aires, ed. Colihue, 2000.

Eliade, Mircea                     1994:        Mito y Realidad.
                                                              [Colombia], ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1994.

Graves, Robert                    1992:        Los mitos griegos 1.
                                                              Madrid, ed. Alianza, trad. cast. de Luis Echávarri, 1992.

Hesíodo                               2000:        Obras y Fragmentos.
                                                              Madrid, ed Gredos, trad. cast. de Arelio Pérez Jiménez y
                                                              Alfonso Martínez Díez, 2000.

Homero                               2000:         Iliada.
                                                              Madrid, ed. Gredos, trad. cast. de Emilio Crespo Güemes, 2000.

Kerényi, Karl                      1972:         La religión antigua.
                                                              Madrid, ed. Revista de Occidente, trad. cast. de M.ª  Pilar Lorenzo
                                                              y Mario Leon Rodríguez, 1972.




[1] Anota Aurelio Pérez Jiménez que si bien algunos consideran el v. 108 una interpolación, otros como Wilamowitz la conservan, y transcribe una cita que W. Nicolai [Hesiods Erga..., pág. 36] hace de T. G. Rosenmeyer: <<Un escritor moderno habría dicho: Partiendo de que los dioses y mortales tienen un mismo origen, el génos de oro fue el primero>> [Hesíodo, 2000: 70]. Para Kerényi  la inconsecuencia aparente entre la idea del común origen de dioses y hombres y la  descripción de la edad de oro en que los dioses olímpicos crean la especie aurea de la humanidad:

“no solo es una muestra segura de que aquí se encuentra ante nosotros el texto original, no <<mejorado>> por gente posterior, sino también de que este texto contiene de echo la idea evidente para los griegos: una idea tan evidente como podemos esperar que lo sea una idea fundamental de la religión griega. <<Dioses y hombres tienen un origen común.>>” [Kerényi,1972: 143].
[2] Según Eggers Lan el que los hombres desciendan de las ninfas que brotan de la tierra al caer sobre ellas las gotas de sangre de Urano castrado por Cronos, estaría confirmado de acuerdo a un antiguo escolio al verso 108, por los versos 563 de la Teogonía y 143 de Los Trabajos ya citados en esta comunicación [Eggers Lan, 2000: 77 nota 24].
[3] Explica Kerényi:

“La especie humana es eterna desde que Zeus no consiguiera extinguirla. Esto se afirma todavía en un escrito pitagórico posterior con una firmeza que solo podía no parecer absurda en un mundo al que desde un principio no le fuese ajena la idea de la eternidad de la especie humana” [Kerényi,1972: 144].

mayo 01, 2009

EL ABORDAJE DE LA POLÍTICA DE HÉCTOR J. ZIMERMAN

  EL ABORDAJE DE LA POLÍTICA DE HÉCTOR J. ZIMERMAN
Notas de lectura en Derecho Político
Salvador, Andrés Oscar Raúl



A Maria del Carmen Gómez de Rodríguez  y Mercedes Delia Toledo

1. Introducción
.
El propósito de este trabajo es el de reunir algunas notas que fueron realizadas en el marco de nuestra actividad docente correspondiente al segundo cuatrimestre del ciclo lectivo del año 2004, para orientar la lectura del estudio de Héctor J. Zimerman El abordaje de la Política: Marco teórico, objeto y método en la teoría política del siglo XX [2000].
               
2. Antecedentes.

Esquema de contenidos de El abordaje de la Política de Héctor J. Zimerman. En su estudio el autor organiza la exposición con arreglo al siguiente orden:

  1. La relación entre objeto, método y teoría (Zimerman, 2000: 10).

  1. El  objeto: en punto al cual distingue dos criterios de clasificación (Zimerman, 2000: 13):


I.           Tradicionales: que comprende:

a.       El Estado (Zimerman, 2000: 16): Criterio Institucional.
b.       El Poder (Zimerman, 2000: 19): Criterio Funcional.

II.        Posguerra:

a.       El análisis sistémico (Zimerman, 2000: 22): Tercer criterio = síntesis.

  1. Métodos:

I.           Tipológico (Zimerman, 2000: 36).
II.        Histórico (Zimerman, 2000: 46).
III.      Sociológico (Zimerman, 2000: 51).

  1. Estado de la cuestión:

I.      La teoría política hacia el siglo XX (Zimerman, 2000: 55-59).
II.     Los nuevos límites de la política (Zimerman, 2000: 59-60).





3. Desarrollo.

A. La relación entre objeto, método y teoría. Explica Zimerman que la Ciencia (Zimerman, 2000: 9) comprende: 1. Objeto: conjunto de fenómenos (Zimerman, 2000: 9), 2. Método: modo apropiado para el abordaje del objeto privilegiado (Zimerman, 2000: 10), y 3. Teoría: conjunto de proposiciones o tesis (Zimerman, 2000: 11), los que en el plano de la teoría política se corresponden a un conjunto de fenómenos [sociales] interconectados (Zimerman, 2000: 10), delimitados como <<políticos>> (Zimerman, 2000: 11) que permiten interpretar o explicar los fenómenos [hechos] observables (Zimerman, 2000: 11). El autor advierte en la conceptualización (Zimerman, 2000: 11) de lo político, tres  momentos: 1. Se interpreta y explican hechos políticamente observables (Zimerman, 2000: 11); 2. Se elabora un marco teórico que permite relevar y organizar los hechos como conjunto de fenómenos (Zimerman, 2000: 11), en relación a lo cual se señala [siguiendo a Klaus Von Beyme] (Zimerman, 2000: 12) que las teorías formuladas para determinar lo político se pueden distinguir en: a. Premodernas: se formulan conclusiones sobre el desarrollo deseable [lo que debe ser], b. Modernas: se atiende a la relación causal entre fenómeno y pronostico [lo que puede llegar a ser], c. Postmodernas: constatación de los hechos políticos [lo que es][1]; y 3. Se sustentan criterios para aislar el objeto de la Ciencia Política [=criterio institucional, funcional y de síntesis] (Zimerman, 2000: 12).

B. El objeto. Al abordar esta cuestión Zimerman distingue (Zimerman, 2000: 14) en la biografía de la Ciencia Política dos tiempos: 1. En este, lo político se identifica con las cosas cívicas y su examen es hecho desde la filosofía; 2. En este, lo político modela su objeto aspirando, en relación a otras ciencias a la independencia en tanto que disciplina, pero sin dejar de atender a la interdependencia con estas en lo que hace a la comprensión dela realidad, el examen de lo político se opera desde la ciencia con sus notas de objeto, método y comunicabilidad. El conocimiento científico [que  tiende a: 1. Explicar el mundo que nos rodea y 2. Formular leyes] es aplicado a las ciencias sociales [que estudian la realidad social], adaptando  su objeto en relación a las Ciencias Políticas que estudian la realidad política [la cual es su objeto de conocimiento] como parte de la realidad social, la que es distinta de la realidad ultima que interesa a la filosofía y a la teología. El objeto de la Ciencia Política no es uniforme y fue buscado en las ciencias sociales (Zimerman, 2000: 15-16), en este contexto se configuran los llamados objetos [I] tradicionales de las ciencias políticas: el Estado y el Poder.

a. El Estado. El Derecho Publico Europeo (Zimerman, 2000: 16) tributario de la Escuela Alemana de la Teoría del Estado (Zimerman, 2000: 17), identificó lo político con la actividad estatal (Zimerman, 2000: 16) procediendo al estudio [Georges Bourdeau]: 1. de las Instituciones Constitucionales (Zimerman, 2000: 16) , y 2. del juego de fuerzas que la animan (Zimerman, 2000:16); el primero supone un análisis formal que se explica por ser juristas quienes plantean los problemas, mientras que el segundo supone un análisis pragmático, desplazamiento en el interés en el que inciden tanto la crisis de la Republica de Weimar como el ascenso de los totalitarismo (Zimerman, 2000:16). Un concepto que será objeto de particular examen, por estar implícito en el concepto de Estado, es el de Soberanía (Zimerman, 2000: 17) en relación al cual se anota que: 1. La característica del poder soberano es la de ser supremo en la jerarquía de poderes (Zimerman, 2000: 17), y 2. En consecuencia el Estado [Moderno-Contemporáneo] se encuentra por encima de los demás poderes (Zimerman, 2000:17). Las criticas que se han formulado en relación a este objeto, destacan su carácter: 1. Estático, 2. Formalista, 3 Juridicista, y 4. Centrado en las formas democráticas [liberales] - eurocéntricas (Zimerman, 2000: 18).

b. El Poder. El interés en este objeto se centra en el fenómeno social del mando y obediencia (Zimerman, 2000: 19), el autor sigue a Bertrand Russel para quien la acción humana está determinada por el deseo [o impulso] los que son: 1. Primarios: alimentación, vivienda y vestimenta (Zimerman, 2000: 19), y 2. Secundarios: comprensivos del: 1. Espíritu adquisitivo (Zimerman, 2000: 19), 2. Rivalidad, 3. Vanidad y 4. Amor al poder[2] (Zimerman, 2000: 20), apetencia esta que se satisface en la medida en que el poderoso instaure el estado de cosas que prefiera y al que la sociedad debe acomodarse (Zimerman, 2000:20), de allí que el poder tiene un aspecto: a. Interno: poder en tanto deseo, y b. Externo: social, porque todas las comunidades cuentan con un sistema de organización con fenómenos de mando y obediencia (Zimerman, 2000: 20), advierte Zimerman que sociológicamente, el Estado es: 1. La mayor organización política, y 2. La que cuenta con las sanciones mas perfeccionadas. Ahora bien,  si la apetencia de poder, que se corresponde al aspecto interno de este, y el carácter gregario, que se corresponde al aspecto externo, están yuxtapuestos, el autor se pregunta: ¿qué fenómenos de poder estudiar? (Zimerman, 2000: 20-21), y responde que estos pueden ser los fenómenos de poder: a. Desplegados por órganos estatales: relaciones mando-obediencia institucionalizadas, esto es cirscuncriptas a un sistema político determinado que cuenta con el monopolio de la coacción física legitima (Zimerman, 2000: 21), y al que caracteriza atendiendo a las observaciones formuladas por: 1. Max Weber [asociación de dominación], 2. Karl Deustch [voluntad y coacción], 3. Mac Iver [Estado y coacción] (Zimerman, 2000: 21), 4. Maurice Duverger [Estado y fenómenos de poder] (Zimerman, 2000: 22); y b. Dados por las conductas individuales y grupales que determinan e influyen el accionar del Estado (Zimerman, 2000: 22).

a. El análisis sistémico. Tras algunas consideraciones epistemológicas (Zimerman, 2000: 22-24), explica Zimerman que el análisis sistémico[3] es el mas significativo objeto de la Ciencia Política que emerge con la segunda  [II] posguerra (Zimerman, 2000: 24), en efecto, en este periodo la comunidad científica como complemento de las orientaciones tradicionales (Zimerman, 2000: 27), desarrolla el enfoque funcionalista [también: funcionalismo estructural, análisis de sistema, teoría general de sistemas (Zimerman, 2000: 25)] en lo que se advierte la incidencia de otras disciplinas [antropología, psicología] particularmente de la sociología a través de autores como Emile Durkheim y Bronislaw Malinowsky en el marco de la transferencia teórica que de estas se produce hacia lo político. Si bien  se pude hablar en relación a este enfoque de una irrupción [lo que se ejemplifica con el hecho de que en la reunión de politólogos convocada por la UNESCO en 1948 y en la que se confeccionó una lista de temas como delimitación del objeto, prácticamente no hay ninguna referencia a sistemas (Zimerman, 2000: 27)] lo cierto es que  en la segunda  mitad del siglo XX se ha convertido en un  [1. La Teoría sistémica como:] paradigma [Zimerman señala como razón de esto: 1. La presencia de supuestos teóricos generales, leyes y técnicas para su aplicación, 2. La adhesión de la comunidad Científica (Zimerman, 2000: 25)] de las Ciencias Políticas, que pretende rango autonómico (Zimerman, 2000: 27). [2. El análisis sistémico:] En su exposición, el autor parte de la idea de elementos (Zimerman, 2000: 31) cuyo conjunto permite trazar limites [delimitación] (Zimerman, 2000: 30) [relativamente permanentes (persistentes) frente a un entorno [environment (Zimerman, 2000: 31)] constituyéndose así un sistema [estructura] (Zimerman, 2000: 31) que tiende al equilibrio frente a perturbaciones externas o internas (Zimerman, 2000: 30). [3. El análisis sistémico en la Ciencia Política:] El propósito seguido en la aplicación del análisis sistémico en la Ciencia Política es el de definir el campo de la misma aislando la política como un sistema independiente del resto de las ciencias sociales (Zimerman, 2000: 29). Para ello se distingue el sistema dado por los individuos que interactúan y que llamamos interacciones sociales del sistema [llamado sistema político] dado por los  individuos que interactúan que llamamos interacciones políticas, el que se distingue de su entorno o ambiente, porque dichas interacciones están orientadas a la asignación autoritativa de bienes y valores (Zimerman, 2000: 27-28 y 30) [en clase del 06/04/04, el autor tras indicar que en este concepto se advierte una transferencia teórica desde la Economía Política explica que: 1. Asignación: supone un reparto, 2. Autoritativo: es decir investido de legitimidad (no por predominio o fuerza: autoritario): Criterio sociológico, 3. Bienes: lo materialmente tangible, 4. Valores: hacen a la psicología o sociología; es decir: tenemos bienes que al ser escasos [no alcanzan para todos] exigen que alguien deba definir como se hace el reparto, como se observa, por ejemplo, en el papel del sistema político en relación a la elección del cargo presidencial]. Sostiene Zimerman que: 1. No se deben asimilar todas las interacciones a las interacciones políticas, y 2. Todos los sistemas [familias, sindicatos, partidos políticos, Iglesias] efectúan asignaciones, pero en orden a nuestro tema solo interesan las que tienen carácter universal y coactivo (Zimerman, 2000: 30). En función de este tema el autor formula además  [4.] algunas precisiones teóricas a las que se debe atender: 1. Un sistema es una estructura que contiene o incluye elementos con los que se relaciona (Zimerman, 2000: 31), 2. Estos elementos del sistema pueden ser complejos [es decir ser subsistemas que a su vez incluyen otros elementos] (Zimerman, 2000: 32), 3. La delimitación [que permite determinar que elementos serán considerados como políticos y cuales quedaran ubicados en el entorno] se logra por la elección de los componentes (Zimerman, 2000:31), 4. Se estudia la dinámica del sistema y no solo el sistema en un momento dado [criterio estático] (Zimerman, 2000: 32), 5. De lo anterior se sigue la importancia de las ideas de: a. Tensión, y b. Perturbación (Zimerman, 2000: 32) [a lo que por nuestra parte atendiendo a la exposición del autor en clase del 06/04/04 agregamos la de equilibrio (homeostasis): Cuando un sistema no da respuestas otro tiende a reemplazarlo]. Por fin el autor examina los [5.] aportes del análisis sistémico a las Ciencias Políticas y observa que: 1. Sirve de fundamento para la teoría política de los sistemas políticos comparados (Zimerman, 2000: 32-33), en lo que atiende: a. Al problema de las variables (Zimerman, 2000: 33), y b. A las dimensiones de las variables (Zimerman, 2000: 33): en relación a esto trae a modo de ejemplo su aplicación en los proyectos de investigación sobre legisladores del cono sur (Zimerman, 2000: 34-35), 2. Incide en el enfoque de la división de poderes (Zimerman, 2000: 34), 3. Incide en el estudio de los sistemas políticos comparados (Zimerman, 2000: 35), y 4. Incide en la teoría de las relaciones internacionales (Zimerman, 2000: 35-36).

C. Métodos. Se distinguen los métodos (Zimerman, 2000: 13): I. Tipológico. La exposición del método tipológico hecha por Zimerman (2000:36), y en la que sigue a Georges Jellinek[4], se divide en cinco cuestiones: 1. Distinción entre ciencias sociales y naturales: explica nuestro autor que los hechos [fenómenos] (Zimerman, 2000: 37) pueden ser: a. Naturales: estos son uniformes de modo que un caso particular puede ser tomado como representación del genero (Zimerman, 2000: 37) lo que posibilita formular leyes generales, y b. Histórico-sociales: Los cuales son multiformes, es decir el caso particular no representa al genero por su carácter irrepetible[=variedad de las individualidades humanas] (Zimerman, 2000: 33-34), de allí que no sea posible formular leyes sociales uniformes; 2. Los tipos sociales: conforme a lo expuesto a las Ciencias: a. Naturales (Zimerman, 2000: 38): le interesan los elementos idénticos, en tanto que a las b. Sociales (Zimerman, 2000: 38): le interesan los elementos análogos, esto es los caracteres comunes a los hombres, de esta forma las analogías entre los elementos de los Estados individuales y los Estados en general hacen posible una Ciencia del Estado y en consecuencia a estos pasibles de clasificación (Zimerman, 2000: 38-39); 3. Los tipos en las ciencias sociales (Zimerman, 2000: 39): el tipo en tanto expresión mas perfecta del genero (Zimerman, 2000: 39) pude ser: a. Ideal: suponen un tipo a alcanzar [deber ser] que opera como una pauta normativa en relación a las instituciones de Derecho Publico existentes (Zimerman, 2000: 39-40), este tipo si bien es valioso para orientar la acción no tiene interés en punto al conocimiento científico [en orden a la neutralidad valorativa que persigue] (Zimerman, 2000: 40), b. Empírico: opera una unificación de las notas entre fenómenos (Zimerman, 2000: 40) mediante las analogías articulando así el objeto de la ciencia del Estado (Zimerman, 2000: 40), el cual puede ser considerado desde un punto de vista jurídico o desde un punto de vista histórico-social (Zimerman, 2000: 41); 4. Modos de investigación en la doctrina del Estado: Zimerman considera aquí [1] la evolución de un instituto social señalando que toda institución [Estado-Derecho]  (Zimerman, 2000: 41) tiene fines, los que considerados en relación al tiempo pueden dar lugar  a que se hable de [a] evolución, si a los fines antiguos se suman nuevos (Zimerman, 2000: 41-42), o que se hable de [b] cambio, cuando solo hay una conexión puramente exterior entre fenómenos que se suceden en el tiempo (Zimerman, 2000: 42), por ello para comprender un fenómeno: a. Basta conocer su evolución [dada por el momento en que aparecen sus fines actuales] (Zimerman, 2000: 42), y b. El estudio de los fines anteriores solo interesa a la historia (Zimerman, 2000: 42); [2] la modificación que experimentan las instituciones sociales (Zimerman, 2000: 43): para explicar el fenómeno de la modificación de las instituciones sociales se elaboraron dos clases de teorías: a. Las que entienden que la misma resulta de la creación consciente de los individuos, y b. La que entiende que resulta de un proceso natural de fuerzas supraindividuales; 5. Método jurídico en la doctrina del Estado: el tipo (Zimerman, 2000: 39) empírico (Zimerman, 2000: 40) puede dar lugar a un abordaje: 1. Histórico-social (Zimerman, 2000: 45): en el que el derecho es estudiado en su función social, y 2. Jurídico: en el que los principios del Estado y sus contenidos jurídicos [derecho] son considerados en su función dogmática para lo que: a. Se abstraen normas de los fenómenos jurídicos, y b. Se deducen sus consecuencias, en punto a esto el autor afirma que: 1. No se debe trasladar acríticamente los principio del Derecho Privado al Derecho Publico (Zimerman, 2000: 45-46), y 2. Que la investigación esta sujeta a la comprensión del problema histórico (Zimerman, 2000: 46).

II. Histórico. Problema de la objetividad: La relación (Zimerman, 2000:  46) entre sujeto = hombre y objeto = realidad histórica, y en la que el primero esta inmerso, implica el que la objetividad (Zimerman, 2000: 46-47) esté comprometida, ante ello se ha reclamado: 1. La ausencia de subjetivismo: en la visión global del estudioso [Jacques Maritain] (Zimerman, 2000: 47), o  2. La subjetividad: es decir la curiosidad interesada [Arnold J. Toynbee] (Zimerman, 2000: 47) mediante la selección de casos humanos de interés actual y futuro. Tras llamar la atención sobre este problema Zimerman apunta que la historia como reconstrucción del pasado (Zimerman, 2000: 47) supone datos seleccionados (Zimerman, 2000: 48) mediante un proceso inteligible que implica juicios de valor [lo que nos remite al problema de la objetividad]. Ahora este interés valorado (Zimerman, 2000: 48) puede: 1. Explicar la realidad fáctica (Zimerman, 2000: 48) mediante la historia científica que conoce lo individual o particular, y 2. Dar sentido al devenir mediante la filosofía de la historia que atiende a las tendencias generales de la humanidad que nos permiten precisamente descubrir el sentido del devenir. Las notas de lo particular [historia] y de lo general [filosofía] operan como base del concepto de historia que el autor presenta: La historia comprende entonces el estudio de los hechos particulares [lo particular] relevantes, decisivos y valorados por el investigador que conformando un conjunto [lo general] deben necesariamente constituir una unidad (Zimerman, 2000: 49), posteriormente se explica que: 1. Este conjunto comprende: a. Acontecimientos, b. Conjunto de acontecimientos, c. Seres sociales, d. Instituciones, conductas creencias, e. Historia, y 2. Que las unidades de estudio (Zimerman, 2000: 49) estarán dadas por las Naciones [el Estado Nacional] o las Civilizaciones [Toynbee]. Tenemos entonces dos conceptos por un lado el de hecho y por el otro el de reconstrucción, el cual nos remita a: 1. La cuestión de las fuentes [testimonios documentales o monumentales] y de la aplicación del método [Carlos Fayt], y 2. Las ciencias auxiliares.

III. Sociológico. El autor desagrega el punto en cinco cuestiones: 1. Selección de la muestra (Zimerman, 2000: 51): supone el problema de la cantidad de sujetos y el modelo en relación a las categorías (Zimerman, 2000: 52): a. Personales [sexo - edad], b. Socioeconómicas [ocupación - ingresos] y c. Domicilio: [1] urbano - rural, y [2] categorías numéricas; 2. Confección de los cuestionarios: las pautas están dadas por a. Clase de preguntas (Zimerman, 2000: 52): [1] abiertas - cerradas, [2] abanico, [3] estimación; b. Naturaleza de las preguntas (Zimerman, 2000: 53): [1] de hecho o acción, [2] intención y opinión, [3] test; c. Contenido del cuestionario: comprende: [1] orden [problema del contagio], [2] numero, y [3] redacción; 3. Relevamiento de los datos (Zimerman, 2000: 55): supone someter al encuestado al interrogatorio lo que presenta inconvenientes: a. Respecto al interrogador (Zimerman, 2000: 55): particularmente la formación de opiniones, y b. Respecto del interrogado la desconfianza [carácter voluntario y anónimo de la encuesta]; 4. Procesamiento de datos: datos relevados cuadros estadísticos; 5. Análisis de resultados (Zimerman, 2000: 55): análisis político - sociológico que se presentará en el informe final.

D. Estado de la cuestión. El estudio concluye con un estado de las cuestiones examinadas: I. La teoría política hacia el siglo XX (Zimerman, 2000: 55-59), y II. Los nuevos límites de la política (Zimerman, 2000: 59-60).

4. Bibliografía.


Zimerman, Héctor J.         2000:     El abordaje de la Política: Marco teórico, objeto y método en la
                                                        teoría  política del siglo XX.
                                                        Corrientes, s.d., 2000.




[1] Para ello se tuvo que: 1. Lograr la autonomía de la Ciencia Política funcional a su diferenciación de la filosofía y del derecho, 2. Regresar a la macroteoría mediante la construcción de modelos basados en conocimiento acumulable, 3. Reconocer de que lo político no es necesariamente el subsistema social dominante (Zimerman, 2000: 12).
[2] Según Russel [en Power, A New Social Analysis, 1938 (op. cit. por Norberto Bobbio en Estado, Gobierno y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1996, p. 103)], el Poder consiste en la producción de los efectos deseados y en cuanto tal puede adoptar tres formas: 1. Poder físico y constrictivo: visible en el poder militar, 2. Poder psicológico: con base en amenazas de castigos o promesas de recompensas (dominio económico), y 3. Poder por persuasión o disuasión: presente en las sociedades mediante la educación.
[3] Sobre el análisis sistémico cf. H. J. Zimerman - Mary Francis Viccini Beck, El análisis sistémico de la política, en Politikon, septiembre 1988, Año I, Volumen I, pp.70-74; y H. J. Zimerman, Introducción del análisis sistémico a las ciencias políticas, en Revista de la Facultad de Derecho, Setiembre de 1988, Nº 11, pp. 7-12.
[4] En su Teoría General del Estado (Zimerman, 2000: 36) [Editorial Albatros, Buenos Aires, 1978, trad. cast. de Fernando de los Rios, ver El método de la doctrina del Estado, pp. 19-38].