enero 01, 2009

LA MORAL CABALLERESCA, EL CULTO A LA MUJER Y LA NEGACIÓN AL REQUERIMIENTO FEMENINO

LA MORAL CABALLERESCA, EL CULTO A LA MUJER Y LA NEGACIÓN AL REQUERIMIENTO FEMENINO
Materiales para el estudio del pensamiento simbólico

Salvador, Andrés Oscar Raúl

                                              A Erika Solange López
               

La Belle Dam Sans Merci
Frank Bernard Dicksee (s. XX)
http://fr.wikipedia.org/wiki/Fichier:La_Belle_Dam_Sans_Merci.jpg
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La moral caballeresca y el culto a la mujer. Explica Alfonso Garcia Valdecasas en su muy instructivo libro El Hidalgo y el Honor [1958: 92-100] [1], que para la cultura caballeresca occidental (p. 92) la forma mas alta y verdadera del culto a la mujer es el que se rinde a Nuestra Señora (p. 93)  la más alta expresión de el ideal femenino (p. 95). El culto al ideal femenino se desdobla en culto a la mujer como tal y en culto a la amada (p. 95).  

La arquitectura del amor hidalgo se alza sobre un cimiento de moral caballeresca, en la que es un supuesto evidente que un caballero no se niega al requerimiento de una mujer (p. 97):

¡Qué villanía, que acción tan afrentosa!
Justamente se infama
quien no es cortes al ruego de una dama.

(Mira de Mescua: Obligar contra su sangre) 
                                                                                             
[p. 95]

Esta actitud no se funda en apetitos sensuales, sino en sentimientos varoniles (p. 97) que fundan una actitud que menosprecia la moral de prohibición y de abstinencia por insuficiente y acaso por cobarde (pp. 97-98) y que lleva al caballero a no estimar en sí la castidad, que le parece virtud femenina (p. 97).


God Speed!
Edmund Blair Leighton (s. XIX)
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Negación al requerimiento femenino. Ahora, si es de caballero (p. 100) acceder a cualquier requerimiento femenino (p. 99) la actitud contraria era villanía (p. 100) salvo que la moral positiva de devoción a un valor superior afirme su derecho absorbiendo aquel valor viril [acceder al requerimiento femenino] que no se doblega ante la mera prohibición negativa (p. 98).

Es decir que procede la negativa:

  1. En homenaje a un Amor que llena el alma (p. 100): En este sentido el amor del caballero esta adornado de castidad (p. 97), la cual se guarda, ante todo, hacia la persona amada (p. 97) <<la dama de sus pensamientos>> (p. 96), cuya pureza inmarchita se degradaría si fuera objeto de sentimientos de otra índole. La consagración a ese mismo amor lleva a rechazar igualmente cualquier solicitación extraña; ceder a ella seria manchar el propio amor y hacerlo indigno de la amada (p. 97).
  1. Por respeto a un alto valor, un honor, una amistad, un vinculo (p. 100): Por ejemplo en el romance de Melisenda, se cuenta que esta, hija del emperador, esta desvelada por amores del conde Ayuelos. En la noche oscura, arrebatada de pasión, sale en su busca. Entra en casa del conde, apagadas las antorchas, y se hace pasar por una “morica, de allende el mar”. Entonces, el conde habla:
                                    Juramento tengo hecho,
                                    y en un libro misal,
                                    que mujer que a mi demande
                                    nunca mi cuerpo negalle,
                                    si no era Melisenda
                                    la hija del Emperante
                                                                                                                                                                     [p. 98]

El juramento del conde Ayuelos solo se explica, ante la falta de noticia en el romance de otro amor del conde ante el cual el hubiere de sacrificar la pasión de Melisenda, si consideramos que al tratarse de la hija del emperador, esta en juego la honra del soberano de la que depende todo honor y la cohesión misma de la sociedad política (pp. 99-100).

Si el amor es rechazado por un cuidado inferior es bajo y despreciable, conducta esta satirizada en la canción de La gentil dama y el rustico pastor:

                                   Pastor que estás en el campo,
                                   de amores tan descuidado,
                                   escucha a una gentil dama
                                   que por ti se ha desvelado.

A todos los requerimientos tiernos e incitantes de la gentil dama se niega una y otra vez, con expresiones groseras, el “villano vil”, a quien sólo le importa su hato de ganado (p. 100).


Bibliografía

Garcia Valdecasas, Alfonso 1958:
El Hidalgo y el Honor.
Madrid,  ed. Revista de Occidente, 1958, Biblioteca Conocimiento del Hombre 5.



[1] Antonio Caponnetto en su libro El Deber Cristiano de la Lucha [Scholastica, Buenos Aires, 1992] remite  en nota [33 p. 295] a la obra de Valdecasas, al abordar el tema de Hispanidad y Caballeria [289-315].


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