agosto 15, 2008

EL SACRIFICIO DE IFIGENIA Y LOS DEBERES DE AGAMENÓN PARA CON LOS DIOSES Y LOS HOMBRES

 EL SACRIFICIO DE IFIGENIA Y LOS DEBERES DE AGAMENÓN
PARA CON LOS DIOSES Y LOS HOMBRES
Materiales para el estudio de la Teoría del Derecho del Mas Fuerte 

Andrés Salvador


1.Introducción.

En este trabajo se examina el sacrificio de Ifigenia presentado en el Agamenón de Esquilo atendiendo a la conducta de Agamenón en relación a sus deberes para con los Dioses y los Hombres en cuanto suponen sujeción a las reglas del derecho del mas fuerte.

2. Antecedentes.

Traducciones empleadas en este trabajo. En este trabajo seguimos la traducción rítmica del Agamenón hecha por Manuel Fernández-Galiano en Esquilo Tragedias Completas [Editorial Planeta S.A., 2000. Biblioteca La Nación, pp. 127-188].

El sacrificio de Ifigenia en el Agamenón de Esquilo. La causa del sacrificio de Ifigenia y su descripción es cantado por el Coro en seis estrofas y antístrofas con un epodo, en Agamenón 104-257.

3.Desarrollo.

La irritación de Ártemis, la varadura de las naves por vientos contrarios y el sacrificio de Ifigenia. En el texto, se cuenta que Ártemis tiene lastima de una liebre preñada, a la que unas Águilas [identificadas con los Atridas que mandan la huestes] matan y destripan. Este portento  [que vaticina la toma de Troya] irrita a Ártemis a consecuencia de lo cual, tal como lo advirtió Calcante, la flota griega será retenida por vientos contrarios, siendo entonces cuando el adivino dice que es preciso sacrificar a Ifigenia para que los vientos cambien.

Agamenón ante la necesidad del sacrificio. Ante la necesidad del sacrificio, Agamenón se encuentra ante la disyuntiva de ejecutarlo o no (Agamenón, 205-211):

     Y dijo el mayor: <<Grave sino                                                           205
no obedecer, pero grave a una hija,
el orgullo
de mi casa, degollar manchando mis manos en chorro brotado
de una virgen moribunda. ¿Hay algo                                                      210
que este libre de males?


El sacrificio de Ifigenia y los deberes para con los Dioses y los Hombres. Agamenón resuelve sacrificar a Ifigenia, y del texto surge que al tomar tan grave decisión, Agamenón considera, sus deberes para con los Dioses y los Hombres:

a) Los Dioses: Los vientos contrarios son consecuencia de la irritación de Ártemis, y en este sentido, el carácter propiciatorio del sacrificio de Ifigenia se señala expresamente en Agamenón, 224-227:

Osó de su hija ser verdugo en aras
de una mujer, como rito                                                                           225
que a la flota acercara
propicios a los dioses.

b) Los Hombres: La flota griega era retenida por vientos contrarios, provocando problemas en el contingente, lo que se describe en los siguientes términos (Agamenón, 189-198):

con las tripas vacías
eran los Griegos por la inacción                                                             190
y calma atormentados

  Porque el viento del Estrimón
detención, hambre, riesgo traía
a los barcos;
dispersión, daños en la madera                                                               195
y cables; eterno era el tiempo;
ociosa se estaba consumiendo
la flor de los Argivos;

Es la situación de sus aliados la que considera Agamenón en primer termino (Agamenón, 212-213):
  
¿Cómo escapo a la escuadra
dejando a mis aliados?

Préstese particular atención a que estos aliados desean el sacrificio de Ifigenia, ya que de inmediato agrega (Agamenón, 214-217):

Lícito es desear con ansia
el sacrificio que amanse                                                                           215
al viento con virginal
sangre. ¡Para bien sea![1]

La dicotomía deberes para con los dioses y deberes para con los hombres como característica de la consideración tópica de los deberes que informa a la ética antecrítica presocrática. La dicotomía deberes para con los dioses y deberes para con los hombres, es característica de la consideración tópica de los deberes que informa a la ética antecrítica presocrática construida sobre un horizonte sensualista. En este sentido la conducta de Agamenón se corresponde con la conducta que en la Republica de Platón asume la figura de Cefalo para quien la justicia no puede verse mas que como la mera reproducción de deberes edificados en la practica, como pautas que resumen buenos desempeños y que son:

En relación a los hombres: no engañar ni mentir, aun involuntariamente, no estar en deudas de dinero con ningún hombre (331b).

En relación a los Dioses: no estar en deudas de sacrificios (331b).

Esta dicotomía también se encuentra en el libro II donde Sócrates, respondiendo a los pedidos de Glaucón y de Adimanto deja de lado la cuestión de las recompensas que el hombre justo obtiene por su justicia (358b-367b-d), lo que reintroduce en el libro X (608c), cuando Sócrates considera demostrado que la justicia es por si misma el mayor bien del alma, y que esta debe realizar lo que es justo, ya sea que la vean o no los hombres y los dioses.

La resolución de Agamenón y la regla segunda de Tucídides en Historia I,63. Es interesante que Agamenón siendo el mas fuerte en su carácter de jefe del contingente, resuelve el sacrificio en conformidad a la segunda de las reglas registradas por Tucídides en  Historia I,63 y  señalada  por Meabe: No perjudicar al amigo con la resolución adoptada [lo que ocurriría si no se sacrificaba a Ifigenia: el hambre, la inacción y la calma seguirían atormentando al contingente] después de haberse beneficiado con la resolución ajena [es decir la de los hombres de unirse a la expedición contra Troya] (Meabe, 2001).

La regla segunda de Tucídides en Historia I,63 y el sometimiento de Agamenón al interés del contingente. Entiendo que la sujeción de Agamenón a la regla enunciada por Tucídides se sostiene en el hecho de que su hegemonía se funda en el reconocimiento exterior de su propia estima u honor y de su prerrogativa de dirección (Meabe, 1999b: 224) es decir importa a la conservación de la jefatura el que atienda al interés del contingente, el cual se impone debido a que los desempeños de las figuras homérico-olímpicas se ajustan a una regla muy precisa del derecho del mas fuerte: el deber de obediencia derivado de la debilidad relativa del que detenta menor posibilidad de dominio sobre el conjunto, lo que explica el sometimiento de Agamenón a la asamblea,  a  pesar de que esta nunca es soberana, en Ilíada (Meabe, 1999a: 215) y la decisión, que examinamos, de sacrificar a Ifigenia.

La regla segunda de Tucídides Historia I,63 y el argumento de la banda de ladrones. Por otra parte, la sujeción del mas fuerte a la segunda de las reglas registradas por Tucídides en  Historia I,63 nos remite a la necesidad de la justicia en toda agregación social en orden a su autoconservación como al logro de sus propósitos, cuestión esta que abordara Platón en  Republica, en el llamado argumento de la banda de ladrones (351c-352a) [Meabe, 2000], y a la que Agamenón no podía desatender desde el momento que el contingente constituye la base de su poder de dominio.

El contingente como sustento de la autoridad de Agamenón y la conducta de Ártemis. Particularmente interesante es el que al sustentar el Atrida su autoridad en el contingente, es a este al que Ártemis perjudica, conducta esta isomorfica a la que se advierte en la Ilíada  en relación a Apolo (I,454) y Aquiles (I,409-410) [Meabe, 1999a].


4.Conclusiones.

Podemos concluir que:

Ante la necesidad de sacrificar a Ifigenia, Agamenón se encuentra ante la disyuntiva de ejecutarlo o no lo que finalmente resuelve, considerando al tomar su decisión sus deberes para con los Dioses y los Hombres. 

La dicotomía deberes para con los dioses y deberes para con los hombres, es característica de la consideración tópica de los deberes que informa a la ética antecrítica presocrática construida sobre un horizonte sensualista. 

Agamenón aun siendo el mas fuerte en su carácter de jefe del contingente, resuelve el sacrificio en conformidad a la segunda de las reglas registradas por Tucídides en Historia I,63 y señalada por Meabe: No perjudicar al amigo con la resolución adoptada después de haberse beneficiado con la resolución ajena, sujeción que se sostiene en el que, al fundarse su hegemonía en el reconocimiento exterior de su honor y prerrogativa de dirección, importa a la conservación de la jefatura el que atienda al interés del contingente, el cual se impone debido a que los desempeños de las figuras homérico-olímpicas se ajustan a la regla del derecho del mas fuerte que expresa: el deber de obediencia derivado de la debilidad relativa del que detenta menor posibilidad de dominio sobre el conjunto. 

Por otra parte, la sujeción del mas fuerte a la segunda de las reglas registradas por Tucídides nos remite a la necesidad de la justicia en toda agregación social en orden a su autoconservación como al logro de sus propósitos, cuestión esta que examinara Platón en Republica, en el argumento de la banda de ladrones (351c-352a), y a la que Agamenón no podía desatender desde que el contingente constituye la base de su poder de dominio. 

Al sustentar el Atrida su autoridad en el contingente, es a este al que Ártemis perjudica, conducta esta isomorfica a la que se advierte en la Ilíada en relación a Apolo (I,454) y Aquiles (I,409-410). 

5. Bibliografía.

Homero   1995:    
Ilíada.
Barcelona, ed. Editorial Planeta-DeAgostini, trad. cast. de Emilio Crespo Güemes,1995.

Meabe, Joaquín E.   1999a:   
El contencioso entre Agamenón, Crises y Aquiles.
Corrientes, Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Eudene, V. I, pp.213-216, 1999.

Meabe, Joaquín E.   1999b:  
Rasgos de las jefaturas en la symmakhía  de los Aqueos de la Ilíada.
Corrientes, Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Eudene, V. I, pp.224-226, 1999.

Meabe, Joaquín E.   2000:    
La Teoría de la Justicia y el Argumento de la Banda de Ladrones - La formulación originaria del Argumento en Platón (Rep. 351c-352a).
Corrientes, ITGD, 2000.

Meabe, Joaquín E.   2001:     
El Derecho del Mas Fuerte y la relación entre amigos y enemigos en el Libro I de la Historia de Tucídides
ITGD. Corrientes, 2001.

Platón   1997:     
República.
Buenos Aires, ed. EUDEBA, trad. cast. de A. Camarero, 1997.

Salvador, Andrés   2001:      
El sacrificio de Ifigenia.
ITGD. Corrientes, 2001.

Tucídides   1984:    
Historia de la guerra del Peloponeso.
Madrid, ed. Hernando, 3 vols., trad. cast. de F. Rodríguez Adrados, 1984

[1] Esta conducta de los aliados se percibe mejor en la traducción hecha por José Alsina Clota en Esquilo Tragedias Completas [Ediciones Altaya S.A. Barcelona, 1995. Clásicos de la Literatura Universal 18, p. 237].

                                  Pues este sacrificio,
                                  que ha de calmar los vientos,
                                  que esta sangre de virgen,
                                  con todo ardor deseen,
                                  no es, en verdad, un crimen,
                                  ¡que sea para bien¡