PARA CON LOS DIOSES Y LOS HOMBRES
Materiales para el estudio de la Teoría del Derecho del Mas Fuerte
Andrés
En este trabajo se examina el
sacrificio de Ifigenia presentado en el Agamenón de Esquilo atendiendo a
la conducta de Agamenón en relación a sus deberes para con los Dioses y los
Hombres en cuanto suponen sujeción a las reglas del derecho del mas fuerte.
Traducciones empleadas en este
trabajo. En este trabajo seguimos la traducción rítmica del Agamenón
hecha por Manuel Fernández-Galiano en Esquilo Tragedias Completas
[Editorial Planeta S.A., 2000. Biblioteca La Nación, pp. 127-188].
El sacrificio de Ifigenia en
el Agamenón de Esquilo. La causa del sacrificio de Ifigenia y su
descripción es cantado por el Coro en seis estrofas y antístrofas con un
epodo, en Agamenón 104-257.
La irritación de Ártemis, la
varadura de las naves por vientos contrarios y el sacrificio de Ifigenia.
En el texto, se cuenta que Ártemis tiene lastima de una liebre preñada, a la
que unas Águilas [identificadas con los Atridas que mandan la huestes] matan y
destripan. Este portento [que vaticina
la toma de Troya] irrita a Ártemis a consecuencia de lo cual, tal como lo advirtió
Calcante, la flota griega será retenida por vientos contrarios, siendo entonces
cuando el adivino dice que es preciso sacrificar a Ifigenia para que los
vientos cambien.
Agamenón ante la necesidad del
sacrificio. Ante la necesidad del sacrificio, Agamenón se encuentra ante la
disyuntiva de ejecutarlo o no (Agamenón, 205-211):
Y dijo el mayor: <<Grave sino
205
no obedecer, pero grave a una
hija,
el orgullo
de mi casa, degollar
manchando mis manos en chorro brotado
de una virgen moribunda. ¿Hay
algo
210
que este libre de males?
El sacrificio de Ifigenia y
los deberes para con los Dioses y los Hombres. Agamenón resuelve sacrificar
a Ifigenia, y del texto surge que al tomar tan grave decisión, Agamenón
considera, sus deberes para con los Dioses y los Hombres:
a) Los Dioses: Los vientos contrarios son consecuencia de la irritación de Ártemis, y en este sentido, el carácter propiciatorio del sacrificio de Ifigenia se señala expresamente en Agamenón, 224-227:
a) Los Dioses: Los vientos contrarios son consecuencia de la irritación de Ártemis, y en este sentido, el carácter propiciatorio del sacrificio de Ifigenia se señala expresamente en Agamenón, 224-227:
Osó de su hija ser verdugo en
aras
de una mujer, como rito
225
que a la flota acercara
propicios a los dioses.
con las tripas vacías
eran los Griegos por la
inacción
190
y calma atormentados
Porque el viento del Estrimón
detención, hambre, riesgo
traía
a los barcos;
dispersión, daños en la
madera
195
y cables; eterno era el
tiempo;
ociosa se estaba consumiendo
la flor de los Argivos;
¿Cómo escapo a la escuadra
dejando a mis aliados?
Lícito es desear con ansia
el sacrificio que amanse
215
al viento con virginal
sangre. ¡Para bien sea![1]
La dicotomía deberes para con
los dioses y deberes para con los hombres como característica de la
consideración tópica de los deberes que informa a la ética antecrítica
presocrática. La dicotomía deberes para con los dioses y deberes para con
los hombres, es característica de la consideración tópica de los deberes que
informa a la ética antecrítica presocrática construida sobre un horizonte
sensualista. En este sentido la conducta de Agamenón se corresponde con la
conducta que en la Republica de Platón asume la figura de Cefalo para
quien la justicia no puede verse mas que como la mera reproducción de deberes
edificados en la practica, como pautas que resumen buenos desempeños y que son:
En relación a
los hombres: no engañar ni mentir, aun involuntariamente, no estar en deudas de
dinero con ningún hombre (331b).
En relación a
los Dioses: no estar en deudas de sacrificios (331b).
Esta dicotomía también se
encuentra en el libro II donde Sócrates, respondiendo a los pedidos de Glaucón
y de Adimanto deja de lado la cuestión de las recompensas que el hombre justo
obtiene por su justicia (358b-367b-d), lo que reintroduce en el libro X (608c),
cuando Sócrates considera demostrado que la justicia es por si misma el mayor
bien del alma, y que esta debe realizar lo que es justo, ya sea que la vean o
no los hombres y los dioses.
La resolución de Agamenón y la
regla segunda de Tucídides en Historia I,63. Es interesante que
Agamenón siendo el mas fuerte en su carácter de jefe del contingente, resuelve
el sacrificio en conformidad a la segunda de las reglas registradas por
Tucídides en Historia I,63
y señalada por Meabe: No perjudicar al amigo con la
resolución adoptada [lo que ocurriría si no se sacrificaba a Ifigenia: el
hambre, la inacción y la calma seguirían atormentando al contingente]
después de haberse beneficiado con la resolución ajena [es decir la de los
hombres de unirse a la expedición contra Troya] (Meabe, 2001).
La regla segunda de Tucídides
en Historia I,63 y el sometimiento de Agamenón
al interés del contingente. Entiendo que la sujeción de Agamenón a la regla
enunciada por Tucídides se sostiene en el hecho de que su hegemonía se funda en
el reconocimiento exterior de su propia estima u honor y de su prerrogativa de
dirección (Meabe, 1999b: 224) es decir importa a la conservación de la jefatura
el que atienda al interés del contingente, el cual se impone debido a que los
desempeños de las figuras homérico-olímpicas se ajustan a una regla muy precisa
del derecho del mas fuerte: el deber de obediencia derivado de la debilidad
relativa del que detenta menor posibilidad de dominio sobre el conjunto, lo
que explica el sometimiento de Agamenón a la asamblea, a
pesar de que esta nunca es soberana, en Ilíada (Meabe, 1999a:
215) y la decisión, que examinamos, de sacrificar a Ifigenia.
La regla segunda de Tucídides Historia I,63 y el argumento de la banda de ladrones.
Por otra parte, la sujeción del mas fuerte a la segunda de las reglas
registradas por Tucídides en Historia I,63 nos remite a la necesidad de la justicia en toda agregación
social en orden a su autoconservación como al logro de sus propósitos, cuestión
esta que abordara Platón en Republica,
en el llamado argumento de la banda de ladrones (351c-352a) [Meabe,
2000], y a la que Agamenón no podía desatender desde el momento que el
contingente constituye la base de su poder de dominio.
El contingente como sustento
de la autoridad de Agamenón y la conducta de Ártemis. Particularmente
interesante es el que al sustentar el Atrida su autoridad en el contingente, es
a este al que Ártemis perjudica, conducta esta isomorfica a la que se advierte
en la Ilíada en relación a Apolo
(I,454) y Aquiles (I,409-410) [Meabe, 1999a].
4.Conclusiones.
Podemos concluir que:
Ante la necesidad de sacrificar a Ifigenia, Agamenón se encuentra ante la disyuntiva de ejecutarlo o no lo que finalmente resuelve, considerando al tomar su decisión sus deberes para con los Dioses y los Hombres.
La dicotomía deberes para con los dioses y deberes para con los hombres, es característica de la consideración tópica de los deberes que informa a la ética antecrítica presocrática construida sobre un horizonte sensualista.
Agamenón aun siendo el mas fuerte en su carácter de jefe del contingente, resuelve el sacrificio en conformidad a la segunda de las reglas registradas por Tucídides en Historia I,63 y señalada por Meabe: No perjudicar al amigo con la resolución adoptada después de haberse beneficiado con la resolución ajena, sujeción que se sostiene en el que, al fundarse su hegemonía en el reconocimiento exterior de su honor y prerrogativa de dirección, importa a la conservación de la jefatura el que atienda al interés del contingente, el cual se impone debido a que los desempeños de las figuras homérico-olímpicas se ajustan a la regla del derecho del mas fuerte que expresa: el deber de obediencia derivado de la debilidad relativa del que detenta menor posibilidad de dominio sobre el conjunto.
Por otra parte, la sujeción del mas fuerte a la segunda de las reglas registradas por Tucídides nos remite a la necesidad de la justicia en toda agregación social en orden a su autoconservación como al logro de sus propósitos, cuestión esta que examinara Platón en Republica, en el argumento de la banda de ladrones (351c-352a), y a la que Agamenón no podía desatender desde que el contingente constituye la base de su poder de dominio.
Al sustentar el Atrida su autoridad en el contingente, es a este al que Ártemis perjudica, conducta esta isomorfica a la que se advierte en la Ilíada en relación a Apolo (I,454) y Aquiles (I,409-410).
5. Bibliografía.
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Ilíada.
Ilíada.
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El contencioso entre Agamenón, Crises y Aquiles.
El contencioso entre Agamenón, Crises y Aquiles.
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pp.213-216, 1999.
Meabe, Joaquín
E. 1999b:
Rasgos de las jefaturas en la symmakhía de los Aqueos de la Ilíada.
Rasgos de las jefaturas en la symmakhía de los Aqueos de la Ilíada.
Corrientes, Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Eudene, V. I, pp.224-226, 1999.
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La Teoría de la Justicia y el Argumento de la Banda de Ladrones - La formulación originaria del Argumento en Platón (Rep. 351c-352a).
La Teoría de la Justicia y el Argumento de la Banda de Ladrones - La formulación originaria del Argumento en Platón (Rep. 351c-352a).
Corrientes, ITGD, 2000.
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El Derecho del Mas Fuerte y la relación entre amigos y enemigos en el Libro I de la Historia de Tucídides
El Derecho del Mas Fuerte y la relación entre amigos y enemigos en el Libro I de la Historia de Tucídides
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Tucídides 1984:
Historia de la guerra del Peloponeso.
Historia de la guerra del Peloponeso.
Madrid, ed. Hernando, 3 vols., trad. cast. de F. Rodríguez Adrados, 1984
[1] Esta conducta de los aliados se percibe mejor en la traducción hecha por José Alsina Clota en Esquilo Tragedias Completas [Ediciones Altaya S.A. Barcelona, 1995. Clásicos de la Literatura Universal 18, p. 237].
Pues este sacrificio,
que ha de calmar los vientos,
que esta sangre de virgen,
con todo ardor deseen,
no es, en verdad, un crimen,
¡que sea para bien¡