Desnudo e inocencia
Notas sobre el pensamiento simbólico
Andrés Salvador
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Marie-Madeleine au désert Emmanuel Benner (s. XIX) http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Emmanuel_Benner,_Marie-Madeleine_au_d%C3%A9sert_(_Mus%C3%A9e_d%27art_moderne_et_contemporain,_Strasbourg_).JPG Ultima visita: 27/08/2011 |
1. Introducción
El propósito de este trabajo es el de reunir algunos elementos que permitan el examen de los fundamentos de la persistente asociación entre desnudez e inocencia en la cultura occidental.
2. Antecedentes
Persistencia de la asociación entre desnudez e inocencia. En un reportaje las integrantes[1] de un staff de profesionales del bikini open y strippers, comentan a propósito de su actividad:
“A cualquiera le gusta sentirse deseada, gustada”, coinciden y agregan: “Somos bailarinas y no hacemos cosas pecaminosas mal. Adán y Eva vinieron al mundo desnudos y no hay nada mas lindo que estar despojados. Si estamos desnudas, somos puras”.
El argumento empleado muestra la persistencia en el mundo moderno de la asociación entre desnudez e inocencia de raíz religiosa.
3. Desarrollo
La desnudez paradisíaca. En relación a la condición del hombre en el paraíso, en Génesis 2,25 leemos que en el:
Estaban los dos desnudos, el Hombre
y su mujer, sin avergonzarse uno de
otro.
Perfección de los orígenes y nostalgia del Paraíso. Señala Mircea Eliade que en el hombre religioso es la nostalgia de la perfección de los orígenes lo que explica en gran parte el retorno periódico <<in illo tempore>> [que se reactualiza ritualmente (Eliade, 1992: 73)], y aunque el contexto religioso e ideológico de las culturas primitivas sea otro que el judeo-cristiano, podría decirse, en términos cristianos, que se trata de una <<nostalgia del Paraíso>> que se corresponde el deseo de vivir en la presencia divina y en un mundo perfecto (Eliade, 1992: 82).
Desnudez bautismal y retorno a la inocencia. Explica Eliade, que la desnudez bautismal, comporta una significación ritual y metafísica a la vez: es el abandono del <<viejo vestido de corrupción y de pecado del cual el bautizado se despoja, siguiendo a Cristo, ese vestido con que se había revestido Adán después del pecado>>, pero también significa el retorno a la primitiva inocencia, a la condición de Adán antes de la caída (Eliade, 1992: 116). Escribe San Cirilo de Jerusalén[2]:
4. Bibliografía
La Santa Biblia.
5. Notas.
[2] El texto también es citado por Eliade [1992: 116] si bien nosotros lo tomamos de San Cirilo de Jerusalén. Mistagógica II - El bautismo (2) en Catequesis, Ediciones Paulinas, Buenos Aires, 1985, Orígenes Cristianos 2, traducción directa del griego de Luis H. Rivas, pp. 294-297 particularmente p. 295.
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Adán y Eva Albrecht Dürer (s. XVI) http://en.wikipedia.org/wiki/File:Albrecht_D%C3%BCrer_002.jpg Ultima visita: 27/08/2011 |
La perdida de la condición paradisíaca por el hombre y el cubrimiento del cuerpo. La trasgresión del mandato divino de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal [Gén. 2,16] se traduce en Gén. 3,7 en el ocultamiento del cuerpo:
Entonces se abrieron sus ojos
y conocieron que estaban desnudos;
cocieron unas hojas de higuera y se
hicieron cinturones.
La advertencia de la propia desnudez por Adán, descubre a Dios, en Gén. 3,9-11 la transgresión:
Pero Yavé Dios
llamó al Hombre, diciéndole: “¿Dónde
estás?” Y éste respondió: “He oído
tus pasos por el jardín y, temeroso,
porque estaba desnudo, me he ocultado.”
Yavé dios prosiguió: “¿Quién te
ha hecho saber que estabas desnudo?
¿No habrás comido del árbol del que
te prohibí comer?”
La transgresión lleva a la perdida del paraíso [Gén. 3,23], pero antes, en Gén. 3,21 leemos que:
Yavé Dios hizo al hombre y a
su mujer unas túnicas de piel y los vistió.
De este modo, el cubrir el cuerpo en la tradición occidental quedó asociado a la perdida de la condición paradisíaca por el hombre.
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La expulsión de Adán y Eva del paraíso terrenal Tommaso di ser Giovanni di Mone Cassai llamado Masaccio (s. XV) http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Masaccio_025.jpg Ultima visita: 02/09/2011 |
En este sentido, la doctrina católica enseña que conviene cubrir el cuerpo para que no sirva de ocasión de pecado, y ello porque, si bien, el cuerpo humano como toda criatura de Dios es bueno, como consecuencia del pecado original, la humanidad se halla en estado de naturaleza caída lo que ha llevado al desarreglo de los instintos (Castro Mayer, 1959: 95-97).
Perfección de los orígenes y nostalgia del Paraíso. Señala Mircea Eliade que en el hombre religioso es la nostalgia de la perfección de los orígenes lo que explica en gran parte el retorno periódico <<in illo tempore>> [que se reactualiza ritualmente (Eliade, 1992: 73)], y aunque el contexto religioso e ideológico de las culturas primitivas sea otro que el judeo-cristiano, podría decirse, en términos cristianos, que se trata de una <<nostalgia del Paraíso>> que se corresponde el deseo de vivir en la presencia divina y en un mundo perfecto (Eliade, 1992: 82).
Modelo paradisíaco de la desnudez ritual. La desnudez ritual equivale a la integridad y a la plenitud; el <<Paraíso>> implica la ausencia de <<vestidos>>, es decir, ausencia de <<desgaste>> (imagen arquetípica del Tiempo). Toda desnudez ritual implica un modelo intemporal, una imagen paradisíaca (Eliade, 1992: 117).
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Bautismo de Jesus Giotto di Bondone (s. XIII-XIV) http://en.wikipedia.org/wiki/File:Jesus_bapt.jpg Ultima visita: 27/08/2011 |
Desnudez bautismal y retorno a la inocencia. Explica Eliade, que la desnudez bautismal, comporta una significación ritual y metafísica a la vez: es el abandono del <<viejo vestido de corrupción y de pecado del cual el bautizado se despoja, siguiendo a Cristo, ese vestido con que se había revestido Adán después del pecado>>, pero también significa el retorno a la primitiva inocencia, a la condición de Adán antes de la caída (Eliade, 1992: 116). Escribe San Cirilo de Jerusalén[2]:
¡Que cosa maravillosa! Ustedes estaban desnudos delante de la mirada de todos y no tenían vergüenza. En realidad llevaban la imagen del primer hombre Adán, que estaba desnudo en el Paraíso y no sentía vergüenza (Gn. 2,25).
Adviértase que el simbolismo de la desnudez bautismal no es privilegio exclusivo de la tradición judeo-cristiana (Eliade, 1992: 117).
La desnudez como expresión de la inocencia en la historia del cristianismo. Paul Ableman señala que:
“[...] la ambigua condición del cuerpo llegó incluso a incorporarse al cristianismo, ya que, mientras por lo general los teólogos cristianos siempre han preconizado, a menudo hasta extremos obsesivos, el pudor y la ocultación, también es cierto que la tradición de inocencia asociada a la historia de Adán y Eva, contada en el Génesis, siempre ha abierto una puerta que permite la reaparición del cuerpo. Así vemos que, mientras era normal que las muchachas educadas en conventos fueran obligadas a bañarse con una túnica puesta, no fuera que la visión de su propio cuerpo las inflamara y, con ello, llegaran a dar un disgusto a sus celestiales protectores, ciertas sectas cristianas adoptaron una desafiante desnudez para poner de relieve su auténtica y fundamentalista pureza. La más reciente de estas sectas ha sido la de los doukhobors, que en su origen fue un grupo ruso fundado en la primera mitad del siglo XVIII. Debido a que eran pacifistas y rechazaban todo género de autoridad exterior, los doukhobors tenían constantes problemas con las autoridades. Después de haber sido perseguidos en Rusia durante un siglo, unos setecientos miembros de esta secta emigraron al Canadá, en 1899, animados por la esperanza de encontrar allí la libertad precisa para vivir a su aire. Pero en el Canadá las autoridades se empeñaron en educar a los hijos de estos inmigrantes y, también, en hacerles pagar impuestos. Los doukhobors pasaron a la contraofensiva, por el medio de manifestarse desnudos ante aquellos a quienes consideraban sus perseguidores. Muchos de ellos fueron detenidos. Hasta hace muy poco han continuado las manifestaciones públicas en estado de desnudez, pero parece que los doukhobors se están incorporando lentamente al estilo de vida canadiense.
En el siglo XV, los picard, de Flandes, asistían desnudos a los actos de culto y reverenciaban el cuerpo, y antes que ellos los adamitas, de Bohemia, considerados herejes y exterminados por Juan Zizka, en 1421, no sólo iban desnudos para simbolizar la inocencia de Adán, sino que también practicaban el amor libre, para liberar la carne. Predicaban que la desnudez era esencial para la verdadera pureza y para la restauración de la pureza imperante antes de la Caída. Los hombres y las mujeres vivían comunitariamente, en promiscuos grupos. La aniquilación de los adamitas fue en parte el resultado de acusaciones, formuladas por más ortodoxos cristianos, en el sentido de que mataban y aterrorizaban a aquellos que se negaban a formar parte de su grupo. Pero acusaciones así casi siempre suelen ser resultado de la envidia y no de la verdad.” [Ableman, 1984: 50-51].
4. Bibliografía
Ableman, Paul 1984:
Anatomía de la desnudez.
Buenos Aires, ed. Sudamericana/Planeta, trad. cast. de A. B. V., 1984.
Castro Mayer, A. 1959:
Problemas del Apostolado Moderno.
Buenos Aires, ed. Librería Católica Acción, 1959.
Eliade, Mircea 1992:
Lo sagrado y lo profano.
Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.
Martín Nieto, E. 1964:
Buenos Aires, ed. Paulinas, 1964.
5. Notas.
[1] Romina Jouán, Débora Colordo, Jésica Cusnier, Vanina Verdún Peña, Nívea Vieira, Virginia Laura Gómez y Martha Aragón en Pereyra, Adela. “Es un laburo: si estamos desnudas, somos puras”. Ahora [pp.30-31 particularmente p.31] distribuida con Crónica. Bs.As., Domingo 11 de Febrero de 2001, incluida en El Libertador, Corrientes, Domingo 11 de febrero de 2001.