febrero 15, 2008

El sacrificio de Ifigenia

 El sacrificio de Ifigenia
Materiales para el estudio de los sacrificios humanos (7)

Andrés Salvador


1.Introducción.

En este trabajo se examina el sacrificio de Ifigenia presentado en el Agamenón de Esquilo como parte de un estudio mas amplio sobre los sacrificios humanos en las sociedades tradicionales.

2. Antecedentes.

El Agamenón de Esquilo. El Agamenón, junto a otras dos piezas con las cuales esta encadenada, Coéferos y Euménides, forma parte de la que posiblemente es la mas representativa obra de Esquilo, La Orestía, en la que se cuenta el asesinato de Agamenón a manos de su esposa Clitemnestra, el castigo de esta por el hijo de ambos Orestes, y la purificación del matricida, siendo la única trilogía de Esquilo que ha llegado completa a nosotros (Esquilo, 1995: 211-212).

Traducciones empleadas en este trabajo. En este trabajo seguimos en principio la traducción rítmica del Agamenón hecha por Manuel Fernández-Galiano en Esquilo Tragedias Completas [Editorial Planeta S.A., 2000. Biblioteca La Nación, pp. 127-188]; pero también nos servimos de la traducción hecha por José Alsina Clota en Esquilo Tragedias Completas [Ediciones Altaya S.A. Barcelona, 1995. Clásicos de la Literatura Universal 18, pp.227-309].

3.Desarrollo.

I. El sacrificio de Ifigenia en el Agamenón de Esquilo. La causa del sacrificio de Ifigenia y su descripción es cantado por el Coro en seis estrofas y antístrofas con un epodo, en Agamenón 104-257.

A. El sacrificio de Ifigenia y la irritación de Artemisa como causa. Señala Otto que Artemisa esta vinculada íntimamente con animales y árboles y precisamente ningún poeta habla de modo tan emocionante acerca de su solicitud para  con los animales salvajes como Esquilo en el texto que consideramos. En este, la sagrada Artemis tiene lastima de una liebre preñada, a la que unas Águilas matan y destripan (Otto, 1976: 68):

Canto cómo al poderío dual que a los Griegos gobierna
y domina concorde                                                                                   110
a los mozos aqueos augurios briosos
hacia el teucro país enviaron con manos
vengadoras y lanzas: los dos almirantes y dos reyes de
                                                    [aves, el uno con cola                           115
de albas plumas y el otro de negras. Patentes al lado
del palacio mostráronse; en liebre
se cebaban de vientre preñado que roto ya el curso veía
de sus últimas carreras.                                                                           120
<<¡Ay, lino!>>, di <<¡Ay, lino y que venza al final la fortuna!>>
Calcante, el adivino de la hueste, tras interpretar el portento [donde identifica a las águilas con los Atridas que mandan la hueste, la que vaticina tomaría Troya] advierte sobre la irritación de Artemis:

<< ... mas no venga un golpe
fatídico acaso y nos suma en tiniebla el bocado marcial
                                                     [para Ilion ya forjado.
Pues se apiada la pura Ártemis de ese animal y a los
                                                                         [canes                              135
alados del padre divino
guarda rencor porque así aniquilaron a liebre y camada
y odia su impío banquete.>>

Los signos animan [Troya será tomada] a la vez que desaprueban [la muerte de la liebre provoca la irritación de Artemis], por lo que el adivino agrega:

 ...  y yo por mi parte                                                                               145
al dios Peán, el sanador, invoco
por que a los Dánaos no inflija la diosa perpetua bonan-
                                                                   [za ni hostiles
vientos que varen las naves ...

B. La varadura de las naves por vientos contrarios y el carácter propiciatorio del sacrificio de Ifigenia. Tal como advirtió Calcante, la flota griega será retenida por vientos contrarios:

con las tripas vacías
eran los Griegos por la inacción                                                             190
y calma atormentados

  Porque el viento del Estrimón
detención, hambre, riesgo traía

a los barcos ...

Es entonces cuando el adivino dice que es preciso sacrificar a Ifigenia para que los vientos cambien:

mas anuncio el augur
la amarga medicina                                                                                 200
de Ártemis ...

No sin dolor Agamenón reconoce la necesidad del sacrificio:

     Y dijo el mayor: <<Grave sino                                                           205
no obedecer, pero grave a una hija,
el orgullo
de mi casa, degollar manchando mis manos en chorro brotado
de una virgen moribunda. ¿Hay algo                                                      210
que este libre de males?
¿Cómo escapo a la escuadra
dejando a mis aliados?
Lícito es desear con ansia
el sacrificio que amanse                                                                           215
al viento con virginal
sangre. ¡Para bien sea!

El carácter propiciatorio del sacrificio de Ifigenia se señala expresamente en Agamenón 224-227:

Osó de su hija ser verdugo en aras
de una mujer, como rito                                                                           225
que a la flota acercara
propicios a los dioses.

C. Descripción del sacrificio. El sacrificio de Ifigenia se describe en Agamenón 228-247. Según esta, de nada valieron a Ifigenia sus suplicas ni su edad para evitar ser  sacrificada:                                  

   Y nada para los belicosos
jefes valieron voces ni suplicas
filiales ni la tierna edad                                                                           230
de la doncella ...

Tras unas preces, Agamenón manda a sus siervos que mantengan a Ifigenia sobre el altar y la amordacen:

                    .... y mandó a los siervos
su padre que tras las preces, como
a cabrilla ritual, la mantuvieran
sobre el ara a la fuerza,
envuelta en sus vestiduras,                                                                       235
y su queja agorera
sofocase la muda

   violencia de una dura mordaza.

El momento en que Ifigenia es sacrificada, se cuenta en el siguiente pasaje:

    Y caía hasta el suelo su gualda
túnica[1] y se esbozaba                                                                               240
como en un cuadro su silueta
queriendo hablar con suplicantes ojos ...

El coro poco antes de concluir expresa que la amarga medicina indicada por el Calcante fue apropiada:

   Ni sé ni cuento lo que siguió,
mas no mintieron Calcante y su arte.

II. Notas sobre el contexto religioso del sacrificio de Ifigenia. El sacrificio de Ifigenia supone un contexto religioso sobre el que formulamos algunas observaciones:

A.  Artemisa y el sacrificio de Ifigenia. El sacrificio de Ifigenia tiene su origen en la irritación de Artemisa y presenta un claro carácter propiciatorio. En relaciona esta diosa interesa saber que:

1. Sacrificios humanos en el culto de Artemisa. Señala  Walter F. Otto que se hicieron sacrificios humanos en culto de Artemisa, para lo que remite a Pausanias 7,19,4. Tras referirse al sacrificio de Ifigenia en Eurípides (If. Taur. 21) agrega que: “En Melite, el suburbio occidental de Atenas, estaba el templo de Artemis Aristobule, lugar donde se tiraron hasta épocas tardías los cuerpos de los ajusticiados y los nudos que habían servido a los suicidas (Plutarco, Temíst. 22). También en Rodas se la veneró fuera de las puertas de la ciudad y en la fiesta de Cronión se mato en su honor y ante su estatua un criminal condenado (Porfir. De abstin. 2, 54; Usener, Götternamen 51 “Nombre de dioses”).”  (Otto, 1976: 70-71).

2.  La virginidad de Artemisa y la de Ifigenia. En Agamenón 210 y 216 se hace referencia a la virginidad de Ifigenia. Ahora tengamos presente que se consideraba que las vírgenes estaban emparentadas con Artemisa (Flacelière, 1965: 47), una de cuyas características es su naturaleza virginal, por lo que ya desde la época de Homero se la denomina generalmente “Virgen” o  “Doncella” (Otto, 1976: 65 y 67).

B. Detalles de interés para la comprensión del sacrificio de Ifigenia. Los siguientes detalles presentan particular  interés para la comprensión del sacrificio de Ifigenia:

1. Asimilación de Ifigenia a una cabrilla ritual. Las victimas comunes de los sacrificios eran bueyes, cabras, corderos y cerdos (Guiraud, 1915: 303). En Agamenón 232-233 se asimila a Ifigenia a una cabrilla ritual:
   
                                          ... como
a cabrilla ritual, la mantuvieran
sobre el ara ...

Como se explica en un trabajo anterior [Salvador, Andrés O. R. y Zagert, Liliana B. Los sacrificios humanos y el sistema del mundo de las sociedades tradicionales (2). ITGD. Corrientes, 2001] son numerosos los testimonios relativos a la identificación ritual de los hombres con animales y vegetales en las sociedades tradicionales, señalándose la existencia de lo que se llama una solidaridad mística.

2. La virginidad de Ifigenia y la pureza física. Cuando se sacrificaba un animal, este debía ser puro, exento de toda tara y de toda corrupción (Flacelière, 1965: 46), en este sentido las vírgenes, como Ifigenia, eran consideradas físicamente puras (Flacelière, 1965: 47). Al tratar el culto de Diónisos y refiriéndose a la continencia que las bacantes observaban antes de celebrar su rito, Alfred Loisy anota que la interdicción sexual, como condición de pureza litúrgica, no procede originariamente de un sentimiento de delicadeza moral, sino que mas bien se consideró que el cumplimiento de las funciones religiosas requería en aquellos que participaban una integridad de virtud física y mágico-religiosa, contra la cual atentaba la relación sexual, disminuyéndola y agotándola; de ahí la incapacidad, “la impureza” que resultaba (Loisy, 1990:26 nota 9).

3. Juventud de Ifigenia. En relación a la juventud de Ifigenia, téngase presente que según Maury [en Histoire des religions de la Grèce antique, citada por Guiraud, 1915: 303], en los sacrificios de animales, las victimas habían de ser de poca edad, por ejemplo, los bueyes no debían contar a lo sumo mas de cinco años.

4. Inclinación del rostro hacia la tierra. En la traducción de Alsina Clota se lee que cuando Agamenón manda a sus siervos que mantengan a Ifigenia sobre el altar, estos la colocan:

con el rostro inclinado hacia la tierra

Este detalle es significativo, ya que cuando las victimas consistían en animales domésticos y el sacrificio era hecho para los dioses del Olimpo, se los inmolaba con la cabeza elevada, pero cuando eran ofrecidos a las divinidades infernales, a los héroes o a los muertos, se los inmolaba con la cabeza inclinada hacia la tierra (Rich, 1883: Hostia: 323).

4 .Conclusiones.

Podemos concluir que el sacrificio de Ifigenia presentado por Esquilo debe examinarse atendiendo a su contexto religioso. En orden a esto:

1. Seria del mayor interés comparar este relato con el sacrificio de Ifigenia descrito por Euripides en su obra Ifigenia en Áulide.

2. También seria recomendable examinar con mayor detalle el sacrificio de animales entre los griegos por cuanto pareciera, a tenor del texto estudiado, que el sacrificio humano reproduce el de estos.

5.Bibliografía.


Giraud, Paul   1925:       
Historia Griega.
Madrid, ed. Daniel Jorro, trad. cast. de Domingo Vaca, 1925.

Loisy, Alfred   1990:        
Los misterios paganos y el misterio cristiano.
Barcelona, ed. Paidos, trad. cast. de Ana P. de Goldar, 1990.

Otto, Walter F.   1976:       
Los dioses de Grecia.
Buenos Aires, ed. Eudeba, trad. cast. de Rodolfo Berge y Adolfo Murguia Zuriarrain, 1976.

Rich, Anthony   1883:       
Dictionnaire des Antiquités Romaines et Grecques.
Paris, ed. Librairie de Firmin-Didot et Cie, trad. francesa de M. Chéruel, 1883.

6. Notas.

[1] Alsina Clota que traduce esta parte del texto:

Y en tanto iba virtiendo
azafranados tintes,

señala en nota [14] que esto puede entenderse como: a) la sangre de Ifigenia, o b) sus ropas; remitiendo al trabajo de Lloyd-Jones [<<The robes of Iphigenia>>, Classical Review, 66-1952, págs. 132 y ss (Esquilo,1995: 216)] (Esquilo,1995: 239).

febrero 01, 2008

La figura básica de la asociación ilícita del Código Penal y el argumento de la banda de ladrones en Platón

La figura básica de la asociación ilícita del Código Penal y el argumento de la banda de ladrones en Platón
Examen de un tópico fundamental de la filosofía practica de interés para el derecho penal

Andrés Salvador

Al Profesor Wilmer Carrara

1. Introducción.

En este trabajo examinamos desde la perspectiva de la teoría critica del derecho ciertos aspectos de la figura básica de la asociación ilícita (art. 210, párr. 1º, del Cód. Penal Argentino), por el interés que presenta en punto al examen de un tópico de la filosofía moral que encuentra un importante desarrollo en el autor mas relevante de la filosofía practica clásica como es Platón, y cuya recuperación dicha teoría propicia (Meabe, 1999: 165).

2. Antecedentes.

La figura básica de asociación ilícita. La figura básica de asociación ilícita es presentada en el art. 210, párr. 1º, del Código Penal Argentino que reprime con prisión o reclusión de tres a diez años, al “que tomare parte en una asociación o banda de tres o más personas destinadas a cometer delitos por el solo hecho de ser miembro de la asociación”.

3. Desarrollo.

La acción típica y las notas de sus requisitos. Al describir la acción típica, dada por la conducta de tomar parte en la asociación, Creus señala que se requiere la existencia de una asociación formada mediante acuerdo o pacto de sus componentes en función del objetivo determinado por la ley, esto es, la comisión de delitos. Ahora, para que este acuerdo asuma el carácter de asociación ilícita, debe presentar las notas de permanencia y organización (Creus, 1997: 109), esta ultima supone que los intervinientes en la formación de la asociación, deben expresar su voluntad de moverse dentro de cierto grado de  organización, entendida como la mínima para  conservar la cohesión del grupo en orden a la consecución de los fines delictivos (Creus, 1997: 110).

El acuerdo para la conservación y el argumento de la banda de ladrones en Platón. Ahora, el acuerdo para la conservación de la agregación que advertimos en la figura de asociación ilícita, nos remite a una cuestión que ya fue abordada por Platón en su libro la República. En el libro I, en un momento del extenso dialogo que mantiene Sócrates con el sofista Trasímaco, quien activa y  enérgicamente defiende, de la manera mas franca, el llamado derecho del mas fuerte (Platón, 1997: 30 y 34), el primero retoma (351a) la afirmación hecha por el  segundo  de que la injusticia es fuerte (349a), mostrándole que aun la misma injusticia, practicada en sociedad, no puede prosperar sin cierto resto de justicia (Platón, 1997: 158-159, notas 60 y 63).  Es aquí (351c), donde Sócrates, al preguntar a Trasímaco, introduce el llamado argumento de la banda de ladrones, cuyo texto (351c-352a) reproducimos aquí en traducción hecha por Joaquín E. Meabe (Meabe, 2000):

Para complacerme - dice Sócrates, [al inicio del argumento] - contéstame: ¿Te parece que una polis, un
contingente armado para la guerra, una banda de piratas o ladrones o cualquier etnos que se
propusiera algo injusto, consumaría este hacer si, recíprocamente ellos, se hicieran injusticia?
Desde ya que no. - contesta Trasímaco.
Y si no actuaran con injusticia ¿no les resultaría mejor? - inquiere Sócrates.
Seguramente - contesta Trasímaco.
La stasis [discordia social generalizada] resulta [entonces], Trasímaco, el producto de la injusticia y de los
odios y peleas reciprocas, mientras que la justicia equipara y crea concordia, ¿no te parece?
Lo admitiré - dice Trasímaco - solo para no polemizar contigo.
Haces bien en obrar así, oh amigo - dice Sócrates -, pero ahora dime, siendo la obra propia de la injusticia
el generar odio en cualquier lugar en el que se establece, lo mismo entre libres que entre esclavos, ¿no los
hará [a los que lo engendran en su seno] inaptos para cualquier empresa común, a partir de que se odian y
se dividen entre si?
Seguramente - contesta Trasímaco.
Si se genera entre dos ¿no los hará dividirse y odiarse y tornarse enemigos, tanto entre si como en relación
a los justos?
Así será, creo - responde Trasímaco.
Y si la injusticia, oh admirado amigo, se generare en uno solo ¿perdería aquel poder o lo guardaría
intacto?
Creo que lo conservaría intacto - agrega Trasímaco.
Por consiguiente - resume Sócrates - sea que emerja en un agregado de procedencia común [engenetai],
en una ciudad [polei], en una Familia [génei], en un contingente armado para la guerra [stratopédo] o en donde sea, aparece [JEM: se refiere implícitamente a la injusticia] con la propiedad de generar, primero,
la incapacidad para obrar en común [auto poien prattein], a causa de la discordia social generalizada
[satizein] y las disputas [diaphereethai], y luego, por la enemistad propia de uno mismo y por la reciproca
con el justo. ¿[O] no es así?
Así parece - contesta Trasímaco.
Y si no apareciera mas que en uno solo, produciría asimismo todos esos resultados porque esta en su
mismo el factor que hace generarlo. Primero, lo hará incapaz de obrar. Al hacerlo rebelde y discorde
consigo mismo; y después lo tornara enemigo de si mismo tanto como de los justos ¿O no?
Ciertamente - contesta Trasímaco.

Así concluye el desarrollo formal del argumento. Mas adelante, Sócrates agrega (352b-352d) [sigo aquí la traducción de Antonio Camarero (Platón, 1997)]:

                                      Acabamos de ver que los justos se
          nos revelan sabios, mejores y capaces de obrar,
          en tanto que los injustos, son incapaces de toda
          acción en común, y cuando decimos que estos
          han emprendido de consuno alguna acción du-
          radera, no expresamos toda la verdad, porque
                                c    si fueran completamente injustos no se respeta-
          rian entre si; es evidente que hay entre ellos ciert-
          ta justicia que les impide hacerse mutuamente
         daño, mientras se lo hacen a todos aquellos con-
          tra quienes se dirigen, y que esta justicia les ha
          servido para lograr sus propósitos; en realidad,
          se han lanzado a sus perversas empresas corrom-
          pidos solo a medias por la injusticia, pues quienes
                                d    son malos e injustos del todo son asimismo com-
          pletamente impotentes para obrar.

Algunas precisiones sobre el argumento. Este argumento, que presenta derivaciones muy importantes que aquí no consideramos (Meabe, 2000), constituirá un tópico muy frecuente en la filosofía moral posterior, para demostrar la excelencia de la justicia,  y su fortaleza frente a la injusticia, que al originar odios y disensiones,  afecta la conservación de las sociedades que la practican (Platón, 1997: 159, nota 63) (1). En efecto, surge con claridad del dialogo que la injusticia genera stasis, lo que equivale a un desorden social generalizado donde predomina el odio, el egoísmo, la crueldad y el despojo, lo que si bien no implica la desaparición del orden de agregación social que contiene al conjunto (polis, ejercito, banda, etnos, etc.), produce un doble orden de consecuencias:

1. En orden a la operatividad externa del grupo, una perdida de aptitud, capacidad o dýnamis [entendida esta como poder con el alcance de poder material de ejecución de alguna cosa] por parte del grupo para llevar adelante acciones comunes (Meabe, 2000).

2. En orden a la conservación interna del grupo, se produce una degradación o corrupción generalizada del grupo que lo lleva, de no corregirse, a su disolución (Meabe, 2000).

De esto, se sigue que la propia banda de ladrones debe practicar la justicia en su seno, aunque la omita respecto de los demás. Esto se  traduce en la figura de la asociación ilícita, en la necesidad de quienes intervienen en el mismo, de ordenarse, en función de sus fines, a una organización que atienda a su conservación.

4. Conclusiones.

El requisito que supone la figura de asociación ilícita (art. 210, párr. 1º, del Cód. Penal), permite, al remitir a un argumento fuerte de la filosofía moral, advertir la necesidad de la justicia en toda agregación social (polis, ejercito, banda, etnos, etc.), en orden tanto a su conservación, como al logro de sus propósitos, aun cuando los fines de dicha agregación (asociación ilícita), sea  injusto (comisión de delitos).

5. Notas.

(1) Existe un argumento análogo, no ya en el escenario clásico o pagano propio de Platón, sino en el escenario judeocristiano. En los Evangelios de San Mateo 12, 22-37; San Marcos 3, 22-27 y San Lucas 11, 14-26, se nos presenta que Jesús, al refutar la calumnia de que lanzaba a los demonios con el poder del príncipe de los demonios, emplea un argumento que muestra la necesidad de un acuerdo para la conservación [sigo el texto de San Marcos 3, 23-26]:  
                                                Jesús entonces los llamó y les decía
                                                en parábolas: ¿Cómo puede ser que 
                                                Satanás expulse a Satanás? Si un reino
                                                esta dividido contra si mismo no puede
                                                sostenerse. Y si una casa esta dividida
                                                contra si misma, no puede permanecer
                                                levantada. Si pues, Satanás se alza
                                                contra si mismo, está dividido y no pue-
                                                de sostenerse, toca a su fin.

6. Bibliografía.

Creus, Carlos   1997:        
Derecho Penal. Parte Especial.
Buenos Aires, ed. Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Tomo 2, 1997.

Martín Nieto, E.   1964:        
La Santa Biblia.
Buenos Aires, ed. Paulinas, 1964.

Meabe, J. E.   1999:       
La norma y la practica en el estudio del derecho -  Una introducción critica al estudio del derecho.
Asunción, ed. Bibliográfica Jurídica Paraguaya S.R.L., 1999.

Meabe, J. E.   2000:       
La Teoría de la Justicia y el Argumento de la Banda de Ladrones - La formulación originaria del Argumento en Platón (Rep. 351c-352a).
Corrientes, ITGD, 2000.

Platón   1997:        
República.
Buenos Aires, ed. EUDEBA, trad. cast. de A. Camarero, 1997.