CORRIENTES, SOBERANIA Y SEPARATISMO
Por
ANDRES SALVADOR (*)
Rasgos de la sociedad correntina. La sociedad Correntina presenta rasgos propios de las sociedades
tradicionales alguno de los cuales, como lo señalan Julio C. Espínola y Luis G.
Acosta Rivellini, son: "la preservación de valores de fuerte tradición
histórica y (...) una cultura con
características de singularidad inconfundible." (Cf. Percepción sobre la realidad política y social de Corrientes.
Revista de Estudios regionales. Segunda Epoca- Nº 2 Diciembre de 1993,
pp.189-205 particularmente p.190).
Autonomía y federalismo. Estos caracteres se tradujeron políticamente en una temprana
autonomía declarada en abril de 1814 cuando el Cabildo Ordinario declara la
independencia de la provincia bajo el sistema federativo designando Protector
al General José Gervasio Artigas (Cf. Wenceslao Nestor Dominguez. El Artiguismo en Corrientes. Buenos
Aires, 1973 y a José María Rosa. Del municipio indiano a la provincia
argentina (1580-1852).A. Peña Lillo Editor S.R.L. Buenos Aires, 1974.
Biblioteca de Estudios Americanos. Ver 7. Historia
Constitucional de Corrientes, pp. 77-83)
Desde entonces
Corrientes define una postura federalista que rechaza las pretensiones
centralistas de Buenos Aires sin perder de vista la interdependencia económica
y política de las provincias que le hacia comprender que su destino estaba
ligado a la organización de la nación. (Cf. Roberto Zalazar. Pedro Ferré y el Federalismo. Facultad
de Derecho. Corrientes, 1964).
Hegemonía de Buenos Aires. Las aspiraciones hegemónicas de Buenos Aires tendrán como
consecuencia que la articulación del Estado Nacional Argentino a partir de 1853
se caracterice, según Eduardo Martiré, por: "un paulatino pero constante
debilitamiento de las autonomías provinciales, a la vez que se fortalecía el
poder central. En 1906 Rodolfo Rivarola podrá afirmar que “hoy queda el
simulacro de las soberanías ante un gobierno único que puede cuanto
quiere”." (Cf.
Patricio H. Randle (editor). La conciencia territorial y su déficit en la Argentina actual. OIKOS Asociación para la Promoción de los Estudios Territoriales
y Ambientales. Buenos Aires, 1978. V. La
conciencia de territorio nacional después de 1810, pp.137-146
particularmente p.142).
Corrientes y su soberanía. Es en el marco de un emergente estado nacional sujeto a los
intereses políticos de Buenos Aires que se registran dos hechos que ponen de
manifiesto la vocación autonómica de Corrientes. El primero de ellos se produce
el 17 de diciembre de 1861, cuando a consecuencia de la batalla de Pavón, se
dicta un decreto que supuso la reasuncion de su soberanía por la provincia ante
la caducidad de los poderes de la nación. El segundo hecho, se produce en 1865
durante la ocupación paraguaya, oportunidad en que, al decir de Dardo Ramírez
Braschi un: "definido e importante sector político y social correntino se
organizo institucionalmente eligiendo una Junta Gubernativa, la que determinó
la reasuncion de la soberanía en rebelión al poder de Buenos Aires y el
Gobierno de Bartolomé Mitre." (Comunicación personal del autor [21 de
diciembre de 1999]), lo que se hace por decreto del 25 de mayo de 1865.
Corrientes y la Nación Argentina. Adviértase, que en las dos oportunidades no se propicio la
formación de un Estado distinto del Argentino, así, el decreto de diciembre de
1861, en su artículo 2 establecía que las oficinas nacionales serian regidas
por el gobierno local "hasta la reorganización de los poderes
nacionales.", y su artículo 3 se refería al modo de promover "la
creación de las autoridades para la república" para lo que debería
entenderse "con los gobiernos de las demás provincias hermanas."; por
su parte el decreto de mayo de 1865 declara en su articulo 2 que la provincia
de Corrientes es parte integrante de la nación argentina aun cuando se reserve
el derecho de formar parte activa de ella "cuando u en la forma que
convenga a sus intereses" (Cf. Dardo Ramírez Braschi. La junta gubernativa correntina de 1865 y sus fundamentos
juridicos-institucionales. Corrientes, 1999. Inédito).
Crisis de Corrientes y tendencias secesionistas. Una de las graves consecuencias de los episodios ocurridos
el pasado viernes 17 de diciembre, es el
de haber generado en muchos correntinos la idea de que ante el desinterés y la
violencia del gobierno central la provincia debía sececionarse de la Argentina,
como surge de las opiniones vertidas por numerosos oyentes en programas de
radio. Tal vez algunos expliquen esto, y no sin razón, en función del momento
en que fueron expresadas esas opiniones y agreguen de que no son sino producto
de individuos aislados, pero un observador atento no dejará de advertir que
ellas se producen en un contexto mas amplio al que debemos atender y de que,
tal vez estemos ante la emergencia de una tendencia de consecuencias no predecibles.
El separatismo en América Latina. En efecto, escribe Andrés Oppenheimer que la posibilidad de que
veamos en América Latina el surgimiento de nuevos estados nacionales es una
posibilidad que no debe desecharse conforme surge de los estudios de Juan
Enríquez Cabot, investigador del Centro David Rockefeller para Estudios
Latinoamericanos de la Universidad de Harvard. Si bien el hemisferio occidental
parece haberse mantenido al margen de los impulsos secesionistas, puede que
ello no dure mucho, pero a diferencia del pasado, en que "las fronteras
internacionales cambiaban como resultado de conflictos externos, hoy en día los
cambios que sufren los países se deben a conflictos internos. “El objetivo de
la mayoría de las guerras actuales es hacer a los países mas pequeños, no mas
grandes”, dice Enríquez. Esto se debe a
que la mayor parte de los Estados gigantescos de nuestros días no ha sido muy
exitosa argumenta el autor: Brasil China, India e Indonesia todavía son países
en desarrollo, pese a tener casi la mitad de la población mundial y enormes
recursos naturales. En comparación, países pequeños como Luxemburgo, Singapur y
Suiza están entre los de mas rápido crecimiento." (Cf. América Latina podría tener mas países, mas
pequeños. La Nación. Martes 31 de agosto de 1999. Exterior, p.3).Comentando
el estudio de Enríquez Cabot, Adriana La Rotta advierte que si bien
"Colombia es el proceso de secesión mas claro en la región" no son
los únicos señalándose áreas conflictivas o potencialmente separatistas en
México (Chiapas), Ecuador (Guayaquil), Bolivia (departamentos del oriente),
Chile (reclamos de los indios Mapuches) y Brasil (Estados de Río Grande do Sul1, Paraná y Santa Catarina) (Cf. El separatismo esta a la vuelta de la
esquina. Gazeta Mercantil LatinoAmericana. Semana del 3 al 9 de octubre de
1999.Circula con El Litoral (Corrientes). Geopolítica, p.32). Entiendo que si
bien es probablemente cierto lo que explica Enríquez Cabot, citado por La
Rotta, de que las divisiones en los países latinoamericanos se presentarán
porque "tratan a sus ciudadanos como súbditos y no como accionistas de un
proyecto nacional" por lo que en "la medida en que se siga atendiendo
a los señores de Suiza o de Nueva York antes que a los nacionales, las personas
van a seguir convenciéndose de que no hay un valor agregado en hacer parte de
ese país", no es menos cierto que, como en cierto modo lo sugiere
Oppenheimer, este proceso no es ajeno a la globalizacion económica y a los
intereses predatorios de quienes la lideran y para los cuales la presencia de
estados nacionales soberanos es un obstáculo a salvar.
Separatismo en la Argentina. En relación al sur nuestro país se advierten tendencias
separatistas minoritarias que fueron expuestas en ocasión del debate provocado
por las declaraciones del escritor Osvaldo Bayer, quien propuso en 1995 la
independencia de la Patagonia argentina
(Cf. "Patagonia independiente y
unida a la parte chilena". Pagina 12. Jueves 30 de marzo de 1995.
Patagonia, p.8 y Patagonia Independiente.
Se abrió el debate. Pagina 12. Jueves 27 de abril de 1995. Patagonia,
pp.2-3, véase también la declaración de los Centros Cívicos Patrióticos Pagina 12 y la secesión de la Patagonia.
Memoria. Año II Nº12 Agosto-Septiembre de 1995, p.6).
Corrientes, Argentina y Malvinas. La actual intervención debe ser particularmente cuidadosa de
respetar los sentimientos e intereses del pueblo de Corrientes el que, no
obstante los tristes episodio vividos, no debe perder de vista que la Grandeza
que desea para la provincia esta unida a una Argentina materialmente Federal y
con la mirada puesta en América. El vinculo de amor que une a Corrientes con la
Argentina fue confirmado con sangre en las turbas de Malvinas, amor que el
poeta cordobés Miguel Angel Ferreyra Liendo (Cf. Romance de la Bandera de Guerra del RI 4 de Monte Caseros Corrientes
en Romancero de la guerra del Atantico
Sur. Córdoba, 1984) supo cantar bien cuando, refiriéndose a la posibilidad
de que la bandera del Regimiento de Infantes
4 deba ser quemada para evitar
que caiga en manos inglesas, pone en boca del sargento Mario Ponce estas
inspiradas palabras:
¿No hemos nacido en la tierra
de Corrientes, cuya fama
es haber amamantado
hombres que son una fiera?
¡Yo no soporto la quemen...
quiero incendiarme con ella!
(*)Andrés
Salvador es miembro del Instituto de Teoría General del Derecho e Historia de
la Cultura Jurídica de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas -
UNNE.
Corrientes,
23 de diciembre de 1999.-
1 "El colapso de la URSS
y del mundo bipolar, así como la consolidación exclusiva de EE.UU. en el poder
nuclear y armamentista son garantías de un milenio de paz. Pero la distribución
del poder no será igual a la actual porque Singapur, Malasia, e India, entre
otros, están llamados a surgir como nuevos poderes. Que prevalezca la paz
general no significa que no se desarrollarán otros problemas, con movimientos
de secesión en Europa o dentro de China y Rusia, o incluso algunas guerras
civiles. España enfrentará cada vez más fuerte la separación de Barcelona. En
América del Sur, no me extrañaría que Río Grande Do Sul quiera divorciarse del
gobierno de Brasilia" Ver Alberto Oliva. Entrevista exclusiva a Alvin Toffler. Argentina, en la ola del siglo
XXI. Clarín. Buenos Aires, Domingo 18 de abril de 1999. Zona de la
política, la sociedad y las ideas, pp. 8-10 particularmente p. 9.