abril 15, 2008

Notas sobre el Pensamiento Simbólico I


Notas sobre el Pensamiento Simbólico I
Su interés en punto a la comprensión de la llamada mentalidad antigua

Andrés Salvador


Moisés y la zarza ardiente
Atribuido a Dieric Bouts (s. XV)
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1. Introducción

En este trabajo, buscaremos presentar un cuadro de conjunto del pensamiento simbólico[1] antiguo - medieval por su interés en punto a la comprensión de la llamada mentalidad antigua y de el contexto de su abandono en las sociedad[2] occidental.

2. Antecedentes

Programa a desarrollar. En nuestro estudio del pensamiento simbólico, nos ajustamos al siguiente programa que en un primer momento, se orienta a lograr un caracterización teórica del mismo:

I. La mentalidad antigua y el pensamiento simbólico.

I. 1. Concepto de símbolo.
I. 2. Transparencia del símbolo, opacidad del ídolo.
I. 3. Concepto de simbolismo.

En un segundo momento buscaremos reunir algunos testimonios que muestran como la inteligencia simbólica informa a la llamada mentalidad antigua.

II. El pensamiento simbólico en el escenario realista.

II. 1. El símbolo en el escenario realista clásico o pagano.

II. 1. 1. Las sociedades arcaicas.
II. 1. 2. Presocráticos.
II. 1. 3. Pitagorismo.
II. 1. 4. Sócrates.
II. 1. 5. Platón.
II. 1. 6. Aristóteles.
II. 1. 7. Cultura Alejandrina y Grecorromana.

II. 1. 7. 1. Estoicos.
II. 1. 7. 2. Epicúreos.
II. 1. 7. 3. Aristarco y Zoilo.
II. 1. 7. 4. Plotino.

II. 2. El símbolo en el escenario realista cristiano.

II. 2. 1. San Agustín.
II. 2. 2. Escoto Erigena.
II. 2. 3 San Buenaventura
II. 2. 4. Santo Tomas de Aquino.

Por fin en un tercer momento buscaremos mostrar la ruptura con la inteligencia Tradicional del símbolo que se opera en el escenario idealista:

III. El pensamiento simbólico en el escenario idealista.

Desde luego este programa, no debe considerarse definitivo estando sujeto a revisión, particularmente en orden a la incorporación de otros autores.

Sacralidad de los objetos del mundo exterior y de los actos humanos. Para el hombre religioso, los objetos del mundo exterior, como los actos humanos propiamente dichos, no tienen valor intrínseco autónomo, sino que lo adquieren y llegan a ser reales, porque participan en una realidad que los trasciende (Eliade, 1985: 12).

Así, la Naturaleza en cuanto es una creación divina se sacraliza, y al contemplarla, el hombre descubre que los dioses han manifestado en la propia estructura del mundo y de los fenómenos cósmicos las diferentes modalidades de lo sagrado y, por consiguiente del Ser (Eliade, 1992a: 101).




En consecuencia, la totalidad de la naturaleza, puede ser entendida en términos de una hierofanía, es decir la manifestación de lo sagrado, de una realidad que no pertenece a nuestro mundo, en objetos que forman parte de nuestro mundo natural (Eliade, 1992a: 18-20).

Explica Mircea Eliade que en los niveles arcaicos de cultura, lo sagrado se manifiesta tanto en los objetos naturales (piedras, plantas, etc) como en los diversos sectores del cosmos (cielo, astros, aguas, etc.). La mayoría de las religiones arcaicas (“primitivas”) y orientales (Cercano Oriente antiguo, India, China, etc.) conocían, de una u otra manera, la veneración de lo sagrado manifestado directamente en la naturaleza. Pero esto no implica ni la “idolatría”, ni el “fetichismo”, ni el “naturismo”. La veneración de un árbol sagrado o de una piedra sagrada no quiere decir que se venera el árbol en sí mismo o la piedra en sí misma. Al contrario, son adorados justamente porque han cesado de ser “objetos naturales”, porque manifiestan algo distinto: lo sagrado (Eliade, 1992b: 46-47).


Yggdrasil
Lorenz Frølich (s. XIX)

http://en.wikipedia.org/wiki/Yggdrasil
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Por su parte, la significación y el valor de los actos humanos, están vinculados a su calidad de reproducción de un acto primordial (Eliade, 1985: 13).

La función magistral del mito, explica Eliade, es la de fijar los modelos ejemplares de todos los ritos y de todas las actividades humanas significativas: alimentación, sexualidad, trabajo, educación, etc. Al comportarse en cuanto ser humano plenamente responsable, el hombre imita los gestos ejemplares de los dioses, repite sus acciones, trátese de una simple función fisiológica como la alimentación, o de una actividad social, económica, cultural, militar, etc. (Eliade, 1992a: 87).

3. Desarrollo

I. La mentalidad antigua y el pensamiento simbólico. El pensamiento simbólico es el pensamiento propio de la mentalidad antigua (Disandro, 1986: 17; Arandigoyen, 1983: 44) y en cuanto visio comprehensionis (Disandro, 1986: 18-19) comprende las etapas que podemos discernir en el conocimiento desde el punto de vista del desarrollo histórico: conocimiento profético, conocimiento mítico, conocimiento poético, conocimiento dialéctico-poético. Posteriormente aparece el conocimiento dialéctico, discursivo, que si bien forma parte del hombre antiguo en la medida que integra el proceso de aquel todo, comienza a ser moderno en la medida que mata o elimina el conocimiento simbólico (Disandro, 1986: 23-24).

I. 1. Concepto de símbolo. El símbolo puede entenderse como la participación de un objeto natural o de un acto humano en una realidad que los trasciende y a la cual revela, y que constituye su modelo ejemplar o arquetipo.

Escribe Alvaro Ramírez Arandigoyen que el pensamiento simbólico se basa en el principio de que el universo es portador de una doble faz: visibilia ac invisibilia. Las realidades visibles tienen su origen en una realidad invisible a la cual expresan. Dicha realidad invisible, en última instancia, no es otra cosa que la misma manifestación divina realizada en las criaturas. Rezaba el Libro de los Salmos: Los cielos narran la gloria de Dios (Liber Psalmorum XIX, 2) y San Buenaventura enseñaba que las criaturas de este mundo sensible significan las cosas invisibles de Dios (Itinerarium mentis ad Deum) [Ramírez Arandigoyen, 1983: 44]. Es decir, la naturaleza se nos ofrece como un vasto símbolo que expresa una realidad inasequible en su conjunto y que proclama a cada momento la existencia de Dios (Espasa-Calpe, 1927: Signo Log.: 86).


Rorate Coeli
Intróito de la Misa del domingo IV de Adviento

http://www.el-atril.com/Fichas/Gregoriano/Rorate.htm
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La inteligencia simbólica se advierte en los siguientes textos representativos del realismo clásico o pagano y del realismo cristiano:

a. Platon, Timeo, 28 a-c al 29 a-c (Platon, 1981: 92-94):

[28] ¿Cuál es el ser eterno que no nace jamás y cual es aquel que nace siempre y no existe nunca? El primero es aprehendido por la inteligencia y el raciocinio, pues es constantemente idéntico a sí mismo. El segundo es objeto de la opinión unida a la sensación irracional, ya que nace y muere; pero no existe realmente.

Por lo demás, todo lo que nace, nace necesariamente por la acción de una causa, pues es imposible que, se lo que sea, pueda nacer sin causa. Así pues, todas las veces que el Demiurgo, con sus ojos sin cesar puestos en lo que es idéntico a sí, se sirve de un modelo de tal clase, todas las veces que él se esfuerza por realizar en su obra la forma y las propie [b] dades de aquello, todo lo que de esta manera produce es necesariamente bello y bueno. Por el contrario, si sus ojos se fijaran en lo que es nacido, si utilizara un modelo sujeto al nacimiento, lo que él realizara no sería bello y bueno.

Sea, pues, el cielo entero o el Cosmos, o si este ser puede recibir otro nombre más adecuado, démosle éste. Y planteémonos, respecto de él, la cuestión que decíamos es necesario plantearse al comenzar con cualquier cosa. ¿Ha existido siempre, no ha tenido ningún comienzo, o bien ha nacido, ha comenzado a partir de un termino inicial? Ha nacido, pues [c] to que es visible y tangible, y porque tiene cuerpo. En efecto, todas las cosas de este tipo son sensibles y todo lo que es sensible y se aprehende por medio de la opinión y la sensación esta evidentemente sujeto al devenir y al nacimiento. Ahora bien, según hemos dicho, es necesario que todo lo que ha nacido haya nacido por la acción de una causa determinada. Sin embargo, descubrir al autor y al padre de este Cosmos es una gran hazaña y, una vez se lo ha descubierto, es imposible divulgarlo de modo que llegue a todo el mundo.


Reconstrucción de la Acrópolis y del Areópago en Atenas
Leo von Klenze (s. XIX)
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Akropolis_by_Leo_von_Klenze.jpg
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[29] Pero es necesario aun, tratándose del Cosmos, preguntarse según cuál de los dos modelos lo ha hecho el que lo ha realizado, si lo ha hecho de acuerdo con el modelo que es idéntico a sí y uniforme, o si lo ha hecho según el modelo generado o nacido. Ahora bien, si el Cosmos es bello y el Demiurgo es bueno, es evidente que pone sus miradas en el modelo eterno. En caso contrario, cosa que no nos cabe suponer, habría mirado al modelo nacido. Es absolutamente evidente para todos que ha tenido en cuenta el modelo eterno. Pues el Cosmos es lo mas bello de todo lo que ha sido producido, y el Demiurgo es la más perfecta y mejor de las causas. Y, en consecuencia, el Cosmos hecho en estas condiciones ha sido producido de acuerdo con lo que es objeto de intelección y reflexión y es idéntico a sí mismo.

[b] Ahora bien, si esto es así, resulta también absolutamente necesario que esta Mundo sea la imagen de otro Mundo. Lo más importante en todas las materias es comenzar por sus comienzos naturales. En consecuencia, admitiremos lo siguiente por lo que respecta a la cuestión de la distinción entre la imagen y su modelo.

Al tener los razonamientos un parentesco con los mismos objetos que explican, los razonamientos que, por una parte, se refieren a lo que permanece, a lo que es fijo y traslucido para el entendimiento, deben ser fijos e inderrocables y, en la medida en que es posible en los razonamientos del ser, deben ser irrefutables e irrebatibles. Y no ha de dejar de cumplirse ni una sola de estas condiciones. En cuanto a los razonamientos que se refieren a lo que es copia del ser que hemos dicho, y que por tanto no es sino un imagen de Ser, serán verosímiles proporcionalmente a la verdad de los primeros. Porque hay la misma relación entre el Ser y el devenir, y la verdad y la creencia u opinión.

b. San Pablo, Carta a los Romanos, I, 20 (Torres Amat, 1992: 1092-1093)[3]:

20) En efecto, las perfecciones invisibles de Dios, aun su eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles después de la creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan sus criaturas, [...].


San Pablo escribiendo sus epístolas
Valentin de Boulogne o Nicolas Tournier (s. XVI)
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Téngase siempre presente que no se debe confundir un símbolo con una mera alegoría ni ver en él la expresión de un impulso colectivo cualquiera, sordo e irracional (Burckhardt, 1976: 11-12).

Hay dos asuntos sobre los que Arandigoyen llama la atención en relación al pensamiento simbólico. En primer lugar, el hecho de que las cosas materiales no se reducen a su mera materialidad, sino que expresan en ella una realidad inmaterial, no debe interpretarse jamás en un sentido puramente psicologista. La expresión simbólica no es un añadido subjetivo de la mente humana a las cosas sino que, de alguna manera conforma la esencia de las mismas.

En segundo lugar, tampoco debe pensarse que el contenido o manifestación simbólica de una cosa suponga, en algún nivel, desconocer la materialidad exterior de esa cosa, sino que, en rigor, supone apreciarla en su sentido más verdadero y completo (Arandigoyen, 1983: 44-45)

4. Bibliografía

Burckhardt, Titus 1976:
Alquimia.
Barcelona, ed. Plaza & Janes, trad. cast. de Ana Mª de la Fuente, 1976.

Disandro, Carlos A. 1986:
Las Fuentes de la Cultura.
Buenos Aires ed. Struhart & Cia.,1986.

Eliade, Mircea 1985:
El Mito del Eterno Retorno.
Barcelona, ed. Planeta-De Agostini, trad cast. de Ricardo Anaya, 1985.

Eliade, Mircea 1992a:
Lo Sagrado y lo Profano.
Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.

Eliade, Mircea 1992b:
Los mitos que se tornan ídolos.
en Sin Limites. Año 2 Nº 8 Febrero 1992, pp. 46-47.

Eliade, M. y Kitagawa, J. M. 1986:
Metodología de la Historia de las Religiones.
Barcelona, ed. Paidos, trad. cast. de Saad Chedid y Eduardo Masullo,1986.

Espasa-Calpe 1927:
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Tomo LVI.
Madrid, Espasa-Calpe, 1927.

Platón 1981:
Timeo.
Buenos Aires, ed. Aguilar, trad. cast. de Francisco de P. Samaranch, 1981.

Ramírez Arandigoyen, A. 1983:
La Tradición y el Mundo Moderno.
Buenos Aires, ed. Fidelidad, 1983.

Torres Amat, Félix 1992:
Sagrada Biblia.
Buenos Aires, ed. Cisplatina, trad. cast. de Félix Torres Amat, 1992.



[1] En relación al estudio de los símbolos, hemos seguido particularmente las valiosas obras de Carlos A. Disandro, Las Fuentes de la Cultura (1986), y Alvaro Ramírez Arandigoyen, La Tradición y el Mundo Moderno (1983). También del mayor interés es el trabajo de Mircea Eliade Observaciones metodológicas sobre el estudio del simbolismo religioso, incluido en Eliade-Kitagawa, 1986: 116-139. Recomendamos la lectura de las siguientes entradas en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana [Espasa-Calpe, S. A. Madrid, 1927. Tomo LVI]: Simbolico,ca [p.349], Simbolismo [pp. 349-356], y Símbolo [pp. 356-370]. En este texto al tratar el Simbolismo Religioso [pp.353-356], se examina brevemente el termino Símbolo en su significación etimológica, acepciones, naturaleza y formas para poder abordar posteriormente el simbolismo en general y en su sentido teológico.

[2] Disandro explica en relación a la perdida (Disandro, 1986: 24, también muerte: 20, ruptura y perención: 45) del pensamiento simbólico que:

1. Esta se produce en el ámbito de la Cristiandad (Disandro, 1986: 24).

2. Esta se produce en tanto que estructura objetiva, cultual, operativa; es decir no perime en el hombre, ya que ello lo aniquilaría (Disandro, 1986: 45).

3. Siempre esta abierta la posibilidad de un nuevo ciclo, consagrado a recobrar todas las instancias del conocimiento y la cultura [simbólica] (Disandro, 1986: 46).

[3] Este versículo es citado por San Anselmo en su Libro Apologético de San Anselmo contra Gaunilon que defiende al necio, que acompaña a su Proslogion [Universidad Nacional dela Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. 1950. Publicaciones del Instituto de Filosofía - Sección Textos I. Traducción castellana de Beatriz Maas, pp. 102-137, particularmente p. 131]:

Y así, pues, puede refutarse fácilmente al necio que no admite la autoridad sagrada cuando niega que, partiendo de otras cosas, pueda conjeturarse ese ente que nada mayor admite concebir. Pero si es un católico el que niega, debiera acordarse de que: las cosas invisibles de Dios, también su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas. (1) [(1) A los Romanos, I, 20].

Me parece relevante el contexto en que se hace la cita, atendiendo al hecho de que el Proslogion es una obra capital en la historia de la teodicea, por el tratamiento que se hace en ella del argumento ontológico [Véase el Prologo de Guillermo Blanco, a la edición que citamos de este libro, pp. 7-15].

abril 01, 2008

El movimiento aparente del sol sobre la esfera celeste y el ciclo de fiestas en las culturas paganas

 El movimiento aparente del sol sobre la esfera celeste y el ciclo de fiestas en las culturas paganas
Elementos para el estudio de la religiosidad Pagana 1

Andrés Salvador


1.Introducción.

El propósito de este trabajo es el de señalar algunos fenómenos vinculados al movimiento aparente del Sol sobre la esfera celeste y sus consecuencias, en procura de una mejor inteligencia de la relación entre las parejas Cielo-Tierra, Sol-Luna y Tierra-Sol por su importancia en la organización del ciclo de fiestas de las culturas paganas.

2. Antecedentes.

Importancia de las parejas Cielo-Tierra y Sol-Luna en las sociedades tradicionales. En el estudio del ciclo de fiestas de las culturas paganas, conviene atender a la particular importancia que en las sociedades tradicionales tenían (Guichot y Sierra, 1903: 56):

  1. Los espacios donde residen las cosas, donde las fuerzas se desarrollan y se suceden los fenómenos: el Cielo que todo lo envuelve, y la Tierra que todo lo contiene.

  1. Los astros que en el cielo son notables, permanentes y que se imponen por si mismos: el astro poderoso que reina de día, el Sol, y el astro bello que le sustituye de noche, la Luna.

Estas parejas dan lugar a mitos isomorfos en los que se les atribuye caracteres sexuales masculinos, al Cielo y al Sol, y femeninos, a la Tierra y a la Luna, presentándolos como esposos, padres e hijos (Guichot y Sierra, 1903: 58-74)[1]; refiriéndose al Cielo como Padre universal, escribe Max-Müller (s.f.: 204-205):

“¿Cómo llamaron a ese Padre universal? Hace cinco mil años, y quizá mas atrás, cuando los arios, que todavía hablaban una lengua que no era ni sánscrito, ni griego, ni latín, le llamaban Dyu pater, el Cielo-padre.
Hace cuatro mil años, quizá mas atrás, aquella parte de los arios que se dirigió al Sur, a las riberas del Penjab, lo llamaban Dyaush-pita, el Cielo-padre.
Hace tres mil años, quizá mas atrás, los arios que se establecieron en las riberas del Helesponto le llamaban Zeus pater, el Cielo-padre.
Hace dos mil años los arios de Italia, alzando sus ojos al cielo luminoso por cima de su cabeza, hacia ese sublime candens, le llamaban Ju-piter, el Cielo-padre.
Hace mil años los arios teutónicos invocaban a ese mismo Cielo-padre, a ese Padre universal, en los sombríos bosques de Germania, y su viejo nombre de Tiu o Ziu repercutía entonces, quizá por ultima vez.
Pero no hay pensamiento ni palabra que se pierdan por completo. Y cuando aquí, en esta vieja Abadía[2], edificada sobre las ruinas de un antiguo templo romano, buscamos un nombre para lo invisible, para lo infinito que por todas partes nos envuelve, un nombre para lo desconocido, para el Ser real del mundo y de nosotros mismos -también nosotros, sintiéndonos, a nuestra vez, como niños arrodillados en un cuartito retirado- las supremas palabras que acuden a nuestros labios son: <<Padre nuestro que estas en los cielos.>>”

La Tierra es llamada madre en un texto de Solón (fr. 24, 3-5 D.) [Eggers Lan-Juliá, 1994:110 (138)]:

“En el tribunal del tiempo testimoniará estas cosas la gran madre de las deidades olímpicas, la mejor, la negra tierra.”

Los mitos de Venus (o Baaltis) y Adonis, entre los sirios; de Cibeles y Atys, entre los frigios; de Diana y Eudymion, entre los griegos, expresan el Sol y la Luna como enamorados, en tanto que los de Isis y Osiris, entre los egipcios; de Helena y Menelao, entre los griegos; de Pasifae y Minos, entre los cretenses; de Semíramis y Menon, entre los caldeos, constituyen la historia de los mismos astros unidos por el matrimonio (Guichot y Sierra, 1903: 72).

Principal fenómeno asociado a la pareja Cielo-Tierra. Ahora el principal fenómeno asociado a la pareja Cielo-Tierra, y que originaria variados mito teogónicos y cosmogónicos es el de su conjunción (Guichot y Sierra, 1903: 78-79):

“ ... la tierra en su producción primaveral, llena de vida y de galas, lo femenino fecundado y espléndido, que luego se agosta, produciendo la tristeza, para volver a su fecundidad y hermosura con el joven y bello Sol, motivando las fiestas, las ofrendas y las leyendas, al través de las estaciones.
Esta serie de fenómenos -el orden de la producción terrestre en relación con el curso anual o las fases del Sol-  constituye la base de los mitos chtónicos[3], siendo el principal de ellos la semilla oculta durante el invierno en el seno de la tierra, que se libra de los destructores fuegos del verano con las lluvias, las inundaciones y los aires otoñales, semilla que brota en la primavera, cubriéndose la tierra de verdura y de flores, derramándose por todas partes la belleza y la abundancia.”

Principal fenómeno asociado a la pareja Sol-Luna. En tanto en la pareja Sol-Luna, el fenómeno que llama la atención es el:

1. Curso aparente diario del Sol (Guichot y Sierra, 1903: 79-80):

 “... que sube vigoroso por el firmamento, lo masculino fecundante y potente, que desciende debilitado al otro extremo del horizonte y desaparece, y entonces la monstruosa oscuridad se apodera de la tierra, el hombre se ve envuelto por las sombras, que serian aun mas terribles si la Luna no velase como sustituyendo al Sol, el cual vuelve a aparecer brillante y hermoso, regocijando a los mortales y animando la tierra. Este singular fenómeno, el día y la noche, esencial en la vida humana, maravilloso e inexplicable, superior a la inteligencia del hombre, a quien se le aparecía aun mas misterioso por la analogía que presentaba con el hecho de la muerte, fue el que hirió con mas fuerza la imaginación mitopoyetica, fue el principal de los mitos solares, ...”

2. Curso aparente anual del Sol (Guichot y Sierra, 1903: 80):

“.... que en unión del Sol estacional, abrasador en estío, bello y prolífico en primavera, constituyó la esencia de los mitos mas numerosos, mas universales y mas tangibles.”

Identificación del mito diurno y del anual en sus dos fases solar y chtónica. El mito diurno, meramente solar, y el mito anual, en sus dos fases, la solar de significación masculina, y la chtónica, de significación femenina, se confunden (Guichot y Sierra, 1903: 83-84):

1. Por la mañana y en la primavera, el Sol es un joven dios resucitado y glorioso, amado con pasión por la hermosa y fecunda diosa, que es la Tierra espléndida primaveral. 

2. Al mediodía y durante el verano, el Sol estival fuerte y destructor, es el dios que desaparece en aparente muerte prematura, ocasionada por un accidente, mientras la Tierra es la diosa enloquecida por la pena, agotada y quemada por la canícula que busca al hermoso mancebo.

3. Por la tarde y en el otoño, el Sol suave y débil, es el dios con su belleza y fuerzas debilitadas, en tanto que la Tierra que se prepara es la diosa que lo halla y uniéndose a el se consuela.

4. Por la noche y durante el invierno, el Sol es el dios que tiene que luchar con sombras y enemigos, que obscurecen su luz y absorben su potencia.

5. Después, la resurrección y los goces generales de nueva mañana y de nueva primavera.
 
Nueva pareja derivada de la identificación del mito diurno y del anual. De la identificación del mito diurno y del anual en sus dos fases solar y chtónica, resulta una nueva pareja constituida por el termino femenino y recipiente de la pareja Cielo y Tierra: la Tierra, y lo masculino y activo de la pareja Sol y Luna: el Sol, que se con-funden con el termino semejante de las parejas primordiales: [la Tierra=] la Luna, y [el Sol=] el Cielo (Guichot y Sierra, 1903: 84-85).

3.Desarrollo.

Movimiento aparente del Sol sobre la esfera celeste. El examen de la relación entre las parejas Cielo-Tierra, Sol-Luna y Tierra-Sol hace necesario atender a algunos fenómenos vinculados al movimiento aparente del Sol sobre la esfera celeste y sus consecuencias, ya que es en conformidad a ellos que se organiza el ciclo de fiestas de las culturas paganas. Además del desplazamiento del Sol durante el día de Este a Oeste que da lugar al ciclo de día y noche (Baig y Agustench, 1987: 16), ellos son:

  1. Eclíptica. El Sol tiene un movimiento aparente sobre la esfera celeste y en el transcurso de un año parece hacer una revolución alrededor de la tierra. Esta orbita aparente seguida por el Sol se llama eclíptica porque sobre ella tienen lugar los eclipses, la que esta inclinada 23º 27` respecto al ecuador celeste [o terrestre] (Degani, 1979: 123).

  1. Equinoccios. Las orbitas de la Eclíptica y el ecuador celeste se interseccionan en dos puntos a los que se llama equinoccios por que cuando el Sol esta en cualquiera de ellos, el día es de igual duración que la noche en toda la Tierra (Degani, 1979: 175). El punto en que el Sol cruza el ecuador celeste en su camino de la porción sur a la norte de la eclíptica se conoce como primer punto de Aries, o también como equinoccio Vernal [traducción literal: Primavera igual noche] o equinoccio de Primavera para el hemisferio norte o equinoccio de otoño para el hemisferio sur,  el Sol esta en Aries el 21 de marzo, o cerca de esa fecha (Charola, 1942: 51; Degani, 1979: 123). El otro punto, por donde el Sol pasa del hemisferio norte al sur se llama primer punto Libra o también Equinoccio de Otoño para el hemisferio norte y equinoccio de primavera para el hemisferio sur, el Sol esta en libra el 21 de septiembre, o cerca de esa fecha (Charola, 1942: 51; Degani, 1979: 123), asi:

Primer punto          Fecha                        Hemisferio norte                                Hemisferio Sur

Aries            21 de marzo                     equinoccio de Primavera                   equinoccio de otoño                   

Libra               21 de septiembre                  equinoccio de Otoño                   equinoccio de primavera

  1. Solsticios. El solsticio es el punto de máxima declinación (que es la distancia angular de un objeto al ecuador celeste, medida en grados, minutos y segundos, y que es análoga a la latitud geográfica) de la eclíptica. Los solsticios están a media distancia entre los puntos equinocciales, cuando el Sol esta lo mas al norte del ecuador es el solsticio de verano en el Hemisferio norte y de Invierno en el hemisferio Sur; y cuando el Sol esta lo mas al sur del ecuador es el solsticio de invierno en el hemisferio norte  y de verano en el hemisferio sur (Charola, 1942: 51; Degani, 1979: 177):

Solsticio                 Fecha                              Hemisferio norte                                 Hemisferio Sur

Vernal                   21 de junio                             verano                                                 invierno

Invernal             21 de diciembre                        invierno                                                verano

  1. Variación del diámetro aparente del Sol a lo largo del año. El diámetro aparente del Sol no es constante sino que varia continuamente en el transcurso del año adquiriendo el valor máximo de 32´36´´ alrededor del 1 de enero y su mínimo de 31´32´´ hacia el 1 de julio. Este hecho indica que la distancia de la tierra al Sol no es constante, disminuyendo desde el 1 de julio, aproximadamente, hasta mas o menos el 1 de enero, para volver a aumentar nuevamente desde esta ultima fecha hasta la primera, correspondiente al nuevo año (Charola, 1942: 55).

  1. Consecuencias del Movimiento aparente de traslación del Sol sobre la Esfera Celeste. El movimiento de traslación del Sol sobre la eclíptica y la inclinación de ésta sobre el ecuador dan lugar a dos consecuencias importantes para la tierra, a saber:

a. Las estaciones: Los solsticios y los equinoccios dividen al año en cuatro periodos de tiempo desiguales denominados estaciones, según el hemisferio estos periodos son llamados conforme se indica en el siguiente cuadro:

Periodo                                                   Hemisferio norte                                  Hemisferio Sur

21 de marzo al 21 de junio                          Primavera                                              Otoño
21 de junio al 21 de septiembre                     Verano                                               Invierno
21 de septiembre al 21 de diciembre              Otoño                                               Primavera
21 de diciembre al 21 de marzo                     Invierno                                              Verano

La cantidad de calor recibida cada día por la tierra va creciendo durante el invierno y la Primavera hasta que el Sol alcanza el solsticio de verano y decrece durante el verano y el otoño (Charola, 1942: 58-60).

b. La desigualdad de los días y las noches. Durante el invierno los arcos diurnos son cada vez mayores y el día va creciendo hasta alcanzar su valor máximo en el solsticio de verano; durante el verano y el otoño, el arco diurno decrece mientras que aumenta la duración de la noche hasta alcanzar su valor mínimo en el solsticio de invierno; en los equinoccios el día es igual que la noche (Charola, 1942:  62-63).

5.Bibliografía.

Baig, A. y Agustench, M.   1987:   
La revolución científica de los siglos XVI y XVII.
Barcelona, ed. Alhambra, 1987.

Charola, Florencio   1942:   
Elementos de Cosmografía.
Buenos Aires, ed. Kapelusz, 1942.

Daumas, François   1986:  
Los Dioses de Egipto.
Buenos Aires, ed. Lidium, trad. cast. de Alicia Isabel Revello, 1986.

Degani, Meir H.   1979:   
Astronomia Simplificada.
 México, D.F., ed. Compañía General de Ediciones, trad. cast. de Ignacio Ayala Zazueta, 1979

Eggers Lan, C. y Juliá, V. E.   1994:   
Los Filososfos Presocráticos I.
Madrid, ed. Gredos, 1994.

Guichot y Sierra, Alejandro   1903:  
Ciencia de la Mitología. El Gran Mito Chtónico-Solar.
Madrid, ed. Librería General de Victoriano Suárez, 1903.

Max-Müller, F.                             s.f.:   
Origen y Desarrollo de la Religion.
Madrid, ed. La España Moderna, s.f.



[1] Adviértase que en algunas culturas el Sol es la hembra y la esposa, constantemente perseguida por la Luna, que es el varón y el marido, de hecho monumentos greco-romanos presentan a la luna en forma de adolescente (Guichot y Sierra, 1903: 74).

[2] Max-Müller se refiere a la Abadía de Westminster en cuya Sala Capitular se dictaron las conferencias que el libro citado recoge (Nota de A. Salvador).

[3] Lo Ctonico, es el nombre que en la mitología griega se da a las divinidades que actúan bajo tierra, por oposición a las celestes (Daumas, 1986: 77); en el autor citado hace referencia al predominio de lo terrestre en los pueblos agricultores y matriarcales por oposición a lo Solar propio de los pueblos de pastores y de patriarcado [Guichot y Sierra, 1903: 57] (Nota de A. Salvador).