Notas sobre el Pensamiento Simbólico I
Su interés en punto a la comprensión de la llamada mentalidad antigua
Andrés Salvador
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Moisés y la zarza ardiente Atribuido a Dieric Bouts (s. XV) http://en.wikipedia.org/wiki/File:Bouts_moses.jpg Ultima visita: 07/03/2011 |
1. Introducción
En este trabajo, buscaremos presentar un cuadro de conjunto del pensamiento simbólico[1] antiguo - medieval por su interés en punto a la comprensión de la llamada mentalidad antigua y de el contexto de su abandono en las sociedad[2] occidental.
2. Antecedentes
Programa a desarrollar. En nuestro estudio del pensamiento simbólico, nos ajustamos al siguiente programa que en un primer momento, se orienta a lograr un caracterización teórica del mismo:
I. La mentalidad antigua y el pensamiento simbólico.
I. 1. Concepto de símbolo.
I. 2. Transparencia del símbolo, opacidad del ídolo.
I. 3. Concepto de simbolismo.
En un segundo momento buscaremos reunir algunos testimonios que muestran como la inteligencia simbólica informa a la llamada mentalidad antigua.
II. El pensamiento simbólico en el escenario realista.
II. 1. El símbolo en el escenario realista clásico o pagano.
II. 1. 1. Las sociedades arcaicas.
II. 1. 2. Presocráticos.
II. 1. 3. Pitagorismo.
II. 1. 4. Sócrates.
II. 1. 5. Platón.
II. 1. 6. Aristóteles.
II. 1. 7. Cultura Alejandrina y Grecorromana.
II. 1. 7. 1. Estoicos.
II. 1. 7. 2. Epicúreos.
II. 1. 7. 3. Aristarco y Zoilo.
II. 1. 7. 4. Plotino.
II. 2. El símbolo en el escenario realista cristiano.
II. 2. 1. San Agustín.
II. 2. 2. Escoto Erigena.
II. 2. 3 San Buenaventura
II. 2. 4. Santo Tomas de Aquino.
Por fin en un tercer momento buscaremos mostrar la ruptura con la inteligencia Tradicional del símbolo que se opera en el escenario idealista:
III. El pensamiento simbólico en el escenario idealista.
Desde luego este programa, no debe considerarse definitivo estando sujeto a revisión, particularmente en orden a la incorporación de otros autores.
Sacralidad de los objetos del mundo exterior y de los actos humanos. Para el hombre religioso, los objetos del mundo exterior, como los actos humanos propiamente dichos, no tienen valor intrínseco autónomo, sino que lo adquieren y llegan a ser reales, porque participan en una realidad que los trasciende (Eliade, 1985: 12).
Así, la Naturaleza en cuanto es una creación divina se sacraliza, y al contemplarla, el hombre descubre que los dioses han manifestado en la propia estructura del mundo y de los fenómenos cósmicos las diferentes modalidades de lo sagrado y, por consiguiente del Ser (Eliade, 1992a: 101).
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Pozo [ver Pozo Santo o Sagrado = Holy well] de Saint Bernard, Stockbridge, Escocia (s. XIX) http://en.wikipedia.org/wiki/File:Saint_bernards_well.jpg Ultima visita: 07/03/2011 |
En consecuencia, la totalidad de la naturaleza, puede ser entendida en términos de una hierofanía, es decir la manifestación de lo sagrado, de una realidad que no pertenece a nuestro mundo, en objetos que forman parte de nuestro mundo natural (Eliade, 1992a: 18-20).
Explica Mircea Eliade que en los niveles arcaicos de cultura, lo sagrado se manifiesta tanto en los objetos naturales (piedras, plantas, etc) como en los diversos sectores del cosmos (cielo, astros, aguas, etc.). La mayoría de las religiones arcaicas (“primitivas”) y orientales (Cercano Oriente antiguo, India, China, etc.) conocían, de una u otra manera, la veneración de lo sagrado manifestado directamente en la naturaleza. Pero esto no implica ni la “idolatría”, ni el “fetichismo”, ni el “naturismo”. La veneración de un árbol sagrado o de una piedra sagrada no quiere decir que se venera el árbol en sí mismo o la piedra en sí misma. Al contrario, son adorados justamente porque han cesado de ser “objetos naturales”, porque manifiestan algo distinto: lo sagrado (Eliade, 1992b: 46-47).
Yggdrasil Lorenz Frølich (s. XIX) http://en.wikipedia.org/wiki/Yggdrasil Ultima visita: 07/03/2011 |
Por su parte, la significación y el valor de los actos humanos, están vinculados a su calidad de reproducción de un acto primordial (Eliade, 1985: 13).
La función magistral del mito, explica Eliade, es la de fijar los modelos ejemplares de todos los ritos y de todas las actividades humanas significativas: alimentación, sexualidad, trabajo, educación, etc. Al comportarse en cuanto ser humano plenamente responsable, el hombre imita los gestos ejemplares de los dioses, repite sus acciones, trátese de una simple función fisiológica como la alimentación, o de una actividad social, económica, cultural, militar, etc. (Eliade, 1992a: 87).
3. Desarrollo
I. La mentalidad antigua y el pensamiento simbólico. El pensamiento simbólico es el pensamiento propio de la mentalidad antigua (Disandro, 1986: 17; Arandigoyen, 1983: 44) y en cuanto visio comprehensionis (Disandro, 1986: 18-19) comprende las etapas que podemos discernir en el conocimiento desde el punto de vista del desarrollo histórico: conocimiento profético, conocimiento mítico, conocimiento poético, conocimiento dialéctico-poético. Posteriormente aparece el conocimiento dialéctico, discursivo, que si bien forma parte del hombre antiguo en la medida que integra el proceso de aquel todo, comienza a ser moderno en la medida que mata o elimina el conocimiento simbólico (Disandro, 1986: 23-24).
I. 1. Concepto de símbolo. El símbolo puede entenderse como la participación de un objeto natural o de un acto humano en una realidad que los trasciende y a la cual revela, y que constituye su modelo ejemplar o arquetipo.
Escribe Alvaro Ramírez Arandigoyen que el pensamiento simbólico se basa en el principio de que el universo es portador de una doble faz: visibilia ac invisibilia. Las realidades visibles tienen su origen en una realidad invisible a la cual expresan. Dicha realidad invisible, en última instancia, no es otra cosa que la misma manifestación divina realizada en las criaturas. Rezaba el Libro de los Salmos: Los cielos narran la gloria de Dios (Liber Psalmorum XIX, 2) y San Buenaventura enseñaba que las criaturas de este mundo sensible significan las cosas invisibles de Dios (Itinerarium mentis ad Deum) [Ramírez Arandigoyen, 1983: 44]. Es decir, la naturaleza se nos ofrece como un vasto símbolo que expresa una realidad inasequible en su conjunto y que proclama a cada momento la existencia de Dios (Espasa-Calpe, 1927: Signo Log.: 86).
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Rorate Coeli Intróito de la Misa del domingo IV de Adviento http://www.el-atril.com/Fichas/Gregoriano/Rorate.htm Ultima visita: 07/03/2011 |
La inteligencia simbólica se advierte en los siguientes textos representativos del realismo clásico o pagano y del realismo cristiano:
a. Platon, Timeo, 28 a-c al 29 a-c (Platon, 1981: 92-94):
[28] ¿Cuál es el ser eterno que no nace jamás y cual es aquel que nace siempre y no existe nunca? El primero es aprehendido por la inteligencia y el raciocinio, pues es constantemente idéntico a sí mismo. El segundo es objeto de la opinión unida a la sensación irracional, ya que nace y muere; pero no existe realmente.
Por lo demás, todo lo que nace, nace necesariamente por la acción de una causa, pues es imposible que, se lo que sea, pueda nacer sin causa. Así pues, todas las veces que el Demiurgo, con sus ojos sin cesar puestos en lo que es idéntico a sí, se sirve de un modelo de tal clase, todas las veces que él se esfuerza por realizar en su obra la forma y las propie [b] dades de aquello, todo lo que de esta manera produce es necesariamente bello y bueno. Por el contrario, si sus ojos se fijaran en lo que es nacido, si utilizara un modelo sujeto al nacimiento, lo que él realizara no sería bello y bueno.
Sea, pues, el cielo entero o el Cosmos, o si este ser puede recibir otro nombre más adecuado, démosle éste. Y planteémonos, respecto de él, la cuestión que decíamos es necesario plantearse al comenzar con cualquier cosa. ¿Ha existido siempre, no ha tenido ningún comienzo, o bien ha nacido, ha comenzado a partir de un termino inicial? Ha nacido, pues [c] to que es visible y tangible, y porque tiene cuerpo. En efecto, todas las cosas de este tipo son sensibles y todo lo que es sensible y se aprehende por medio de la opinión y la sensación esta evidentemente sujeto al devenir y al nacimiento. Ahora bien, según hemos dicho, es necesario que todo lo que ha nacido haya nacido por la acción de una causa determinada. Sin embargo, descubrir al autor y al padre de este Cosmos es una gran hazaña y, una vez se lo ha descubierto, es imposible divulgarlo de modo que llegue a todo el mundo.
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Reconstrucción de la Acrópolis y del Areópago en Atenas Leo von Klenze (s. XIX) http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Akropolis_by_Leo_von_Klenze.jpg Ultima visita: 07/03/2011 |
[29] Pero es necesario aun, tratándose del Cosmos, preguntarse según cuál de los dos modelos lo ha hecho el que lo ha realizado, si lo ha hecho de acuerdo con el modelo que es idéntico a sí y uniforme, o si lo ha hecho según el modelo generado o nacido. Ahora bien, si el Cosmos es bello y el Demiurgo es bueno, es evidente que pone sus miradas en el modelo eterno. En caso contrario, cosa que no nos cabe suponer, habría mirado al modelo nacido. Es absolutamente evidente para todos que ha tenido en cuenta el modelo eterno. Pues el Cosmos es lo mas bello de todo lo que ha sido producido, y el Demiurgo es la más perfecta y mejor de las causas. Y, en consecuencia, el Cosmos hecho en estas condiciones ha sido producido de acuerdo con lo que es objeto de intelección y reflexión y es idéntico a sí mismo.
[b] Ahora bien, si esto es así, resulta también absolutamente necesario que esta Mundo sea la imagen de otro Mundo. Lo más importante en todas las materias es comenzar por sus comienzos naturales. En consecuencia, admitiremos lo siguiente por lo que respecta a la cuestión de la distinción entre la imagen y su modelo.
Al tener los razonamientos un parentesco con los mismos objetos que explican, los razonamientos que, por una parte, se refieren a lo que permanece, a lo que es fijo y traslucido para el entendimiento, deben ser fijos e inderrocables y, en la medida en que es posible en los razonamientos del ser, deben ser irrefutables e irrebatibles. Y no ha de dejar de cumplirse ni una sola de estas condiciones. En cuanto a los razonamientos que se refieren a lo que es copia del ser que hemos dicho, y que por tanto no es sino un imagen de Ser, serán verosímiles proporcionalmente a la verdad de los primeros. Porque hay la misma relación entre el Ser y el devenir, y la verdad y la creencia u opinión.
b. San Pablo, Carta a los Romanos, I, 20 (Torres Amat, 1992: 1092-1093)[3]:
20) En efecto, las perfecciones invisibles de Dios, aun su eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles después de la creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan sus criaturas, [...].
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San Pablo escribiendo sus epístolas Valentin de Boulogne o Nicolas Tournier (s. XVI) http://en.wikipedia.org/wiki/File:PaulT.jpg Ultima visita: 07/03/2011 |
Téngase siempre presente que no se debe confundir un símbolo con una mera alegoría ni ver en él la expresión de un impulso colectivo cualquiera, sordo e irracional (Burckhardt, 1976: 11-12).
Hay dos asuntos sobre los que Arandigoyen llama la atención en relación al pensamiento simbólico. En primer lugar, el hecho de que las cosas materiales no se reducen a su mera materialidad, sino que expresan en ella una realidad inmaterial, no debe interpretarse jamás en un sentido puramente psicologista. La expresión simbólica no es un añadido subjetivo de la mente humana a las cosas sino que, de alguna manera conforma la esencia de las mismas.
En segundo lugar, tampoco debe pensarse que el contenido o manifestación simbólica de una cosa suponga, en algún nivel, desconocer la materialidad exterior de esa cosa, sino que, en rigor, supone apreciarla en su sentido más verdadero y completo (Arandigoyen, 1983: 44-45)
4. Bibliografía
Burckhardt, Titus 1976:
Alquimia.
Barcelona, ed. Plaza & Janes, trad. cast. de Ana Mª de la Fuente, 1976.
Disandro, Carlos A. 1986:
Barcelona, ed. Plaza & Janes, trad. cast. de Ana Mª de la Fuente, 1976.
Disandro, Carlos A. 1986:
Las Fuentes de la Cultura.
Buenos Aires ed. Struhart & Cia.,1986.
Eliade, Mircea 1985:
Buenos Aires ed. Struhart & Cia.,1986.
Eliade, Mircea 1985:
El Mito del Eterno Retorno.
Barcelona, ed. Planeta-De Agostini, trad cast. de Ricardo Anaya, 1985.
Eliade, Mircea 1992a:
Barcelona, ed. Planeta-De Agostini, trad cast. de Ricardo Anaya, 1985.
Eliade, Mircea 1992a:
Lo Sagrado y lo Profano.
Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.
Eliade, Mircea 1992b:
Barcelona, ed. Labor, trad. cast. de Luis Gil, 1992.
Eliade, Mircea 1992b:
Los mitos que se tornan ídolos.
en Sin Limites. Año 2 Nº 8 Febrero 1992, pp. 46-47.
Eliade, M. y Kitagawa, J. M. 1986:
en Sin Limites. Año 2 Nº 8 Febrero 1992, pp. 46-47.
Eliade, M. y Kitagawa, J. M. 1986:
Metodología de la Historia de las Religiones.
Barcelona, ed. Paidos, trad. cast. de Saad Chedid y Eduardo Masullo,1986.
Espasa-Calpe 1927:
Barcelona, ed. Paidos, trad. cast. de Saad Chedid y Eduardo Masullo,1986.
Espasa-Calpe 1927:
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Tomo LVI.
Madrid, Espasa-Calpe, 1927.
Platón 1981:
Madrid, Espasa-Calpe, 1927.
Platón 1981:
Timeo.
Buenos Aires, ed. Aguilar, trad. cast. de Francisco de P. Samaranch, 1981.
Ramírez Arandigoyen, A. 1983:
Buenos Aires, ed. Aguilar, trad. cast. de Francisco de P. Samaranch, 1981.
Ramírez Arandigoyen, A. 1983:
La Tradición y el Mundo Moderno.
Buenos Aires, ed. Fidelidad, 1983.
Torres Amat, Félix 1992:
Buenos Aires, ed. Fidelidad, 1983.
Torres Amat, Félix 1992:
Sagrada Biblia.
Buenos Aires, ed. Cisplatina, trad. cast. de Félix Torres Amat, 1992.
[1] En relación al estudio de los símbolos, hemos seguido particularmente las valiosas obras de Carlos A. Disandro, Las Fuentes de la Cultura (1986), y Alvaro Ramírez Arandigoyen, La Tradición y el Mundo Moderno (1983). También del mayor interés es el trabajo de Mircea Eliade Observaciones metodológicas sobre el estudio del simbolismo religioso, incluido en Eliade-Kitagawa, 1986: 116-139. Recomendamos la lectura de las siguientes entradas en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana [Espasa-Calpe, S. A. Madrid, 1927. Tomo LVI]: Simbolico,ca [p.349], Simbolismo [pp. 349-356], y Símbolo [pp. 356-370]. En este texto al tratar el Simbolismo Religioso [pp.353-356], se examina brevemente el termino Símbolo en su significación etimológica, acepciones, naturaleza y formas para poder abordar posteriormente el simbolismo en general y en su sentido teológico.
[2] Disandro explica en relación a la perdida (Disandro, 1986: 24, también muerte: 20, ruptura y perención: 45) del pensamiento simbólico que:
1. Esta se produce en el ámbito de la Cristiandad (Disandro, 1986: 24).
2. Esta se produce en tanto que estructura objetiva, cultual, operativa; es decir no perime en el hombre, ya que ello lo aniquilaría (Disandro, 1986: 45).
3. Siempre esta abierta la posibilidad de un nuevo ciclo, consagrado a recobrar todas las instancias del conocimiento y la cultura [simbólica] (Disandro, 1986: 46).
[3] Este versículo es citado por San Anselmo en su Libro Apologético de San Anselmo contra Gaunilon que defiende al necio, que acompaña a su Proslogion [Universidad Nacional dela Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. 1950. Publicaciones del Instituto de Filosofía - Sección Textos I. Traducción castellana de Beatriz Maas, pp. 102-137, particularmente p. 131]:
Y así, pues, puede refutarse fácilmente al necio que no admite la autoridad sagrada cuando niega que, partiendo de otras cosas, pueda conjeturarse ese ente que nada mayor admite concebir. Pero si es un católico el que niega, debiera acordarse de que: las cosas invisibles de Dios, también su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas. (1) [(1) A los Romanos, I, 20].
Me parece relevante el contexto en que se hace la cita, atendiendo al hecho de que el Proslogion es una obra capital en la historia de la teodicea, por el tratamiento que se hace en ella del argumento ontológico [Véase el Prologo de Guillermo Blanco, a la edición que citamos de este libro, pp. 7-15].
Buenos Aires, ed. Cisplatina, trad. cast. de Félix Torres Amat, 1992.
[1] En relación al estudio de los símbolos, hemos seguido particularmente las valiosas obras de Carlos A. Disandro, Las Fuentes de la Cultura (1986), y Alvaro Ramírez Arandigoyen, La Tradición y el Mundo Moderno (1983). También del mayor interés es el trabajo de Mircea Eliade Observaciones metodológicas sobre el estudio del simbolismo religioso, incluido en Eliade-Kitagawa, 1986: 116-139. Recomendamos la lectura de las siguientes entradas en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana [Espasa-Calpe, S. A. Madrid, 1927. Tomo LVI]: Simbolico,ca [p.349], Simbolismo [pp. 349-356], y Símbolo [pp. 356-370]. En este texto al tratar el Simbolismo Religioso [pp.353-356], se examina brevemente el termino Símbolo en su significación etimológica, acepciones, naturaleza y formas para poder abordar posteriormente el simbolismo en general y en su sentido teológico.
[2] Disandro explica en relación a la perdida (Disandro, 1986: 24, también muerte: 20, ruptura y perención: 45) del pensamiento simbólico que:
1. Esta se produce en el ámbito de la Cristiandad (Disandro, 1986: 24).
2. Esta se produce en tanto que estructura objetiva, cultual, operativa; es decir no perime en el hombre, ya que ello lo aniquilaría (Disandro, 1986: 45).
3. Siempre esta abierta la posibilidad de un nuevo ciclo, consagrado a recobrar todas las instancias del conocimiento y la cultura [simbólica] (Disandro, 1986: 46).
[3] Este versículo es citado por San Anselmo en su Libro Apologético de San Anselmo contra Gaunilon que defiende al necio, que acompaña a su Proslogion [Universidad Nacional dela Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. 1950. Publicaciones del Instituto de Filosofía - Sección Textos I. Traducción castellana de Beatriz Maas, pp. 102-137, particularmente p. 131]:
Y así, pues, puede refutarse fácilmente al necio que no admite la autoridad sagrada cuando niega que, partiendo de otras cosas, pueda conjeturarse ese ente que nada mayor admite concebir. Pero si es un católico el que niega, debiera acordarse de que: las cosas invisibles de Dios, también su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas. (1) [(1) A los Romanos, I, 20].
Me parece relevante el contexto en que se hace la cita, atendiendo al hecho de que el Proslogion es una obra capital en la historia de la teodicea, por el tratamiento que se hace en ella del argumento ontológico [Véase el Prologo de Guillermo Blanco, a la edición que citamos de este libro, pp. 7-15].