abril 01, 2008

El movimiento aparente del sol sobre la esfera celeste y el ciclo de fiestas en las culturas paganas

 El movimiento aparente del sol sobre la esfera celeste y el ciclo de fiestas en las culturas paganas
Elementos para el estudio de la religiosidad Pagana 1

Andrés Salvador


1.Introducción.

El propósito de este trabajo es el de señalar algunos fenómenos vinculados al movimiento aparente del Sol sobre la esfera celeste y sus consecuencias, en procura de una mejor inteligencia de la relación entre las parejas Cielo-Tierra, Sol-Luna y Tierra-Sol por su importancia en la organización del ciclo de fiestas de las culturas paganas.

2. Antecedentes.

Importancia de las parejas Cielo-Tierra y Sol-Luna en las sociedades tradicionales. En el estudio del ciclo de fiestas de las culturas paganas, conviene atender a la particular importancia que en las sociedades tradicionales tenían (Guichot y Sierra, 1903: 56):

  1. Los espacios donde residen las cosas, donde las fuerzas se desarrollan y se suceden los fenómenos: el Cielo que todo lo envuelve, y la Tierra que todo lo contiene.

  1. Los astros que en el cielo son notables, permanentes y que se imponen por si mismos: el astro poderoso que reina de día, el Sol, y el astro bello que le sustituye de noche, la Luna.

Estas parejas dan lugar a mitos isomorfos en los que se les atribuye caracteres sexuales masculinos, al Cielo y al Sol, y femeninos, a la Tierra y a la Luna, presentándolos como esposos, padres e hijos (Guichot y Sierra, 1903: 58-74)[1]; refiriéndose al Cielo como Padre universal, escribe Max-Müller (s.f.: 204-205):

“¿Cómo llamaron a ese Padre universal? Hace cinco mil años, y quizá mas atrás, cuando los arios, que todavía hablaban una lengua que no era ni sánscrito, ni griego, ni latín, le llamaban Dyu pater, el Cielo-padre.
Hace cuatro mil años, quizá mas atrás, aquella parte de los arios que se dirigió al Sur, a las riberas del Penjab, lo llamaban Dyaush-pita, el Cielo-padre.
Hace tres mil años, quizá mas atrás, los arios que se establecieron en las riberas del Helesponto le llamaban Zeus pater, el Cielo-padre.
Hace dos mil años los arios de Italia, alzando sus ojos al cielo luminoso por cima de su cabeza, hacia ese sublime candens, le llamaban Ju-piter, el Cielo-padre.
Hace mil años los arios teutónicos invocaban a ese mismo Cielo-padre, a ese Padre universal, en los sombríos bosques de Germania, y su viejo nombre de Tiu o Ziu repercutía entonces, quizá por ultima vez.
Pero no hay pensamiento ni palabra que se pierdan por completo. Y cuando aquí, en esta vieja Abadía[2], edificada sobre las ruinas de un antiguo templo romano, buscamos un nombre para lo invisible, para lo infinito que por todas partes nos envuelve, un nombre para lo desconocido, para el Ser real del mundo y de nosotros mismos -también nosotros, sintiéndonos, a nuestra vez, como niños arrodillados en un cuartito retirado- las supremas palabras que acuden a nuestros labios son: <<Padre nuestro que estas en los cielos.>>”

La Tierra es llamada madre en un texto de Solón (fr. 24, 3-5 D.) [Eggers Lan-Juliá, 1994:110 (138)]:

“En el tribunal del tiempo testimoniará estas cosas la gran madre de las deidades olímpicas, la mejor, la negra tierra.”

Los mitos de Venus (o Baaltis) y Adonis, entre los sirios; de Cibeles y Atys, entre los frigios; de Diana y Eudymion, entre los griegos, expresan el Sol y la Luna como enamorados, en tanto que los de Isis y Osiris, entre los egipcios; de Helena y Menelao, entre los griegos; de Pasifae y Minos, entre los cretenses; de Semíramis y Menon, entre los caldeos, constituyen la historia de los mismos astros unidos por el matrimonio (Guichot y Sierra, 1903: 72).

Principal fenómeno asociado a la pareja Cielo-Tierra. Ahora el principal fenómeno asociado a la pareja Cielo-Tierra, y que originaria variados mito teogónicos y cosmogónicos es el de su conjunción (Guichot y Sierra, 1903: 78-79):

“ ... la tierra en su producción primaveral, llena de vida y de galas, lo femenino fecundado y espléndido, que luego se agosta, produciendo la tristeza, para volver a su fecundidad y hermosura con el joven y bello Sol, motivando las fiestas, las ofrendas y las leyendas, al través de las estaciones.
Esta serie de fenómenos -el orden de la producción terrestre en relación con el curso anual o las fases del Sol-  constituye la base de los mitos chtónicos[3], siendo el principal de ellos la semilla oculta durante el invierno en el seno de la tierra, que se libra de los destructores fuegos del verano con las lluvias, las inundaciones y los aires otoñales, semilla que brota en la primavera, cubriéndose la tierra de verdura y de flores, derramándose por todas partes la belleza y la abundancia.”

Principal fenómeno asociado a la pareja Sol-Luna. En tanto en la pareja Sol-Luna, el fenómeno que llama la atención es el:

1. Curso aparente diario del Sol (Guichot y Sierra, 1903: 79-80):

 “... que sube vigoroso por el firmamento, lo masculino fecundante y potente, que desciende debilitado al otro extremo del horizonte y desaparece, y entonces la monstruosa oscuridad se apodera de la tierra, el hombre se ve envuelto por las sombras, que serian aun mas terribles si la Luna no velase como sustituyendo al Sol, el cual vuelve a aparecer brillante y hermoso, regocijando a los mortales y animando la tierra. Este singular fenómeno, el día y la noche, esencial en la vida humana, maravilloso e inexplicable, superior a la inteligencia del hombre, a quien se le aparecía aun mas misterioso por la analogía que presentaba con el hecho de la muerte, fue el que hirió con mas fuerza la imaginación mitopoyetica, fue el principal de los mitos solares, ...”

2. Curso aparente anual del Sol (Guichot y Sierra, 1903: 80):

“.... que en unión del Sol estacional, abrasador en estío, bello y prolífico en primavera, constituyó la esencia de los mitos mas numerosos, mas universales y mas tangibles.”

Identificación del mito diurno y del anual en sus dos fases solar y chtónica. El mito diurno, meramente solar, y el mito anual, en sus dos fases, la solar de significación masculina, y la chtónica, de significación femenina, se confunden (Guichot y Sierra, 1903: 83-84):

1. Por la mañana y en la primavera, el Sol es un joven dios resucitado y glorioso, amado con pasión por la hermosa y fecunda diosa, que es la Tierra espléndida primaveral. 

2. Al mediodía y durante el verano, el Sol estival fuerte y destructor, es el dios que desaparece en aparente muerte prematura, ocasionada por un accidente, mientras la Tierra es la diosa enloquecida por la pena, agotada y quemada por la canícula que busca al hermoso mancebo.

3. Por la tarde y en el otoño, el Sol suave y débil, es el dios con su belleza y fuerzas debilitadas, en tanto que la Tierra que se prepara es la diosa que lo halla y uniéndose a el se consuela.

4. Por la noche y durante el invierno, el Sol es el dios que tiene que luchar con sombras y enemigos, que obscurecen su luz y absorben su potencia.

5. Después, la resurrección y los goces generales de nueva mañana y de nueva primavera.
 
Nueva pareja derivada de la identificación del mito diurno y del anual. De la identificación del mito diurno y del anual en sus dos fases solar y chtónica, resulta una nueva pareja constituida por el termino femenino y recipiente de la pareja Cielo y Tierra: la Tierra, y lo masculino y activo de la pareja Sol y Luna: el Sol, que se con-funden con el termino semejante de las parejas primordiales: [la Tierra=] la Luna, y [el Sol=] el Cielo (Guichot y Sierra, 1903: 84-85).

3.Desarrollo.

Movimiento aparente del Sol sobre la esfera celeste. El examen de la relación entre las parejas Cielo-Tierra, Sol-Luna y Tierra-Sol hace necesario atender a algunos fenómenos vinculados al movimiento aparente del Sol sobre la esfera celeste y sus consecuencias, ya que es en conformidad a ellos que se organiza el ciclo de fiestas de las culturas paganas. Además del desplazamiento del Sol durante el día de Este a Oeste que da lugar al ciclo de día y noche (Baig y Agustench, 1987: 16), ellos son:

  1. Eclíptica. El Sol tiene un movimiento aparente sobre la esfera celeste y en el transcurso de un año parece hacer una revolución alrededor de la tierra. Esta orbita aparente seguida por el Sol se llama eclíptica porque sobre ella tienen lugar los eclipses, la que esta inclinada 23º 27` respecto al ecuador celeste [o terrestre] (Degani, 1979: 123).

  1. Equinoccios. Las orbitas de la Eclíptica y el ecuador celeste se interseccionan en dos puntos a los que se llama equinoccios por que cuando el Sol esta en cualquiera de ellos, el día es de igual duración que la noche en toda la Tierra (Degani, 1979: 175). El punto en que el Sol cruza el ecuador celeste en su camino de la porción sur a la norte de la eclíptica se conoce como primer punto de Aries, o también como equinoccio Vernal [traducción literal: Primavera igual noche] o equinoccio de Primavera para el hemisferio norte o equinoccio de otoño para el hemisferio sur,  el Sol esta en Aries el 21 de marzo, o cerca de esa fecha (Charola, 1942: 51; Degani, 1979: 123). El otro punto, por donde el Sol pasa del hemisferio norte al sur se llama primer punto Libra o también Equinoccio de Otoño para el hemisferio norte y equinoccio de primavera para el hemisferio sur, el Sol esta en libra el 21 de septiembre, o cerca de esa fecha (Charola, 1942: 51; Degani, 1979: 123), asi:

Primer punto          Fecha                        Hemisferio norte                                Hemisferio Sur

Aries            21 de marzo                     equinoccio de Primavera                   equinoccio de otoño                   

Libra               21 de septiembre                  equinoccio de Otoño                   equinoccio de primavera

  1. Solsticios. El solsticio es el punto de máxima declinación (que es la distancia angular de un objeto al ecuador celeste, medida en grados, minutos y segundos, y que es análoga a la latitud geográfica) de la eclíptica. Los solsticios están a media distancia entre los puntos equinocciales, cuando el Sol esta lo mas al norte del ecuador es el solsticio de verano en el Hemisferio norte y de Invierno en el hemisferio Sur; y cuando el Sol esta lo mas al sur del ecuador es el solsticio de invierno en el hemisferio norte  y de verano en el hemisferio sur (Charola, 1942: 51; Degani, 1979: 177):

Solsticio                 Fecha                              Hemisferio norte                                 Hemisferio Sur

Vernal                   21 de junio                             verano                                                 invierno

Invernal             21 de diciembre                        invierno                                                verano

  1. Variación del diámetro aparente del Sol a lo largo del año. El diámetro aparente del Sol no es constante sino que varia continuamente en el transcurso del año adquiriendo el valor máximo de 32´36´´ alrededor del 1 de enero y su mínimo de 31´32´´ hacia el 1 de julio. Este hecho indica que la distancia de la tierra al Sol no es constante, disminuyendo desde el 1 de julio, aproximadamente, hasta mas o menos el 1 de enero, para volver a aumentar nuevamente desde esta ultima fecha hasta la primera, correspondiente al nuevo año (Charola, 1942: 55).

  1. Consecuencias del Movimiento aparente de traslación del Sol sobre la Esfera Celeste. El movimiento de traslación del Sol sobre la eclíptica y la inclinación de ésta sobre el ecuador dan lugar a dos consecuencias importantes para la tierra, a saber:

a. Las estaciones: Los solsticios y los equinoccios dividen al año en cuatro periodos de tiempo desiguales denominados estaciones, según el hemisferio estos periodos son llamados conforme se indica en el siguiente cuadro:

Periodo                                                   Hemisferio norte                                  Hemisferio Sur

21 de marzo al 21 de junio                          Primavera                                              Otoño
21 de junio al 21 de septiembre                     Verano                                               Invierno
21 de septiembre al 21 de diciembre              Otoño                                               Primavera
21 de diciembre al 21 de marzo                     Invierno                                              Verano

La cantidad de calor recibida cada día por la tierra va creciendo durante el invierno y la Primavera hasta que el Sol alcanza el solsticio de verano y decrece durante el verano y el otoño (Charola, 1942: 58-60).

b. La desigualdad de los días y las noches. Durante el invierno los arcos diurnos son cada vez mayores y el día va creciendo hasta alcanzar su valor máximo en el solsticio de verano; durante el verano y el otoño, el arco diurno decrece mientras que aumenta la duración de la noche hasta alcanzar su valor mínimo en el solsticio de invierno; en los equinoccios el día es igual que la noche (Charola, 1942:  62-63).

5.Bibliografía.

Baig, A. y Agustench, M.   1987:   
La revolución científica de los siglos XVI y XVII.
Barcelona, ed. Alhambra, 1987.

Charola, Florencio   1942:   
Elementos de Cosmografía.
Buenos Aires, ed. Kapelusz, 1942.

Daumas, François   1986:  
Los Dioses de Egipto.
Buenos Aires, ed. Lidium, trad. cast. de Alicia Isabel Revello, 1986.

Degani, Meir H.   1979:   
Astronomia Simplificada.
 México, D.F., ed. Compañía General de Ediciones, trad. cast. de Ignacio Ayala Zazueta, 1979

Eggers Lan, C. y Juliá, V. E.   1994:   
Los Filososfos Presocráticos I.
Madrid, ed. Gredos, 1994.

Guichot y Sierra, Alejandro   1903:  
Ciencia de la Mitología. El Gran Mito Chtónico-Solar.
Madrid, ed. Librería General de Victoriano Suárez, 1903.

Max-Müller, F.                             s.f.:   
Origen y Desarrollo de la Religion.
Madrid, ed. La España Moderna, s.f.



[1] Adviértase que en algunas culturas el Sol es la hembra y la esposa, constantemente perseguida por la Luna, que es el varón y el marido, de hecho monumentos greco-romanos presentan a la luna en forma de adolescente (Guichot y Sierra, 1903: 74).

[2] Max-Müller se refiere a la Abadía de Westminster en cuya Sala Capitular se dictaron las conferencias que el libro citado recoge (Nota de A. Salvador).

[3] Lo Ctonico, es el nombre que en la mitología griega se da a las divinidades que actúan bajo tierra, por oposición a las celestes (Daumas, 1986: 77); en el autor citado hace referencia al predominio de lo terrestre en los pueblos agricultores y matriarcales por oposición a lo Solar propio de los pueblos de pastores y de patriarcado [Guichot y Sierra, 1903: 57] (Nota de A. Salvador).