Poseidón, en la Iliada de Homero (2)
Una contribución para el estudio de la
Teoría del Derecho del Mas Fuerte
Teoría del Derecho del Mas Fuerte
Andrés Salvador
1.Introducción.
En este trabajo se estudian las
disputas que sostienen Zeus y Poseidón,
en la Ilíada de Homero (Homero, 1995), y que continua el examen de la disputa entre
Agamenón y Aquiles que iniciamos en Las
disputas entre Agamenón con Aquiles y Zeus con Poseidón, en la Ilíada de
Homero (1) [ITGD. Corrientes, 2001].
Carácter
institucional de la mayor fuerza de Agamenón. La
mayor fuerza de Agamenón respecto de Aquiles, no es física (I,178) sino que se
asienta en un mecanismo institucional de dominación por el que “reina sobre un
numero mayor” (I,281), ejerciendo gran poder sobre todos los argivos y siendo
obedecido por los aqueos (I,78-79).
El
daño al contingente y la autoridad del Atrida. La
importancia del contingente en punto al sustento de la autoridad del Atrida, se
advierte en que tanto Apolo (I,454) como Aquiles (I,409-410) buscan dañarla.
Otros
argumentos sobre los que se asienta la autoridad.
Se invocan otros argumentos sobre los que se asienta la autoridad de Agamenón:
su gloria dada por Zeus (I,279), y su mayor edad (IX,160-161).
El
mundo homérico y la distribución de dominio y funciones entre los grandes
dioses. Explica Jean-Pierre Vernant que el mundo
de Homero se ordenaba mediante una distribución de los dominios y las funciones
entre grandes dioses: a Zeus corresponde la luz deslumbrante del cielo (aithér); a Hades, la sombra brumosa (aér); a Poseidón, el elemento liquido; a
los tres en común, Gaia, la tierra,
en la que viven, con los hombres, todas las criaturas mortales resultado de la
mezcla (Vernant, 1979: 84) y como bien recuerda Mircea Eliade el Olimpo
(Eliade, 1978: 266; Ilíada, XV,
197ss).
Según Eliade, Poseidón es un antiguo dios supremo que por múltiples razones, perdió su soberanía universal y el recuerdo de la resistencia que opone un dios supremo antiguo a la ascensión de otro dios mas joven y mas afortunado se advierte en que es el único que se atreve a protestar ante los abusos de poder de Zeus (XV,195) [Eliade, 1978: 281; Otto, 1973: 19].
Según Eliade, Poseidón es un antiguo dios supremo que por múltiples razones, perdió su soberanía universal y el recuerdo de la resistencia que opone un dios supremo antiguo a la ascensión de otro dios mas joven y mas afortunado se advierte en que es el único que se atreve a protestar ante los abusos de poder de Zeus (XV,195) [Eliade, 1978: 281; Otto, 1973: 19].
Motivo
de la enemistad de Poseidón con Troya. Antes de examinar los detalles de la
disputa entre Zeus y Poseidón nos referiremos, siguiendo a Walter F. Otto, a su
papel como divino aliado de los griegos en las luchas por Troya. Recuerda este
autor que se sabe el motivo por el cual se hizo un enemigo irreconciliable de
los troyanos: el rey Laomedonte a quien le levanto los muros de Troya lo engaño
reteniéndole la paga prometida (XXI,442ss). Su odio persigue a Héctor, nieto de
Laomedonte, aun después de la muerte de este, ya que es uno de aquellos que
poco le interesa preservar el cuerpo de Héctor del furor inhumano de Aquiles
(XXIV,26).
Zeus
y la intervención de Poseidón. En el canto
XIII,345-360 se cuenta que Zeus planeaba dar la victoria a los troyanos y a
Héctor para glorificar a Aquiles. Ahora, si bien Zeus rehusaba ayudar a los
aqueos (XIII,356), “no quería de ninguna manera que la hueste aquea pereciera
ante Ilio” (XIII,348-349), por lo que “en secreto, bajo figura humana,
despertaba sin cesar el arrojo del ejercito” (XIII,356-357).
Poseidón desconociendo esto, “albergaba fuerte ira contra Zeus” (I,353)[1], por lo que salió del mar para poner en marcha a los argivos pues “le abrumaba verlos sucumbir ante los troyanos” (XIII,352-353). Al respecto dice el poeta “Cierto que ambos tienen idéntico linaje y la misma línea paterna, pero Zeus ha nacido el primero de los dos y sabe mas cosas” (XIII,354-355).
La intervención del dios en la lucha, en apoyo de los aqueos en el comienzo del canto decimotercero de la Ilíada, pertenecen según Otto a las imágenes mas grandiosas y maravillosas de la poesía homérica (Otto, 1973: 131-132).
Poseidón desconociendo esto, “albergaba fuerte ira contra Zeus” (I,353)[1], por lo que salió del mar para poner en marcha a los argivos pues “le abrumaba verlos sucumbir ante los troyanos” (XIII,352-353). Al respecto dice el poeta “Cierto que ambos tienen idéntico linaje y la misma línea paterna, pero Zeus ha nacido el primero de los dos y sabe mas cosas” (XIII,354-355).
La intervención del dios en la lucha, en apoyo de los aqueos en el comienzo del canto decimotercero de la Ilíada, pertenecen según Otto a las imágenes mas grandiosas y maravillosas de la poesía homérica (Otto, 1973: 131-132).
Poseidón
y el engaño de Hera. Al comienzo del canto XIV la
situación de los aqueos es tan comprometida que Agamenón propone escapar
(XIV,80-81), pero la intervención de Poseidón infundio brío a los aqueos para
combatir y luchar con denuedo (XIV,135-152).
Por su parte la diosa Hera, que protege a los dánaos (XIV,192), lleva delante un plan para engañar a Zeus (XIV,153ss), con la ayuda de la correa de Afrodita (XIV,214) y de Sueño (XIV,231), despierta el deseo de Zeus (XIV,294) quien se duerme junto a ella (XIV,352). Informado Poseidón de que Zeus dormía (XIV,359), conduce a los aqueos nuevamente a la lucha (XIV,363ss).
Por su parte la diosa Hera, que protege a los dánaos (XIV,192), lleva delante un plan para engañar a Zeus (XIV,153ss), con la ayuda de la correa de Afrodita (XIV,214) y de Sueño (XIV,231), despierta el deseo de Zeus (XIV,294) quien se duerme junto a ella (XIV,352). Informado Poseidón de que Zeus dormía (XIV,359), conduce a los aqueos nuevamente a la lucha (XIV,363ss).
Disputa
entre Zeus y Poseidón. En el canto XV, cuando los
troyanos huían desbaratados atropellados por los aqueos, entre los que se
encontraba Poseidón (XV,1-8), Zeus se despierta y al ver lo que ocurre se da
cuenta del engaño y tras increpar a Hera (XV,14ss) dispone que Iris “se dirija
y comunique al soberano Poseidón que ponga fin al combate y que regrese a sus
moradas” (XV,57-58). Dice Zeus (XV,160-167): “Mándale que ponga fin a la lucha
y al combate, y vuelva a la tribu de los dioses o al límpido mar. Y si no acata
mis palabras y no las toma en cuenta que se cuide entonces en su mente y en su
animo, por muy esforzado que sea, de osar aguardar mi ataque, porque aseguro
que soy muy superior a el en fuerza y tengo mas edad que el; y su corazón no
repara en pretender igualarse a mi, de quien todos los demás sienten pavor”.
Poseidón le responde a Iris, mensajera de Zeus, en XV,194-199: Por eso no pienso vivir al arbitrio de Zeus; que tranquilo, por muy esforzado que sea, se quede en su tercera parte y no intente amedrentarme con su brazos como aun cobarde. Mejor seria que se guarde para las hijas e hijos que ha engendrado esas terroríficas amonestaciones; ellos acataran sus ordenes, aunque sea por la fuerza”.
Finalmente, Poseidón cede (XV,211) ante Zeus. En principio, es Iris, la que hace cambiar de opinión a Poseidón (XV,200ss), ya que esta, al responder al enojado dios, le recuerda la mayor edad de Zeus [tal como lo hizo el propio dios en XV,166.
El poeta se refiere expresamente a la mayor edad de Zeus al mostrar como los propósitos de ambos dioses si bien en principio son opuestos, ello se debe al desconocimiento por Poseidón de los designios últimos de Zeus, el que “ha nacido el primero de los dos y sabe mas cosas” (XIII,355)] y la compañía que las Erinies [Emilio Crespo Güemes anota que estas velan por el cumplimiento de las leyes no escritas de las relaciones familiares (Homero, 1995: 304, nota 246).
Zeus y Poseidón, “tienen idéntico linaje y la misma línea paterna” (XIII,354)] dan a quienes la tienen, con lo que como dice Otto, le recuerda la santidad del antiguo orden (Otto,1973: 210). Pero no debemos desatender en el cambio de opinión de Poseidón, que al argumento normativo de Iris, subyace el elemento pragmático dado por el mayor poder de Zeus.
Poseidón le responde a Iris, mensajera de Zeus, en XV,194-199: Por eso no pienso vivir al arbitrio de Zeus; que tranquilo, por muy esforzado que sea, se quede en su tercera parte y no intente amedrentarme con su brazos como aun cobarde. Mejor seria que se guarde para las hijas e hijos que ha engendrado esas terroríficas amonestaciones; ellos acataran sus ordenes, aunque sea por la fuerza”.
Finalmente, Poseidón cede (XV,211) ante Zeus. En principio, es Iris, la que hace cambiar de opinión a Poseidón (XV,200ss), ya que esta, al responder al enojado dios, le recuerda la mayor edad de Zeus [tal como lo hizo el propio dios en XV,166.
El poeta se refiere expresamente a la mayor edad de Zeus al mostrar como los propósitos de ambos dioses si bien en principio son opuestos, ello se debe al desconocimiento por Poseidón de los designios últimos de Zeus, el que “ha nacido el primero de los dos y sabe mas cosas” (XIII,355)] y la compañía que las Erinies [Emilio Crespo Güemes anota que estas velan por el cumplimiento de las leyes no escritas de las relaciones familiares (Homero, 1995: 304, nota 246).
Zeus y Poseidón, “tienen idéntico linaje y la misma línea paterna” (XIII,354)] dan a quienes la tienen, con lo que como dice Otto, le recuerda la santidad del antiguo orden (Otto,1973: 210). Pero no debemos desatender en el cambio de opinión de Poseidón, que al argumento normativo de Iris, subyace el elemento pragmático dado por el mayor poder de Zeus.
El
mayor poder de Zeus. Como dice Robert Graves,
Poseidón es igual a su hermano Zeus en dignidad, aunque no en poder (Graves,
1992: 69). Los dioses no desconocen el mayor poder del Crónida, así en
I,580-581, Hefesto le recuerda a Hera: “Pues el fulminador Olímpico incluso si
quiere de los asientos arrojarnos, es con mucho el mas fuerte”. En XV,104-109,
la propia Hera dice a los dioses: “Necios somos por la insensatez de
enfurecernos con Zeus. ¿Aún sentimos ardiente deseo de acercarnos a el para
detenerlo con la palabra o pr la fuerza? Sentado aparte, ni se preocupa ni se
inquieta, pues asegura que entre todos los inmortales dioses es decididamente el
mejor por su vigor y por su brío. Por eso soportad cualquier mal que ós envíe a
cada uno”.
Tanto Hefesto como Hera lo sabían por experiencia, como se lo recuerda Zeus a la ultima: ¿No recuerdas cuando estabas suspendida en lo alto y de los pies te colgué sendos yunques y te rodee las manos con una cadena áurea e irrompible? En el éter y en las nubes estabas suspensa; y los dioses exigían venganza en el vasto Olimpo, pero no podían acercarse a desatarte. Al que cogía lo agarraba y a empellones lo precipitaba fuera del umbral, hasta hecerlo llegar a tierra bien maltrecho” (XV,18-24). Esto ultimo es probable que haya ocurrido con Hefesto (I,590-591)[2], lo que tal vez explique la cojera del dios.
Dice Eliade que la conciencia de que Zeus es omnipotente queda ilustrada de manera admirable en la escena de la Ilíada en que el dios dice a los olímpicos (Eliade, 1978: 268): “<<¡Oidme, dioses todos y diosas todas, que quiero decir lo que mi animo me ordena en el pecho! Que ninguna femenina deidad ni ningún varonil dios intente conculcar mis palabras; todos a una deberéis acatarlas, para que yo lleve a termino cuanto antes estas acciones. Aquel a quien vea que por su voluntad se aleja de los dioses y va a socorrer a los troyanos o a los dánaos, volverá al Olimpo en lamentable estado golpeado por el rayo, o lo cogeré y lo arrojare al tenebroso Tártaro bien lejos, donde mas profundo es el abismo bajo tierra; allí las férreas puertas y el broncineo umbral tan dentro de Hades están como el cielo dista de la tierra. Así sabrá en que medida soy el mas poderoso de todos los dioses. Ea, haced la prueba, dioses, y os enterareis todos: colgad del cielo una áurea soga y agarraos a ella todos los dioses y todas las diosas. Ni así lograríais sacar del cielo y arrastrar hasta el suelo a Zeus, el supremo maestro, por mucho que os fatigarais. Pero en cuanto yo me decidiera a tirar con resolución, os arrastraría a vosotros junto con la tierra y el mar. Entonces podría atar alrededor de un pico del Olimpo la soga, y todo quedara suspendido por los aires. Tan superior soy yo sobre los dioses y sobre los hombres.>> Así hablo, y todos se quedaron callados en silencio ...” (VIII,5-28).
En I,399-406, se recuerda una conjura en que varios olímpicos, entre ellos Poseidón, intentan atar a Zeus, el que se libera con la ayuda de la madre de Aquiles, Tetis, por lo que: “los felices dioses sintieron miedo de él y ya no lo ataron” (I,406).
Tanto Hefesto como Hera lo sabían por experiencia, como se lo recuerda Zeus a la ultima: ¿No recuerdas cuando estabas suspendida en lo alto y de los pies te colgué sendos yunques y te rodee las manos con una cadena áurea e irrompible? En el éter y en las nubes estabas suspensa; y los dioses exigían venganza en el vasto Olimpo, pero no podían acercarse a desatarte. Al que cogía lo agarraba y a empellones lo precipitaba fuera del umbral, hasta hecerlo llegar a tierra bien maltrecho” (XV,18-24). Esto ultimo es probable que haya ocurrido con Hefesto (I,590-591)[2], lo que tal vez explique la cojera del dios.
Dice Eliade que la conciencia de que Zeus es omnipotente queda ilustrada de manera admirable en la escena de la Ilíada en que el dios dice a los olímpicos (Eliade, 1978: 268): “<<¡Oidme, dioses todos y diosas todas, que quiero decir lo que mi animo me ordena en el pecho! Que ninguna femenina deidad ni ningún varonil dios intente conculcar mis palabras; todos a una deberéis acatarlas, para que yo lleve a termino cuanto antes estas acciones. Aquel a quien vea que por su voluntad se aleja de los dioses y va a socorrer a los troyanos o a los dánaos, volverá al Olimpo en lamentable estado golpeado por el rayo, o lo cogeré y lo arrojare al tenebroso Tártaro bien lejos, donde mas profundo es el abismo bajo tierra; allí las férreas puertas y el broncineo umbral tan dentro de Hades están como el cielo dista de la tierra. Así sabrá en que medida soy el mas poderoso de todos los dioses. Ea, haced la prueba, dioses, y os enterareis todos: colgad del cielo una áurea soga y agarraos a ella todos los dioses y todas las diosas. Ni así lograríais sacar del cielo y arrastrar hasta el suelo a Zeus, el supremo maestro, por mucho que os fatigarais. Pero en cuanto yo me decidiera a tirar con resolución, os arrastraría a vosotros junto con la tierra y el mar. Entonces podría atar alrededor de un pico del Olimpo la soga, y todo quedara suspendido por los aires. Tan superior soy yo sobre los dioses y sobre los hombres.>> Así hablo, y todos se quedaron callados en silencio ...” (VIII,5-28).
En I,399-406, se recuerda una conjura en que varios olímpicos, entre ellos Poseidón, intentan atar a Zeus, el que se libera con la ayuda de la madre de Aquiles, Tetis, por lo que: “los felices dioses sintieron miedo de él y ya no lo ataron” (I,406).
El
poder de Zeus y la actitud de Poseidón. El propio
Poseidón, ante la amenaza de Zeus de ser reducido a su pesar por la fuerza
(XV,185-186), amenaza esta a la que considera arrogante (XV,185), no puede si
no oponer primero el recuerdo del orden normativo dado por la distribución de
los dominios y las funciones entre los dioses (XV,186-195) y solo después unas
vagas amenazas de resistencia (XV,196-199), que inmediatamente deja de lado
tras la reconvención de Iris
(XV,200-219).
Al respecto dice el propio Zeus: “Pues te anuncio que el dueño de la tierra y agitador del suelo ya se ha ido al límpido mar por esquivar la insondable ira nuestra; si no, se habrían enterado de la lucha incluso los demás dioses que hay bajo la tierra rodeando a Crono[3]. Pero tanto para mi como para el mucho mas ventajoso ha sido que, a pesar de su indignación, haya cedido antes a mis manos, pues el asunto no habría terminado sin sudores” (XV,222-228).
Al respecto dice el propio Zeus: “Pues te anuncio que el dueño de la tierra y agitador del suelo ya se ha ido al límpido mar por esquivar la insondable ira nuestra; si no, se habrían enterado de la lucha incluso los demás dioses que hay bajo la tierra rodeando a Crono[3]. Pero tanto para mi como para el mucho mas ventajoso ha sido que, a pesar de su indignación, haya cedido antes a mis manos, pues el asunto no habría terminado sin sudores” (XV,222-228).
Podemos concluir que:
1. Poseidón es igual a su hermano Zeus en dignidad [“siendo par suyo en honra” (XV,186)], aunque no en poder.
2. El mayor poder de Zeus es institucional en cuanto este es reconocido por los dioses y los hombres pero también es físico (VIII,5-28).
3. A la restricción normativa invocada por Poseidón (XV,186-195) se impone en su decisión de ceder la racionalidad material que atiende al mayor poder de Zeus (Meabe, 1999a: 13).
Historia de las creencias y de las ideas religiosas. I. De la prehistoria a los misterios de Eleusis.
Madrid, ed. Cristiandad, trad. cast. de J. Valiente Malla, 1978.
Homero 1995:
Ilíada.
Barcelona, ed. Editorial Planeta-DeAgostini, trad. cast. de Emilio Crespo Güemes, 1995.
Meabe, Joaquín E. 1999a:
La norma y la practica en el estudio del derecho - Una introducción critica al estudio del derecho.
Asunción, Bibliográfica Jurídica Paraguaya S.R.L. Corrientes, 1999.
Meabe, Joaquín E. 1999b:
El contencioso entre Agamenón, Crises y Aquiles.
Corrientes, Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Eudene, V. I, pp.213-216, 1999.
Otto, Walter F. 1973:
Los dioses de Grecia.
Buenos Aires, ed. EUDEBA, trad. cast. de Rodolfo Berge y Adolfo Murguia Zuriarrain, 1973.
Salvador, Andrés 2001:
Las disputas entre Agamenón con Aquiles y Zeus con Poseidón, en la Ilíada de Homero (1).
Corrientes, ITGD, 2001.
Los orígenes del pensamiento griego.
Buenos Aires, ed. EUDEBA, trad. cast. de Marino Ayerra, 1979.
6. Notas.
[1] Ver XIII,15-16.
[2] En otra ocaso también Hefesto, es arrojado del Olimpo (XVIII,394ss).
[3] La mención que se hace de Cronos, estaría asociado al hecho de que la soberanía de Zeus se asienta en la victoria sobre Cronos, de quien liberó a sus hermanos, incluido en estos Poseidón.