diciembre 01, 2007

Las disputas entre Agamenon con Aquiles y Zeus con Poseidón, en la Iliada de Homero (1)

Las disputas entre Agamenon con Aquiles y Zeus con Poseidón, en la Iliada de Homero (1)
Una contribución para el estudio de la 
Teoria del Derecho del Mas Fuerte 

Andrés Salvador


1.Introducción.

En este trabajo se estudian las disputas que sostienen Agamenon y Aquiles y Zeus y Poseidón, en la Iliada de Homero (Homero, 1995), con el propósito de realizar una posterior examen a la luz de la Teoría del Derecho del Mas Fuerte conforme lo propone Joaquín E. Meabe (Meabe, 1994).


2. Antecedentes.

Importancia para el derecho de la controversia entre Agamenon y Aquiles. Meabe ha señalado que la controversia que se suscita con motivo del reclamo de Crises en el primer canto de la Ilíada tiene un instructivo sesgo legal, además de una indiscutible importancia histórica, como testimonio de un registro escrupuloso y maduro  de la doble dimensión inherente a ese particular dispositivo de regulación normativa de la conducta social del hombre que denominamos derecho (Meabe, 1999b: 213).

La Ilíada y la Teoria del Derecho del Mas Fuerte. Explica Meabe  que la disputa entre Agamenón y Aquiles informa la totalidad de la trama del poema y que ninguna acción descripta en ella es ajena a la urdiembre que enlaza los desempeños y las pautas de la ley del mas fuerte (Meabe, 1999b: 215).


3.Desarrollo.

Origenes de la disputa entre Agamenón y Aquiles. En I,1-12 se establece entre la deshonra a Crises que provoca la cólera de Apolo (I,75) y la disputa (I,8) entre Agamenon y Aquiles que provocó la cólera (I,1) del ultimo una relación causal dada por la peste promovida por Apolo (I,10) que motivara la convocatoria a la asamblea (I,54) en que se producirá la riña (I,6), de aquí la conveniencia de examinar con mayor detalle lo ocurrido.

La deshonra a Crises y la cólera de Apolo. Según cuenta Homero, Crises “sacerdote de Apolo” (I,370) al que “le era muy querido” (I,381) llevando en sus manos “las ínfulas del flechador Apolo en lo alto del áureo cetro” (I,14-15), pide se libere a su hija Criseida y se acepte el rescate “por piedad del flechador hijo de Zeus, de Apolo (I,20-21). Si bien los aqueos “aprobaron unánimes respetar al sacerdote y aceptar el espléndido recate” (I,22-23), Agamenón deshonra a Crises (I,11) al rechazar la solicitud  de este y alejarlo “de mala manera” dictándole un riguroso mandato” (I,25): “viejo, que no te encuentre yo junto a las cóncavas naves ... no sea que no te socorran el cetro ni las ínfulas del dios” (I,26-28)[1]. “Irritado” (I,380) el anciano suplica a Apolo que los danaos paguen “mis lagrimas con tus dardos” (I,42). El dios lo escucha (I,43) y acude ante la plegaria de Crises (I,43) a quien honra (I,453) infringiendo “un grave castigo a la hueste de los aqueos (I,454) al suscitar una maligna peste” (I,10) por la que “perecían las huestes” (I,10)[2].

La asamblea  y la disputa entre Agamenón y Aquiles. Aquiles convoca a una asamblea , donde propone consultar a un adivino o a un sacerdote o interprete de sueños, que es lo que ha  enojado tanto a Febo Apolo (I,55-66) . Un agorero, el Testórida Calcante, manifiesta que para que se aparte de los danaos “la odiosa peste” (I,97) que junto a la guerra amenaza doblegarlos (I,61) no será suficiente que se devuelva “a su padre la muchacha” “sin precio y sin rescate” sino que era preciso “se conduzca una sacra hecatombe” ya que “solo entonces, propiciándolo, podríamos convencerlo” (I,98-100). Agamenón aun cuando otra sea su voluntad (I,112) deberá cumplir con lo dicho en el vaticinio por el Testórida Calcante (I,93-100 y 431-474). El vaticinio (I,93) de Calcante enfurece a Agamenón (I,102 y ss) y aunque consiente en devolver  a Criseida (I,116) para proteger a la hueste (I,117) pide se le disponga otro botín para no quedar sin recompensa (I,118). Aquiles, fundándose en el orden normativo, responde interrogándole como podría ser eso ya que:

a. No conocen sitio donde hay atesorados bienes comunes (I,124);

b. Lo que fue saqueado de las ciudades esta repartido (I,1125); y

c. No procede que las huestes reúnan y junten de nuevo lo saqueado (I,126).

Aquiles, le dice a Agamenón, que entregue a la joven, prometiéndole que los aqueos le pagaran el triple o el cuádruple de saquear Troya (I,127). Agamenón, responde de que lo dicho es una excusa de Aquiles para robársela (I,132) y de que si no le dan un botín conforme a su deseo para que sea equivalente [a la que devuelve] el tomara el botín de Aquiles, el de Ayante o el de Ulises (I,135 y ss), lo que se deliberaría mas tarde, proponiendo la devolución de Briseida (I,140). Ante la amenaza de Agamenón de despojarle de su botín, Aquiles se irrita pues ello supone una deshonra (I,171) y decide volver a su patria (I,169)[3]. Agamenón le responde que así como Apolo le quita a Criseida puede (I,184) que el se lleve a Briseida, joven mujer que le había sido entregada como botín. Solo la intervención divina evita que Aquiles desenvaine su espada (I,210) limitándose a injuriarlo de palabra y a formular un juramento (I,233). Conviene tener presente lo siguiente:

a. Aquiles es Rey [de los mirmídones] (I,180); y

b. Es de una gran fuerza [otorgada por un dios] (I,178) y gusta de las disputas, riñas y luchas (I, 177-178).
En cambio:

a. Agamenón es también Rey [de Argos (I, 80)] pero reina sobre un numero mayor (I,281) ejerciendo gran poder sobre todos los argivos y siendo obedecido por los aqueos (I,78-79); y 

b. Aquiles le acusa de no armarse para el combate ni ir a una emboscada con los aqueos (I,226-227)[4].

Lo que encoleriza a Agamenon es que la actitud de Aquiles en I,122-129 y en I,148 y ss suponía:

a. Desconocer cuanto mas poderoso es [que Aquiles] (I,186); y

b. Pretender ser igual y compararse con el (I,187).

En relación a lo primero [desconocer el mayor poder de Agamenón], el propio Néstor dice a Aquiles en I, 280-281: “si tu eres mas fuerte y la madre que te alumbro es una diosa, sin embargo el es superior, porque reina sobre un numero mayor.”[5]; este mecanismo institucional de dominación es la symmakhía (Meabe, 1999c). 

Y en lo que hace a lo segundo [pretender ser igual y compararse con Agamenón] dice también Néstor en I, 277-279:  “ni tú, oh Pelida, pretendas disputar con el rey frente a frente, pues siempre ha obtenido honor muy distinto el rey portador del cetro, a quien Zeus otorgo la gloria”. 

Por su parte Agamenon dice en I,287-289: “Pero este hombre quiere estar por encima de todos los demás, a todos quiere dominar, sobre todos reinar, y en todos mandar; mas creo que alguno no le va a obedecer.”. 

También la mayor edad funda la autoridad del Atrida, en IX,160-161 Agamenón dice: “y que se someta a mi ... por cuanto me jacto de ser en edad mayor”. 

Es cierto que Aquiles recibe un mandato para no desenvainar la espada en I,210 pero antes de la llegada de Atenea el vacilaba entre desenvainarla o apaciguar su cólera y contener su furor (I,189-194). Entiendo que esta duda, que evita que desenvaine la espada y despoje al Atrida (I,190-191) es provocada “porque reina sobre nulidades” (I,231) que hubiera sido preciso hacer levantar (I,191). Surge con claridad que sin ese apoyo esa amenaza hubiera sido, según Aquiles, la ultima afrenta de Agamenón (I,232). Néstor reconviene a ambos, siendo respondido por Agamenón que se refiere a la actitud de  Aquiles quien le interrumpe. Al levantarse ambos concluye la Asamblea.

La liberación de Criseida y la entrega de Briseida. Aquiles en definitiva decide no obedecer a Agamenon (I,296) y si bien decide no luchar por Briseida pues al fin le quitan lo que le dieron (I,299)[6], advierte que los demás bienes que tiene junto a la nave no se le podrán sacar ni llevar contra su voluntad, y que de intentarlo Agamenon su “oscura sangre manara alrededor  de mi lanza” (I,303). 

En otras palabras entrega a Briseida voluntariamente ya que si bien esta era bella (I,429)[7], su valor para Aquiles estaba en el reconocimiento que ella suponía a su honor, lo que es desconocido por Agamenon con su amenaza [que constituye el ultraje que causa la cólera del Pelida]. Después que parte la nave con las víctimas de la hecatombe y Criseida, Agamenon envía a Taltibio y Euríbates a buscar a Briseida, entregándosela Aquiles por medio de  Patroclo. 

Pero ¿es voluntaria la entrega de Briseida? En realidad parece que la argumentación de Aquiles en I,292-303 supone un desplazamiento de los motivos que explican la decisión de no combatir, dada por el hecho de que Agamenon es mas fuerte; así:

a. En I, 320-325 Agamenon envía a buscar a Briseida amenazando de que si no es entregada el mismo irá a buscarla “yendo con mas” lo que será “todavía mas estremecedor” para Aquiles; y 

b. En I,428-430 vemos que Tetis deja a Aquiles, “irritado en su animo por la mujer de bello talle, que por la fuerza y contra su voluntad le habían quitado.”[8].

Aquiles y su madre. Aquiles llama a su madre la ninfa Tetis y le pide que suplique a Zeus[9]:

a. Proteja a los Troyanos (I,408); 

b. Acorrale en las popas y alrededor del mar a los aqueos entre gran mortandad, para que todos disfruten de su rey (I,409-410); y 

c. Que se entere el Atrida Agamenon de su yerro, por no darle satisfacción (411-412).

Ahora, ¿por qué, Aquiles pide que los aqueos sean acorralados y experimenten “gran mortandad” cuando quien causa su  ira es Agamenón (I,335)?. Pues, porque el Atrida sustenta en estos su fuerza superior (I,281). Al ser afectado este sustento, Agamenon se verá en la necesidad de reconocer su yerro por no haber dado satisfacción a Aquiles (I,412)[10].

4. Conclusiones.

Podemos concluir que:

1. La mayor fuerza de Agamenón respecto de Aquiles, no es física (I,178) sino que se asienta en un mecanismo institucional de dominación, la symmakhía (Meabe, 1999c) por el que “reina sobre un numero mayor” (I,281), ejerciendo gran poder sobre todos los argivos y siendo obedecido por los aqueos (I,78-79).

2. La importancia del contingente en punto al sustento de la autoridad del Atrida, se advierte en que tanto Apolo (I,454) como Aquiles (I,409-410) buscan dañarla.

3. Se invocan otros argumentos sobre los que se asienta la autoridad de Agamenón: su gloria dada por Zeus (I,279), y su mayor edad (IX,160-161).

5. Bibliografia.

Homero 1995:  
Ilíada.
Barcelona, ed. Editorial Planeta-DeAgostini, trad. cast. de Emilio Crespo Güemes 1995.

Meabe, Joaquín E.    1994:    
El Derecho y la Justicia del Más Fuerte.
Corrientes, Instituto de Teoria General del Derecho, 1994.
                                                       
Meabe, Joaquín E.   1999a: 
La norma y la practica en el estudio del derecho - Una introducción critica al estudio del derecho.
 Asunción, Bibliográfica Jurídica Paraguaya S.R.L. Corrientes, 1999.

Meabe, Joaquín E.   1999b:  
El contencioso entre Agamenon, Crises y Aquiles.
Corrientes, Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Eudene, V. I, pp.213-216, 1999.

Meabe, Joaquín E.   1999c: 
La symmakhía  de los Aqueos de la Ilíada.
Corrientes, Comunicaciones Científicas y Tecnológicas, Eudene, V. I, pp.217- 220, 1999.

6. Notas

[1] Confróntese la conducta de Agamenón con la, bien diferente, de Ulises ante un sacerdote de Apolo, Marón el de Evantes (Odisea IX,195-205).

[2] Me pregunto si la deshonra de Crises (I,11) no supone la <<deshonra>> de Apolo ya que la conducta de Agamenón suponía desconocer la fuerza (I,38) y la protección que dispensa (I,37) a aquellos que le honran (III,40) como ocurre con el sacerdote que techó su templo (I,39) y quemo muslos de toros y cabras (I,40-41). Esto explicaría que Apolo este “irritado contra el rey” (I,9).

[3] Y aquí atendamos a lo siguiente:

- Bastó el desconocimiento de su honor hecho por Agamenón de modo no especifico en I,137 para constituir el ultraje (I,205).

- En I,181 Agamenon amenaza a Aquiles de modo especifico y solo la intervención divina evito la lucha entre ambos.

Esto nos muestra que no es la recompensa que manifiesta el reconocimiento sino el reconocimiento mismo lo que interesa a Aquiles. En efecto, el honor se entendía como un reconocimiento por los otros (I,276), fue la amenaza y no la perdida efectiva de Briseida lo que encoleriza a Aquiles.

[4] Ver también IX,332. En XIV,64-81, Agamenón, en un momento en que los Aqueos son desbaratados (XIV,59) propone botar las naves y huir.

[5] En IX,160 dice Agamenon: “y que se someta a mi, por cuanto soy rey en mayor grado”.

[6] El ultraje fue constituido por la amenaza y no por la perdida efectiva de la muchacha (I,298).

[7] Ver también IX,342)

[8] En XIX,272-273, Aquiles dice refiriéndose a Agamenón: “... ni a la muchacha se habría llevado contra mi voluntad sin reparar en nada.”.

[9] Recordemos que lo que se pide a Tetis ya se anuncia en I,240-244

[10] Ver también IX,114 y ss y XIX,138 y ss.